Si te importa tu salud, por favor, no hagas la cama

Si te importa tu salud, por favor, no hagas la cama
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Para casi cualquier persona educada en la estricta ordenanza de sus padres, la tarea es rutinaria: levantarse, desayunar, ducharse, hacer la cama. La última actividad ha sido inculcada desde décadas atrás por todo tipo de progenitores con el objetivo, suponemos, de imponer orden y disciplina. Pues bien, todo ese torrente de educación y sabiduría podría ser un grave error. Si te importa tu salud, no deberías hacerte la cama cada mañana. Tus padres estaban equivocados.

Al menos, según un ya antiguo estudio de la Universidad de Kingston. Su autor, Stephen Pretlove, afirma que no hay mejor modo de aniquilar a la mayor parte de ácaros del polvo de tu cama que dejándola sin hacer. La tesis de Pretlove, amparada en su investigación, es simple: los ácaros de tus sábanas sobreviven en ambientes cálidos y de alta humedad, condiciones que se desarrollan mientras duermes en ella. No puedes hacer nada para matarlos... excepto airear la cama durante el resto del día, mientras no reposes sobre ella. Sólo así se deshidratarán y perecerán.

Por qué los ácaros son un problema

¿Qué son y qué quieren de ti los dichosos ácaros? Hablamos de microscópicos organismos que se cuentan por millones en tu acogedora cama. No trates de buscarlos a primera vista, no los vas a encontrar, pero están ahí. En sí mismos son inofensivos: acuden a tu cama porque se alimentan de escamas de tu piel muerta. El problema son sus excrementos, de alto poder alergénico. Para miles de personas alérgicas, suponen un incordio a lo largo de su vida. Y combatirlos requiere de mucho trabajo: desde eliminar de la casa lugares donde puedan anidar hasta mantenerla libre de polvo.

Disfrutan en espacios cuya humedad relativa óptima oscila entre el 70% y el 80%, idealmente a 25º C. Colchones, almohadas, tapices, mantas, edredones, sillones, alfombras

Como explican aquí, disfrutan en espacios cuya humedad relativa óptima oscila entre el 70% y el 80%, idealmente a 25º C. Colchones, almohadas, tapices, mantas, edredones, sillones, crecen en cualquier rincón. Se han contabilizado más de 30.000 especies y desarrollan varios alérgenos. Pero no son invencibles: espacios donde la humendad es inferior al 45% les resulta letal. Y es ahí donde encontramos el argumento de Pretlove: al no hacer la cama y ventilarla durante todo un día, permitimos que la humedad y la temperatura bajen. Y que los ácaros se mueran poco a poco.

Sabanas

"Sabemos que los ácaros sólo pueden sobrevivir consumiendo agua ambiental utilizando pequeñas glándulas en el exterior de sus cuerpos. Algo tan simple como dejar la cama sin hacer durante el día puede eliminar la humedad de las sábanas y el colchón, de modo que los ácaros se deshidraten y eventualmente mueran", explicó el investigador en su momento. El objetivo del estudio, entre otros, era aportar nueva información para desarrollar ambientes limpios en el hogar, el lugar donde más se encuentran, de modo que reduzcan el riesgo para las personas alérgicas.

El trabajo de Pretlove, sin embargo, es uno de tantos dentro de los especialistas en la lucha contra las alergias y los ácaros del polvo

El trabajo de Pretlove, sin embargo, es uno de tantos dentro de los especialistas en la lucha contra las alergias y los ácaros del polvo. El País recogió en su momento la opinión de Pedro Ojeda, de la Comunicación de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología, para quien el estudio necesitaba ser completado con otro de campo que comparara las poblaciones de ácaros en camas hechas y sin hacer en igualdad de temperatura y humedad relativa dentro de las viviendas.

Conviene ser escépticos, por tanto, ante la idea de no hacer la cama como la solución al problema de los ácaros del polvo. Como hemos visto, es relativamente sencillo acabar con ellos tanto en la cama como en otros lugares de la casa, pero, en rigor, el problema no son ellos. Lo recuerdan en este estudio publicado por Nature: es posible que ventilando la cama durante la mayor parte del día, dejándola sin hacer, logremos acabar con los bichos que tantas molestias causan. Pero sus excrementos, el problema real y que porta los alérgenos, van a seguir ahí.

No hacer la cama no es la solución final

Hay cifras: el 95% de los alérgenos encontrados en espacios con numerosos ácaros dependen de forma exclusiva de sus heces. Sobre las medidas para reducir nuestra exposición a los alérgenos derivados de los ácaros y sus secreciones hay un amplio debate, empezando por el tipo de sábanas que deberíamos utilizar para su prevención. Este otro estudio descubrió que la utilización de mantas eléctricas, ideales para calentarnos mientras dormimos, reducían de forma considerable la humedad de nuestra cama y, por tanto, registraban menor cantidad de ácaros viviendo entre ellas.

Acaros

Se debe matizar, pues, el estudio y las conclusiones de la Universidad de Kingston. No hacer la cama puede tener beneficios en la cantidad de ácaros que encuentras en tus sábanas cada noche, pero, al parecer, no es el arma definitiva para acabar con sus alérgenos. En el fondo, el consejo de Pretlove no queda tan lejos de la proverbial enseñanza de tus padres: la cama siempre se ventila media hora antes de hacerla, con las ventanas abiertas. Si no, no sirve de nada.

En el fondo, el consejo de Pretlove no quedan tan lejos de la proverbial enseñanza de tus padres: la cama siempre se ventila media hora antes de hacerla

Por otro lado, hacer la cama tiene sus ventajas. Este trabajo de la organización norteamericana Sleep Foundation descubrió que la mayoría de personas que afirmaban hacer la cama a diario descansaban mejor por las noches. Pero correlación no siempre implica causalidad. Si quieres más argumentos, aunque la mayor parte de ellos no sean científicos, los puedes encontrar en esta recopilación de BuzzFeed. Para unos se trata de una cuestión de orden y armonía dentro de su habitación, una forma de dar comienzo al día o una mera decisión estética.

En caso de que el asunto te preocupe de verdad, aquí puedes encontrar una larga lista de consejos, muy exhaustiva, para luchar contra los ácaros, más allá del mero hecho de hacer la cama o no. Controlar las condiciones de humedad y de ventilación de tu cuarto, utilizar sábanas y fundas específicas, aspirar el colchón una vez al mes, paños húmedos para limpiar el polvo, etcétera. No todo se reduce a la tentadora oportunidad de no hacer la cama, ese engorro, cada mañana.

Imagen | thien-kim, Daniel Oines, Gilles San Martin

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