¿Qué ha pasado con el poder adquisitivo de los trabajadores en los últimos 50 años? Estas son algunas teorías

¿Qué ha pasado con el poder adquisitivo de los trabajadores en los últimos 50 años? Estas son algunas teorías
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Como puede verse desde los medios generalistas, la conversación pública estadounidense lleva un par de años obsesionada con qué le ha sucedido a la economía del país. Sienten que, mientras los ricos van ganando más, la clase media mengua y se acerca más al bajo percentil de renta.

Llevan parte de razón.

Según distintas cifras de su Oficina Nacional de Estadísticas, las ganancias salariales para manufactureros e industria han caído un 65% con respecto a su productividad desde los años 70. O dicho de otro modo, si su plusvalía ha ido creciendo enormemente, no lo han hecho así sus salarios.

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Retribución salarial por hora de los trabajadores no agricultores. La gente que "hace cosas" sólo ha absorbido un 65% de lo que "produce". Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas de Estados Unidos.

Si analizamos a todos los trabajadores del sector privado del país, desde los años 60 la productividad/hora ha crecido un 241%, mientras que el salario de los trabajadores sólo lo ha hecho en un 112%.

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Diferencia entre el crecimiento de la productividad y la retribución salarial por hora de los trabajadores estadounidenses entre 1950 y 2015. Fuente: Instituto de Políticas Económicas.

Algunos dicen que estas cifras no son correctas porque lo que habría que tener en cuenta es la repartición del valor agregado, una métrica distinta de la productividad (y que nos imaginamos mentalmente como el concepto marxista de plusvalía) y que resulta de la división del valor producido por los factores de producción y los factores económicos. Pero incluso si tuviésemos en cuenta estos factores, los salarios habrían ido cayendo sustancialmente desde el año 2000.

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Crecimiento económico anual medio por percentiles de renta entre 1980 y 2014. El 5% más pobre ha pedido poder adquisitivo al no crecer nada. Entre el 50 y el 85% han ido creciendo a un 1% anual y el 0.001% a ido creciendo a un 6% anual. Gráfica: Piketty/Saez/Zucman, 2017

Algo está fallando porque, aunque el país ha tenido índices de desempleo muy bajos, los salarios no se han ido volviendo más competitivos. Si miramos el dinero medio por percentiles de renta, vemos que, mientras la economía del 85% de la gente no ha crecido ni un 1.5% anualmente entre 1980 y 2014, el 15% más rico ha ido viendo crecer su dinero a un ritmo enorme.

Esto, desde el punto de vista estadounidense, porque el Fondo Monetario Internacional también ha hecho sus análisis. En el conjunto de las economías desarrolladas, los asalariados han pasado de recibir el 55% de la renta (del total de rentas de cada país) a sólo el 39%.

¿Y todo esto a qué se debe?

Primero, a que este análisis se tiene en cuenta mirando al total de los trabajadores. Los trabajadores no cualificados son los grandes perdedores de este análisis y los que están lastrando las estadísticas de las clases bajas y medias. Eso sí, si miramos a las profesiones especializadas de servicios, desde enfermeros a brokers, tampoco su salario ha mejorado en los últimos 50 años, y en algunos casos incluso ha bajado un poco.

Segundo, a la tecnología y la globalización, casi dos caras de la misma moneda. En las economías avanzadas el impacto del progreso tecnológico en los puestos de trabajo explica, según el FMI, en torno a la mitad del declive salarial. Es "una combinación del rápido progreso en la transmisión de la información y de las telecomunicaciones y un alto número de trabajos que han sido automatizados".

La globalización también ha llevado a la deslocalización de los trabajos, lo que, pese a que se suele pensar que perjudica a los países más desarrollados, en realidad ha perjudicado en mayor grado a las economías emergentes, como Brasil o Turquía. Lo que sí ha contribuído es a una mayor polarización en los puestos de trabajos, haciendo que se reduzca la necesidad de empleados de cualificación media, aumentando así el número de personas que engrosan en las filas de la alta cualificación, pero sobre todo de la baja.

Y tercero y más importante, a que se está cambiando de una economía del trabajo al capital. A que ahora son económicamente más rentables las inversiones y los negocios que las rentas del trabajo. Que, crisis económicas aparte, la globalización y la competitividad están llevando a que los capitalistas prefieran invertir en becas educativas, servicios sanitarios y productos inmobiliarios.

Como resume el FMI, la disrupción tecnológica y global está, en general, beneficiando a la gente, pero está perjudicando a los salarios y está potenciando una brecha de desigualdad entre ricos y pobres que hay que paliar.

Y aunque no lo diga el FMI, sí que lo dicen otros economistas: el desplome de la recaudación fiscal de los ricos y de las empresas, mientras que las clases medias se van haciendo mayoritariamente con el peso de los impuestos, también habrá tenido algo que ver.

¿Y vale este análisis para España?

Sí y no. En España el aumento de productividad ha ido muy parejo al aumento salarial hasta los años 90: bajísimo comparado con el resto de Europa. Pero dos oleadas, una en el año 92 y otra durante la crisis de las subprime, han hecho que la diferencia entre productividad y salarios se haya ido ensanchando, hasta el punto que hemos visto aumentar la productividad por hora trabajada un 8% desde comienzos de 2008, el segundo mayor crecimiento entre los países de la zona euro, pasando así de ser una de las economías de la UE con los costes laborales más altos a estar casi en la media.

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Pero como dijo Bruselas, en España los salarios no están creciendo ni con esas mejoras de la productividad. Esto es así por la naturaleza de nuestra estructura productiva, o como dicen los chascarrillos, el problema de tener un país de albañiles y camareros.

Minería e industria, dos sectores que tenían buenos salarios, han ido perdiendo a pasos forzados tanto productividad como tamaño: si en los años 80 el 30% de los trabajadores españoles estaba en industria, ahora lo es el 15%.

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Fuente: Evolución de la productividad en España, Mónica Zea Solano.

La economía se ha ido volviendo cada vez más terciaria, y tenemos ya a un 66% de la población dedicada al sector servicios, pero dentro de esta son trabajos de baja especialización, con elevados requerimientos de mano de obra pero de niveles de productividad comparativamente muy bajos. El crecimiento productivo del sector servicios es paupérrimo, y por eso se lastra todo lo demás.

Pero en cualquier caso, sí, los salarios españoles han perdido poder adquisitivo: ha ido cayendo progresivamente del 73% del total de la economía a principios de los 80 al 69% en 1992 y al 61% en 2010. Aún lejos, eso sí, de la media de la OCDE que hemos visto más arriba.

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