Esto es lo que Google ha aprendido sobre cómo perfeccionar las sesiones de brainstorming

Esto es lo que Google ha aprendido sobre cómo perfeccionar las sesiones de brainstorming
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¿Cómo tener las mejores ideas para innovar dentro de tu empresa? Un método firmemente afianzado en todo el orbe empresarial es el brainstorming: sesiones que reúnen a un equipo limitado de trabajadores para que, en compañía, extraigan ideas de su cerebro y las vuelquen sobre la mesa. Del proceso acumulativo, según cuentan los procesos teóricos, salen las mejores ideas. Proyectos capaces de dar un nuevo impulso a una empresa, de abrir nuevos canales de negocios, de crear nuevos prototipos, productos y servicios.

Pocas empresas pueden ofrecer un expediente tan brillante en innovación y desarrollo como Google. La tecnológica de Mountain View ha crecido durante los últimas dos décadas como sólo otro reducido y exclusivo puñado de gigantes estadounidenses a lo largo de Sillcon Valley. Lo que comenzó de la mano de un mero (y muy buen) buscador, ha derivado en Alphabet, un conglomerado enorme de compañías dedicadas a cuestiones de todo tipo, desde robótica hasta smartphones, pasando por la automoción o los planes de pensiones.

¿Cómo lo han logrado? Teniendo miles de ideas, acumuladas en lluvias, monzones creativos que han seleccionado un pequeño puñado de grandes proyectos a través de un proceso de selección enorme. Google ha aprendido mucho de sus sesiones de brainstorming, y no tiene reparos en explicar cómo las ha perfeccionado. El otro día, en Fast Company, Veronica Lafargue, cabeza mundial de Google Apps orientadas al trabajo, contaba los pasos necesarios para tener una adecuada lluvia de ideas. Estas son las claves de su éxito:

1. Primero acude y analiza a tu consumidor

O lo que es lo mismo, "no tengas ideas sin saber para quién las tienes".

Brain

En nuestro imaginario colectivo, "brainstorming" significa diez personas alrededor de una mesa con un bloc de notas soltando ideas que acudan de forma más o menos ordenada a su cabeza. No debería ser exactamente así. Para Google, hay pasos previos. El fundamental, acudir al consumidor. Puede parecer una obviedad, pero no ha de serlo de forma necesaria. ¿Qué han aprendido ellos? Que es más fácil llegar a grandes ideas capaces de solucionar cosas si primero has hablado con las personas a las que quieres ofrecer tu servicio.

Básicamente, cada consumidor tiene un problema, y requiere de soluciones distintas. Google se patea las calles y les pregunta directamente, recopila los retos a los que sus usarios se enfrenta y, con todo ello, vuelve al laboratorio de ideas y pone a sus equipos a trabajar. Para la tecnológica, es esencial conocer a quién quieres dirigirte. De lo contrario, las sesiones de lluvia de ideas se realizan en espacios abstractos y poco acotados. Descubre y piensa, no al revés.

2. Ahora sí, ponte a pesar, pero no de cualquier modo

Según Lafarque, un problema clásico de las sesiones de brainstorming es que empiezan la casa por el tejado: pensando en las soluciones que pueden ofrecer a su consumidor antes de conocer los problemas a los que se enfrenta. Una vez cumplido el primer mundo, es hora de hacer lo que se supone que es una sesión de brainstorming: sentarse y tener miles de ideas.

Brainstorming
Imagen: Larry Vincent.

Literalmente: miles. Google parte de una idea fácil de describir pero muy compleja de ejecutar: es mucho mejor y más productivo, amén de su impacto a nivel innovativo, pensar en soluciones diez veces mejores a las que ya tienes que hacerlo en ideas un 10% más grandes. Dicho de otro modo: cuando Google aspira a idear cosas 10 veces mejores, rompe los propios límites de sus propios proyectos. Cuando se limita al 10%, tan sólo mejora marginalmente lo que ya tiene, su radio de acción queda constreñido a lo cuantitativo, a lo posible.

El ejemplo claro es la cobertura mundial de Internet: si se limitara al 10%, instalaría un 10% más de aparatos. Es mejor y más grande a lo que ya tiene, ok, pero es muy limitado comparado con Project Loon, la serie de balones que quieren surcar los cielos para ofrecer conectividad a los puntos más remotos y olvidados del planeta. Ese es el "diez veces" más del que habla Google.

¿Difícil? Claro. Lafarque enumera algunos pasos para conseguirlo:

  1. Pasa del "no, pero" al "sí, y además". Construye sobre las ideas de los demás, aunque sean malas. En una sesión, muchas van a ser inservibles per sé, pero en vez de desecharlas, Google les encuentra más utilidad construyendo a partir de ellas.

  2. Ten muchas ideas. Muchas. Todas las posibles. En esta parte del proyecto, prima la cantidad.

  3. Sé directo y sé conciso. O lo que es lo mismo: trata de sintetizar todas las ideas que vayas teniendo en titulares que podrían acabar en medios de comunicación. Resume los futuros y por el momento embrionarios proyectos en un puñado de palabras para aclarar su enfoque y finalidad.

  4. Tira de ilustraciones. Dibujar es una buena forma de aterrizar una buena idea.

  5. Di no a las soluciones "incrementales": piensa a lo grande. No al 10%, sí al "diez veces más". Es decir, los equipos de Google siempre tratan de irse a las ideas más grandilocuentes e imposibles para romper las barreras de lo posible. Según su experiencia, es el mejor modo de llegar a puntos que antes ni siquiera habías imaginado. Innovar es también lanzarse al vacío de la exageración.

  6. No te precipites en el juicio. Da aire, tiempo y espacio para crecer a las ideas que el equipo haya obtenido del brainstorming.

Ok, y si ya tienes tu idea, ¿cuál es el siguiente paso?

3. No esperes: si tienes una idea, ejecútala

Ideas
Imagen: Innovation Lab.

Más simple de lo que aparentaba en un principio. Una vez has llegado a la idea o al proyecto que querías desde un principio (pero que no sabías que querías, de ahí el brainstorming), simplemente hazlo. Lafarque recomienda no esperar, no sobrepensarlo, no dejarlo coger polvo en los baúles de la innovación. Da un primer paso aunque sea pequeño y dale forma física: cuando Google llega a una idea, crea una maqueta o un boceto, bosquejos que no le dejen morir.

Y eso, en esencia, es lo que ha hecho de Google el actual Google.

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