¿Cómo reducir el crimen en las ciudades? Fácil: poniendo más alumbrado público

Luz
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La criminalidad forma parte de las ciudades de todo el mundo en mayor o menor grado. A menudo concentrada en barrios periféricos y degradados, los ayuntamientos de todo el mundo, en especial aquellos más afectados, han ideado toda suerte de soluciones para atajarla. La mayor parte de ellas han rotado en torno a la intervención policial y judicial. ¿Pero hay otras vías para desincentivar el crimen? Un nuevo estudio apuesta por una sencilla y reveladora: poner más luces.

Qué dice. Elaborado por un grupo de investigadores estadounidenses en colaboración con la ciudad de Nueva York, el trabajo ha descubierto que incorporar puntuales focos de luz a los barrios marginales de la gran manzana tiene efectos positivos en la criminalidad. En concreto, reduce en un 36% el volumen de incidencias callejeras nocturnas, y un 4% el crimen total en un distrito dado.

Dónde. El estudio se centra en los proyectos de vivienda pública desperdigados desde mediados de los setenta en la periferia de la ciudad, típicamente caracterizados en series como The Wire. Son poblaciones golpeadas por el narcotráfico, la desigualdad económica y la falta de oportunidades, y por ende el crimen. En total, el área de estudio ha incluido regiones urbanas con más de 80.000 habitantes.

Procedimiento. La puesta en práctica ha sido relativamente simple. Los autores, en colaboración con diversos organismos municipales de Nueva York, han incorporado pequeños postes de luz móviles en plazas y calles específicas y seleccionadas con anterioridad. Allá donde tuvieron presencia continuada entre marzo y agosto de 2016, las fechas del trabajo de campo, el número de incidencias criminales se desplomó.

¿Por qué? Parte de la investigación surgía de un viejo anhelo académico: ¿cuánto hay de acción individual en las tasas de criminalidad y cuánto de influencia ambiental, de estructura social y urbana? Las causas del crimen son variadas, pero hay cierta evidencia que apunta a la infraestructura urbana. Tener barrios limpios y ordenados, bien iluminados y carentes de edificios o solares abandonados, está correlacionado con un descenso del crimen. El desorden atrae al desorden.

Fácil. Intervenir en tales distritos no siempre es sencillo. Construir parques, desocupar inmuebles o favorecer entornos urbanos amables requiere de mucho dinero. Instalar luces, pese a ser un objeto de estudio frecuente, es fácil, barato y, como el estudio demuestra, muy efectivo. No sólo tiene implicaciones psicológicas (nos creemos más seguros cuando hay luz), sino también prácticas: el crimen, al parecer, desciende de verdad.

El hallazgo puede servir a ciudades como Chicago o Baltimore, eternamente castigadas por el crimen, pero también a aquellas que quieran reducir sus pequeñas bolsas con poco dinero (y junto a más medidas: no es una panacea). Nueva York, cuyo éxito luchando contra el crimen está más que contrastado, marca el luminoso camino.

Imagen: Jonas Verstuyft 

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