Ucrania ha presentado una canción política a Eurovisión. Aunque parezca raro, no es la primera

Ucrania ha presentado una canción política a Eurovisión. Aunque parezca raro, no es la primera
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Las reglas de Eurovisión lo dejan claro: no se permitirán canciones que hagan referencias políticas, sean de la índole que sean, explícitas. Por lo general, la mayor parte de las composiciones hablan sobre la fraternidad, la paz en el mundo, el amor entre vecinos y la integración cultural, exaltada, de todas las naciones europeas. Por lo general. Hay años, sin embargo, en el que este maravilloso continente llamado Europa se las arregla para hacer de Eurovisión un concurso político, abiertamente político. Este es uno de ellos.

Lo es, claro, gracias a Ucrania. El país, embarcado en un conflicto bélico que le enfrenta indirectamente a Rusia, ha decidido llevar a la edición de Eurovisión de 2016 una canción explícitamente política. No se trata de la primera ocasión, y en este post hemos querido resumir, aunque sea de forma sucinta, otras ocasiones en las que las soflamas políticas, los conflictos diplomáticos y el rencor entre estados vecinos se ha manifestado en forma de canciones horteras e intérpretes extravagantes.

1. Ucrania y su referencia a Stalin

El año pasado, Ucrania decidió no participar en el concurso dada su convulsa situación interna. Este año, pese a que el conflicto armado en el Donbass continúa, el país ha regresado a lo grande: con una canción titulada '1944' que narra la deportación de la minoría tártara de Crimea decretada por Stalin en plena Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, la península está poblada por rusos étnicos, argumento del que se ha valido Putin para invadirla invitarla amablemente a unirse a Rusia tras un referéndum.

2. Georgia y su "no queremos a Putin"

En la primavera de 2009, parte del territorio de Georgia había sido invadido por el Ejército ruso. Durante el verano de 2008, Putin decidió atacar al pequeño país caucásico en aras de defender a minorías étnicas rusas presentes en el país y que, según el gobierno ruso, debían ser protegidas. Naturalmente, esto creó cierto descontento entre la población y el gobierno georgiano. De cara al concurso de Eurovisión, la delegación de Georgia decidió dejarlo claro con una canción titulada 'We Don't Wanna Put In'.

Se trataba de un juego de palabras que, recitado oralmente, se traducía como "no queremos a Putin". Sutil, pero no lo suficiente: la organización del concurso consideró inadecuada su participación por referencias políticas.

3. Conchita Wurst y los derechos LGBT

Pese a que Eurovisión siempre ha sido asociado de forma estereotipada al colectivo LGBT, no han sido demasiadas las canciones o los intérpretes que se han prodigado en demasía en su defensa abierta y pública. Hace dos años, en 2014, sucedió algo excepcional, sin embargo: Conchita Wurst, un drag queen de indudable carisma, se alzó con el trofeo final frente a diversas críticas homófobas por parte de otros países participantes y reivindicando, en el discurso final, la libertad y la tolerancia hacia el colectivo LGBT.

La suya fue una participación política en todas las dimensiones posibles.

4. Israel y su "aprieta el botón"

Israel siempre ha sido un clásico del concurso de Eurovisión: del mismo modo que participa en las organizaciones deportivas europeas, la cadena de televisión estatal se implicó de forma temprana en la organización y promoción del festival. No siempre sin polémicas. En 2007, el grupo Teapacks interpretó la canción 'Push The Botton', que en el siempre voluble contexto de Oriente Medio fue interpretado en multitud de foros como una reivindicación nacionalista del poder militar israelí o como un ataque al yihadismo internacional.

5. ¿España le baila un tango a Reino Unido?

Fue la interpretación que algunos medios de comunicación dieron a la canción presentada por España en 1982. Por aquel entonces, Reino Unido se enfrentaba a Argentina en la Guerra de las Malvinas. La representante designada por RTVE, Lucía, acudió al concurso con una pieza titulada 'Él', un tango reconvertido en canción pop en el que la propia Lucía se encargaba de dar algunos pasos típicamente argentinos. Hubo quien deseó leerlo en clave de apoyo político a Argentina, por afinidades históricas y culturales.

6. Armenia y denuncia del genocidio

Durante la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano cometió el segundo genocidio moderno en Armenia, aniquilando sistemáticamente a todo varón de etnia armenia por su supuesta colaboración con el Imperio ruso. Años después, y pese a las abundantes pruebas de ello, Turquía y otros países siguen negando que lo que sucediera en el conflicto fuera un genocidio. La cuestión es espinosa en Armenia, y decidió llevarla a Eurovisión con motivo del centenario del crimen. Lo hizo con una canción llamada 'Don't Deny'...

...que posteriormente, tras ser acusada de ser demasiado política, se convirtió en 'Follow the Shadow'. En ella, diversos artistas armenios hablaban sobre la diáspora armenia, con el telón de fondo del genocidio, lo suficientemente vago y sutil como para que la dirección del concurso decidiera no vetarla.

7. Portugal y la Revolución de los Claveles

El 25 de abril de 1974 pasó a la historia de Portugal como el día en el que el pueblo y el ejército se levantaron pacíficamente contra el Estado Novo, el régimen dictatorial de Marcelo Caetano. Ese mismo año, Paulo de Carvalho obtuvo una discreta 14ª plaza en Eurovisión con 'E Depois do Adeus'. Su éxito estaba en casa, sin embargo: 'E Depois do Adeus' fue la primera señal que utilizaron los militares, al ser emitida por la radio nacional, para prepararse para el golpe. La segunda fue la maravillosa 'Grândola, Vila Morena'.

En este sentido, y pese a su carencia total de mensaje político, ninguna canción de Eurovisión ha sido tan política como 'E Depois do Adeus', desde entonces un símbolo de la libertad y de la democracia.

8. Gigliola Cinquetti en contra del divorcio

Seguimos en 1974. Mientras en Portugal se preparaban para la Revolución de los Claveles, la sociedad italiana encaraba un debate peliagudo: el divorcio. La muy católica Italia se encontraba dividida ante el referéndum que debía anular o no la figura legal del divorcio, y Gigliola Cinquetti tomó un protagonismo notable en la arena política. Su canción, 'Sí', fue interpretada por la RAI como una invitación a votar a favor del referéndum, y por tanto política. Su actuación fue censurada... pero el público votó abrumadoramente por su participación. Lo hizo bien y quedó segunda. Pero nadie lo pudo ver en Italia.

Pese a su "sí", Italia votó "no" a echar para atrás el divorcio. Esto es, a favor del divorcio.


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