"You’ll never walk alone": la curiosa historia detrás del himno fútbolero más famoso, el del Liverpool

"You’ll never walk alone": la curiosa historia detrás del himno fútbolero más famoso, el del Liverpool
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Hay canciones que, sin que se sepa muy bien por qué, toman vida propia. Escapan al propósito para el que fueron compuestas originalmente y terminan significando otra cosa, algo que, por razones casi siempre emocionales, las hace entrar finalmente en la historia.

Una de ellas bien puede ser “You’ll never walk alone”, convertida en lema del Liverpool FC por lo que representa ese “nunca caminarás solo” de unión entre la afición y los jugadores. Sólo con ver los vídeos de The Kop, la grada donde están los hinchas más fieles de los reds en Anfield, cantando esa canción, ya transformada en himno, es suficiente para ver el simbolismo que va añadido a ella.

Pero la historia de “You’ll never walk alone” va más allá del fútbol y de Inglaterra, y hay que buscar su origen, de hecho, al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, donde dos exitosos compositores de musicales estaban buscando un tema sobre el que escribir su siguiente obra, después de haber debutado con un enorme éxito en los teatros de Nueva York con ‘Oklahoma!’ De su esfuerzo por no caer en “el mal del segundo disco”, y escribir un musical que estuviera a la altura del primero, nació la leyenda de “You’ll never walk alone”.

‘Carousel’, el origen

carousel

En 1945, esos dos compositores, Oscar Hammerstein II y Richard Rogers, dos clásicos de Broadway, estrenaron ‘Carousel’, un musical que adaptaba la obra ‘Liliom’, del húngaro Ferenc Molnárs. La acción se trasladaba a la costa de Maine y contaba la historia de amor entre la molinera Julie y el encargado de un tiovivo Billy, que tiene que dedicarse a robar para poder conseguir sustento para Julie, embarazada.

Además, se cuenta otro romance, el de otra molinera con un ambicioso pescador, y la trama se centra en esa gente de clase trabajadora de finales del siglo XIX quer los autores creían que no habían sido adecuadamente representados en el teatro. La obra, no obstante, es una tragedia y no tiene un final feliz, pero Rodgers y Hammerstein II lograron insuflar una nota de esperanza al incluir, como canción de ánimo hacia un personaje que pierde a un ser querido, “You’ll never walk alone”, que es también la que cierra el musical.

El vídeo de arriba corresponde a la película de 1956, dirigida por Henry King, del musical, que fue un sonado éxito en cuanto se estrenó en Broadway. Cuando llegó al West End londinense, en 1950, ya iba precedido de ese éxito cosechado en Nueva York y, como solía ocurrir a menudo con estos musicales entonces, unas cuantas de sus canciones eran ya estándares que se cantaban fuera de la obra.

La más famosa, claro, era “You’ll never walk alone”, que empezó a interpretarse en graduaciones escolares, en funerales, y que fue versionada por Frank Sinatra, Judy Garland, Doris Day o Elvis Presley, entre otros. Toda esta popularidad la llevaría a entrar en el repertorio de Gerry and The Pacemakers, un grupo de Liverpool que la grabó como single en 1963 y se la enseñó a Bill Shankly, entrenador del equipo en aquella época. Y el resto es historia.

El himno definitivo

La afición del Liverpool adoptó enseguida la canción como himno para animar al equipo antes de los partidos, y el título, ese “nunca caminarás solo”, acabó convertido también en el lema oficial del club. Incluso se grabó en unas de las puertas de acceso a Anfield, llamadas las puertas de Shankly, muy apropiadamente.

No obstante, aunque esté más asociada con el Liverpool, no es el único equipo que la tiene como himno. El Celtic de Glasgow también ve cómo sus hinchas la cantan dejándose las cuerdas vocales en el estadio, y los aficionados del St. Pauli alemán la han adoptado asimismo como himno de su equipo.

Hay multitud de vídeos por Internet en los que se aprecia lo emocionante que debe ser estar en la grada de un estadio donde toda una afición canta un tema que, evidentemente, tiene un gran significado para ellos, pero es posible que no haya dos interpretaciones más llenas de emoción, por su asociación con acontecimientos externos, que estas dos.

Una es la que el propio Gerry Marsden, de los Pacemakers, lideró en el 20º aniversario de la tragedia de Hillsbourough, en 1989, en la que murieron 96 hinchas del Liverpool en una avalancha en el estadio del Sheffield (en cualquiera de los aniversarios, la verdad), y la segunda es la que cantaron los hinchas del Celtic de Glasgow la noche de los atentados en Madrid, el 11 de marzo de 2004, antes de su partido de Liga de Campeones contra el Barcelona. Así que, como dice la canción, “camina con esperanza en tu corazón, y nunca caminarás solo”.

Foto | cchana

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