Bud Spencer era el puto amo definitivo: su alucinante vida contada en 14 hechos

Bud Spencer era el puto amo definitivo: su alucinante vida contada en 14 hechos
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2016 se ha llevado a otro gran icono de la cultura popular: anoche, Carlo Pedersoli, conocido universalmente como Bud Spencer, fallecía a los 86 años. Una vida larga y plena que pasará a la historia del cine por sus inconfundibles y legendarios mamporros pero que, de fondo, oculta un montón de aspectos alucinantes sobre Pedersoli. Desde sus inicios en la natación olímpica hasta sus ocasionales y no exactamente triunfales incursiones en la vida política italiana, Bud Spencer podría albergar por derecho propio el título de badass definitivo.

No tanto, quizá, como Christopher Lee, cuyas andanzas requerirían de varias miles de vidas del resto de los mortales para ser vividas, pero sí lo suficiente como para que, en el día de su pérdida, podamos enumerar tantos hechos alucinantes de Bud Spencer como mamporros repartió a lo largo de su extensa y muy épica carrera cinematográfica. Vamos allá, vídeo incluido:

1. Era italiano. De Nápoles, en concreto

Su nombre artístico puede inducir al engaño, pero no el original: Pedersoli nació en la depauperada Italia del sur en 1929, en Nápoles, la principal ciudad del Mezzogiorno. Le tocó vivir un periodo convulso, entre el apogeo del fascismo, la Segunda Guerra Mundial, la invasión de Italia y la dura posguerra. Tan dura que, para 1947, y tras años de mudanzas a lo largo del centro de Italia por el trabajo de su padre, Pedersoli terminó con sus huesos en Sudamérica.

2. Hablaba portugués de forma bastante fluida

Porque una vez en Latinoamérica, Pedersoli, antes incluso de cumplir los veinte años, se vio obligado a abandonar sus estudios y a comenzar a trabajar en Brasil, último destino de su familia. Bud Spencer trabajó para el consulado de Italia en Recife, lo que le permitió aprender y hablar portugués de forma bastante fluida y eficiente. Pasó allí tres años antes de regresar a Italia.

3. Era un excelente nadador. Volvió a Italia por ello

Nadador

Mucho antes de ser actor, Pedersoli había sido nadador. A su vuelta a Italia, cumplido su ciclo en Brasil, Pedersoli ficha por el S.S. Lazio Nuoto, uno de los clubs de natación más destacados de la capital italiana por aquel entonces. Siempre había mostrado grandes dotes para el deporte acuático desde su niñez y juventud (medía 1,96 metros, un valor añadido por aquella época en Italia), de modo que se lanzó a la competición oficial.

4. Fue el primer italiano en bajar del minuto en 100m

En 1950, cuando ostentó el récord nacional de Italia en los 100 metros (estilo libre). Pedersoli cubrió la distancia en poco más de 59 segundos. Por aquel entonces era una marca poco destacable (la barrera del minuto había sido rota hacía décadas), pero en la Italia de posguerra, descapitalizada y sin grandes recursos deportivos, era todo un logro (hoy está en 47.96 segundos).

5. Participó en dos Juegos Olímpicos

Siempre en 100 metros libres, y jamás en una final. Las marcas de Pedersoli sólo le permitieron alcanzar la notable ronda de semifinales durante dos Juegos Olímpicos consecutivos: primero en Helsinki, en 1952, y más tarde en Melbourne, en 1956. Donde sí logró convertirse en medallista fue en los Juegos del Mediterráneo de 1951, en Alejandría: una medalla de plata bajando del minuto.

También fue Campeón de Italia varias veces.

6. También fue un waterpolista de éxito

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Dando un mamporro.

El S.S. Lazio Nuoto, el club en el que había iniciado su éxitosa y destacable carrera como nadador, también contaba con un equipo de waterpolo. Dadas sus condiciones atléticas, Pedersoli encontró poco problema en adaptarse a su nuevo deporte. Contó con una carrera de relativo éxito, aunque terminará de forma repentina en 1957, obteniendo un campeonato italiano en 1954.

7. Ayudó a construir la Panamericana

Abandonada su trayectoria deportiva, cansado de la vida de lujos y comodidades que disfrutaba y con el objetivo de encontrarse a sí mismo y con su "real naturaleza", Pedersoli vuelve a Latinoamérica, en concreto a Venezuela, donde encuentra trabajo como obrero de la ruta Panamericana, uno de los sistemas de carreteras más impresionantes del mundo que cruza el continente de norte a sur. Lo hizo en su variante colombiana. De forma paralela, además, representó a Venezuela en otras pruebas menores de natación, además de trabajar en un concesionario de coches en Caracas.

8. También fue compositor de música

Vuelve a Roma en 1960, se casa con Maria Amato y se convierte en el yerno* de Giuseppe Amato, productor cinematográfico que le abrirá sus puertas al mundo del cine, donde pasaría a la historia de la cultura popular. Antes, Pedersoli se abre camino como compositor de música. Firma un contrato con la discográfica RCA y escribe canciones para otros cantantes como Ornella Vanoni y Fidenco Nico.

9. Se cambió el nombre por su cerveza favorita

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De aquí viene parte del mito popular que tiende a considerarlo estadounidense. Pedersoli, en aras de abrirse las puertas del mercado estadounidense, optó por adoptar un nombre artístico distinto a principios de los sesenta. Qué mejor que rendir homenaje al actor Spencer Tracy, una eminencia por aquel entonces... y a su cerveza favorita, la Budweiser. De ahí surgiría Bud Spencer.

10. Era piloto de avionetas y de helicópteros

De forma paralela a su exitosa trayectoria cinematográfica, ya de la mano de su inseparable compañero Terence Hill (que también era italiano y que se llamaba en realidad Mario Girotti), Pedersoli decide explorar otras facetas de su mente expansiva. Interesado de forma notable en la aeronáutica, obtiene la licencia de avionetas y helicópteros, lo que le permite, más tarde, fundar su propia compañía aeronáutica, Mistral Air, dedicada al transporte de mercancías (y que hoy pertenece al servicio público de correos italiano).

11. Estudió hasta tres carreras distintas

Era un avezado estudiante. Primero lo intentó con Química, pero se vio obligado a dejar sus estudios en su juventud para comenzar a trabajar. Más tarde comenzó su carrera en Derecho, y la culminaría con éxito. Finalmente, también probó suerte con Sociología, aunque esta también la dejaría a mitad de camino.

12. Tiene hasta 12 patentes registradas a su nombre

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Un auténtico hombre del Renacimiento, Pedersoli combina sus horas frente a la cámara (cada vez mayores gracias al éxito que su comedia-spaguetti-western obtiene a nivel internacional) y sus larguísimos paseos a lomos de sus naves aeronáuticas con ocurrencias e invenciones de todo tipo. Como resultado, termina su vida con 12 patentes registradas a su nombre. Entre otros cacharros, un ratón de juguete eléctrico, un cepillo de dientes con pasta incorporada de un sólo uso, o un bastón con silla-mesa transportable incluido.

13. Ha publicado varios libros. Todos súperventas

Los tres primeros fueron autobiografías y se han traducido a varios idiomas. En el último, además, Pedersoli ameniza a sus fieles lectores con cuestiones trascendentales acerca de la comida y sus múltiples ramificaciones, además de, en sus propias palabras, discutir otros asuntos con algunos grandes filósofos de la historia de la humanidad (a los que él iguala en proyección intelecutal, por supuesto). Todos sus libros se han vendido como churros.

14. Se presentó a las elecciones en el Lazio

Lo intentó de la mano de Silvio Berlusconi (Pedersoli siempre tuvo ideales conservadores) y de Forza Italia, el partido que aún hoy preside Il Cavaliere. Pedersoli se presentó a las elecciones regionales del Lazio, la región de Roma, y recibió alrededor de 4.000 votos en la lista electoral de su partido. Según él, lo había sido todo en la vida excepto jinete profesional, bailarín de ballet y político. Obviamente, ante esas tres posibilidades, eleigió la más factible.

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