"¿Es Facebook un monopolio?": las confusas y a la vez cruciales preguntas del Senado a Zuckerberg

"¿Es Facebook un monopolio?": las confusas y a la vez cruciales preguntas del Senado a Zuckerberg
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Para algunos, la comparecencia de Mark Zuckerberg ayer frente a una comisión del Senado estadounidense ilustró la peor pesadilla que todo joven del siglo XXI pueda vivir: tratar de explicarle a un anciano cómo funciona Internet. El chiste ilustró la imagen que, para muchos, reflejó el ciclo de preguntas y respuestas de los senadores a Zuckerberg. Una falta casi total de conocimiento sobre cómo funciona Facebook, y sobre qué hacer para regularlo correctamente.

El juicio es injusto. Zuckerberg se enfrentó a preguntas más o menos absurdas, a otras planteadas con intención pero torpemente expuestas, y a otras que pudieran parecer estúpidas a un nivel superficial pero que encerraban en realidad cuestiones de crucial trascendencia. Durante casi cinco horas, Zuckerberg respondió a la mayor parte de ellas. En ocasiones, adoptando el tono de un profesor de informática frente a los alumnos menos aptos de la clase.

Nada que no pudiéramos esperar de un interrogatorio en el que hombres de hasta 84 años trataron de poner contra las cuerdas a un multimillonario de 33. Las comisiones y las cuestiones hacia Zuckerberg continuarán: el Senado, torpe o no, ha entendido que necesita regular Facebook. La cuestión clave es si lo hará plegándose a los intereses de Zuckerberg, siempre alérgico a la regulación, o en sus propios términos. Las preguntas de ayer buscaban aproximarse al dilema.

Y aquí van. Las mejores, las peores, las confusas, las acertadas.

"¿Es Facebook un monopolio?"

Una de las intervenciones más aplaudidas (y ridiculizadas) de la comisión. El senador Lindsay Graham expuso de forma simple las diferencias entre un mercado competitivo y, en fin, Facebook: "Si me compro un Ford y no funciona bien y no me gusta, puedo combrar un Chevrolet. Si estoy descontento con Facebook, ¿cuál es el producto equivalente en el que me puedo registrar?".

Zuckerberg había respondido previamente que Amazon, Microsoft, Google y Apple eran sus principales competidores. Lo son. Lo que no significa que ofrezcan el mismo producto. Graham terminó planteando a Zuckerberg, de la forma más sintética posible, si Twitter era lo mismo que Facebook. Tras otro titubeo, le lanzó la pregunta de la noche: "¿Cree que tiene un monopolio?". "Ciertamente no lo veo así", respondió Zuckerberg.

En muchos sentidos, cuesta creerle.

"¿En qué hotel durmió anoche?"

Turno para el senador Dick Durbin: "¿Estaría cómodo compartiendo con nosotros el nombre del hotel donde se alojó anoche?", le planteó con franqueza. Zuckerberg mantuvo la mirada perdida durante unos segundos, poco antes de hacer una mueca, esbozar una sonrisa y responder claramente confundido: "No". La audiencia se rió levemente por lo absurdo del planteamiento: ¿por qué el Senado estadounidense estaría interesado en saber dónde durmió el CEO de Facebook?

Lo cierto es que Durbin (que acto seguido le preguntó si revelaría las comunicaciones que tuvo anoche Zuckerberg con sus amigos) fue inteligente. Zuckerberg no reveló legítimamente información personal. Y sin embargo, toda la comisión parte del modelo de negocio fundamental de Zuckerberg: compartir información personal de sus usuarios con terceros. La contradicción expuesta por el senador fue, quizá, el punto más atinado de la noche para regular la privacidad.

"¿Siguen a los usuarios cuando salen de Facebook?"

La pregunta del senador Roger Wicker causó gran sensación en Twitter porque Zuckerberg aprovechó la coyuntura para explicar a sus señorías qué eran las cookies. Pero lo cierto es que, aunque torpemente ejecutada, la cuestión de Wicker era relevante: ¿qué hace Facebook con la información que le hemos proporcionado una vez hemos salido de la plataforma? ¿Nos sigue trazando, continúa obteniendo datos de nuestro comportamiento fuera de Facebook?

Zuckerberg optó por no responder: "Me gustaría responder con precisión, por lo que debería consultarlo con mi equipo después". Sabe perfectamente que lo hace. Y aunque Wicker pasó en parte por otro granny incapaz de entender qué es una simple "cookie", su pregunta resonó en gran parte de los problemas de extracción de datos de Facebook, dentro y fuera de sus apps relacionadas (como Instagram). Son cuestiones que los usuarios, a menudo, ignoran.

Y que pueden ser ilegales. Al menos en Europa, donde Facebook ha sido condenada por seguir a sus usuarios varias veces.

"Sus condiciones de uso apestan"

Puede ser legítimo reírse de los arcaicos senadores por preguntar cosas tan absurdas como la anterior, pero en el fondo ilustraron la cruda realidad de Facebook: su base de usuarios tiene un amplio rango de edades, y una mayoría de ellos no tiene un conocimiento técnico de cómo funciona la información en la red o qué tipo de datos están cediendo voluntariamente. El senador John Kennedy se lo recriminó a Zuckerberg blandiendo sus condiciones de uso de 3.000 páginas.

"Se lo diré con amabilidad: sus condiciones de uso apestan". Fue una frase agresiva, pero justa: "El propósito de las condiciones de uso es cubrir a Facebook, no informar a sus usuarios sobre sus derechos. Usted sabe eso y yo también lo sé". Lo cual es cierto. Ninguno leemos los acuerdos que casi todas las aplicaciones nos obligan a aceptar: simplemente clicamos en "agree" y seguimos hacia adelante. Potencialmente, el Senado quiere cambiar cómo expone Facebook esa información.

"¿Se considera una plataforma neutral?"

Dada la naturaleza del Senado estadounidense, era cuestión de tiempo que el supuesto "bias" ideológico de Facebook saltara a la palestra. Lo hizo de la mano del inefable Ted Cruz, "Lucifer en persona" según algunos de sus ilustres ex-compañeros de partido. Cruz le planteó si, a tenor de toda la evidencia, consideraba a Facebook una plataforma "neutral". "Nos consideramos una plataforma de ideas", respondió de forma vaga e imprecisa Zuckeberg.

Los cinco minutos de Cruz fueron de los más tensos de la sesión. Es conocida la retórica inflamada del senador. Y también que, desde que Gizmodo revelara cómo el equipo de News de Facebook retorcía el algoritmo para difuminar el alcance de determinadas noticias conservadoras, parte de los republicanos resumen en Facebook y Zuckerberg todo lo que está mal con el sesgo liberal de Silicon Valley. Para Cruz, la regulación tendrá que venir también por la vía ideológica.

"¿Cómo ganan dinero si no son de pago?"

Ningún senador ilustró la brecha generacional entre representantes públicos y el resto del país como Orrin Hatch. De 84, el senador planteó algo que ni siquiera era revolucionario en sus tiempos mozos: "¿Cómo sostiene un modelo de negocio en el que los usuarios no pagan por su servicio?". Zuckerberg se acomodó en su silla y respondió: "Senador, tenemos anuncios". Acto seguido, una inquietante sonrisa reveló que se estaba muriendo de risa por dentro.

Normal, por otro lado. Hatch ilustró las críticas de muchos a los senadores: si ni siquiera puedes entender cómo funciona aquello que pretendes regular, ¿cómo vas a regularlo con éxito? La televisión lleva sosteniendo su modelo de negocio tiando de anuncios desde los '50, Orrin.

"Si envío un correo por WhatsApp, ¿lo puede ver Facebook?"

No todo se debía a una cuestión de edad. Uno de los senadores más jóvenes presentes en la comisión, Brian Schatz, llegó a puntos realmente absurdos cuando planteó a Zuckerberg si Facebook podía ver los "emails" que él mandaba hipotéticamente en WhatsApp. Lo cual es una pregunta muy extraña: WhatsApp es una aplicación de mensajería instantánea, algo que tiene poco en común con los sistemas de correo tradicionales. ¿Envía el senador sus correos por WhatsApp, acaso?

Zuckerberg lo tuvo fácil aquí: no sólo lo anterior es imposible, sino que además Facebook jamás lo vería. WhatsApp cifra sus comunicaciones de extremo a extremo.

Fue torpe porque somos torpes

No saber lo que es una cookie, intentar enviar un correo por WhatsApp o no entender siquiera el modelo de negocio de Facebook puede parecer risible en boca de vetustos y oxidados burócratas a una legislatura de retirarse. Pero en realidad lo que parece cómico no lo es tanto: si la sesión de preguntas del Senado a Zuckerberg pareció torpe es porque la mayor parte de la gente que utiliza Facebook es torpe y no sabe a grandes rasgos cómo funciona o qué pasa con sus datos.

El Senado necesita saber de forma rudimentaria y en apariencia absurda (para el experto en tecnología) cómo funciona Facebook. Porque casi nadie lo sabe con demasiada exactitud.

Comentarios cerrados
Inicio