"Rebelde", no terrorista: la lógica editorial de la BBC para Josu Ternera, ETA y otros grupos armados

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Josu Ternera fue detenido ayer por las fuerzas de seguridad hispano-francesas en Sallanches, en pleno corazón de los Alpes franceses. Quien fuera el máximo cabecilla de ETA había pasado más de diecisiete años en busca y captura. Reclamado por el Tribunal Supremo desde 2002 por su implicación en diversos atentados, entre ellos el de la Casa Cuartel de Zaragoza de 1987, Ternera representaba el último gran líder del grupo terrorista aún en libertad.

Y sin embargo, la BBC lo llama "rebelde".

La polémica. El titular causó gran indignación en las redes sociales: "Josu Ternera, leader of ETA Basque rebels, arrested in France". Muchos lectores españoles interpretaron en sus palabras un blanqueamiento consciente de ETA. "Rebelde", en contraposición a "terrorista", dota de cierta legitimidad política. Uno puede rebelarse contra un régimen injusto, cruzando así la frontera de juicio moral. "Terrorista" no. Es una figura retórica negativa asociada a injustificables acciones violentas.

Los porqués. ¿Simpatiza la BBC con la causa de ETA? No. La cadena rehúsa utilizar la palabra "terrorista" de motu propio. Lo marca su libro de estilo: no existe una definición universal sobre lo que constituye y no constituye terrorismo, por lo que su uso siempre tendrá una connotación política. De parte. La BBC, en aras de preservar su imparcialidad, rechaza su empleo y plantea otras alternativas: "rebelde", "atacante", "insurgente", etc.

Justificación. En sus propias palabras:

No cambiamos la palabra "terrorista" citando a otras personas, pero intentamos evitarla nosotros mismos. No porque seamos moralmente neutros hacia el terrorismo, no porque tengamos simpatía alguna por los perpetradores de atrocidades inhumanas que con demasiada frecuencia tenemos que cubrir, sino porque el terrorismo es una cuestión emotiva y difícil con significativas connotaciones políticas (...)

Por desgracia, no hay un consenso universal sobre lo que constituye terrorismo, o un ataque terrorista. Los diccionarios ofrecen algunas definiciones, pero la ONU no ha llegado nunca a ningún acuerdo. La razón es obvia: el terrorismo se interpreta desde un prisma político.

 Otros ejemplos. Durante su cobertura de los atentados de Sri Lanka, la palabra "terrorismo" sólo apareció entrecomillada y en boca de fuentes externas. Los Tigres Tamiles, la organización insurgente que el gobierno ceilanés considera "terrorista", fueron definidos como "rebeldes". El caso más significativo es el de ISIS. Conminada por el parlamento a utilizar el término "Daesh" (de connotación negativa en árabe), la BBC se negó. 

Su director argumentó que "Daesh" tenía un carácter peyorativo y político, y que la cadena debía ser "justa" (imparcial) en la materia. Seguiría utilizando "Estado Islámico", remarcando su disputado estatus con formulaciones tipo "el así llamado".

Juicio valorativo. Hay una lógica innegable en su línea editorial. La BBC se dirige a una audiencia global, y la palabra "terrorista" tiene un juicio de valor implícito que posiciona al lector por defecto. Y no todos los conflictos se consumen bajo el prisma político interno de los países. Para un español ETA es indudablemente un grupo terrorista. ¿Pero qué hay del PKK kurdo? ¿Y de los Hermanos Musulmanes? ¿Entran Hamás o Hizbollah en la misma categoría?

Para algunos gobiernos, sí. Para otros, no. La BBC entiende que utilizar el término "terrorista" sesga la información, limitando la comprensión que sus lectores puedan tener del problema.

El halo de ETA. En el caso de ETA llueve sobre mojado, no obstante. Al operar inicialmente bajo el franquismo, parte de la opinión pública europea interpretó sus acciones como un ejercicio de rebeldía contra la opresión de la dictadura. Ese halo pervivió a lo largo de los ochenta y parte de los noventa, muy especialmente en Francia ("el santuario"), donde la policía colaboró sólo tímidamente con el estado español.

La prolongada deslegitimación del grupo terrorista y sus crecientes atentados en suelo francés provocaron una reacción política y policial contundente de Francia. Pero durante décadas, ETA fue entendida en Europa bajo un prisma de "rebeldía" difícilmente comprensible en España. Y de ahí la furibunda reacción defensiva frente a la BBC.

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