La palabra “paraíso” dispara imágenes en la mayoría de nosotros. Cada uno tendrá su propia definición de ese lugar idílico que anida en nuestra imaginación, pero hay una gran mayoría que la asocia con una isla.
Si está bien aislada, poco habitada y poblada de palmeras, mejor que mejor. Hemos visto cantidad de estas imágenes publicadas en libros y revistas de viajes que nos llenan de envidia pero… ¿dónde están? Aquí os dejamos cinco ejemplos de islas donde descubrir el paraíso.
Maupiti
La Polinesia Francesa no se agota en Tahiti, Moorea y Bora Bora. La gran cantidad de islas e islotes que componen el archipiélago en el Océano Pacífico, es garantía de rincones casi privadísimos.
Uno de ellos es, sin dudas, Maupiti o “la pequeña Bora Bora”. Tan sólo 11 kilómetros de superficie para una pequeña comunidad que vive rodeada por una de las lagunas más bonitas del Pacífico perfilada por un atolón coralino. Se llega aquí desde Bora Bora en avioneta o a través de un barco dos veces por semana.
Socotra
No es sencillo llegar, pero encontrarás en Socotra el paraíso en el sentido más absoluto: una isla aislada que casi no conoce la visita de extranjeros, playas vírgenes y aguas cálidas. Para llegar a Socotra hay que volar a Estambul, de allí cinco horas más hasta Sana’a, capital de Yemen, para luego subirse a un avión local por otras 3 horas y llegar a la boca del Golfo de Adén, en el Índico.
A partir de allí tendrás la sensación de ir descubriendo territorio a cada paso. Cavernas frente a la playa, kilómetros de dunas y playas deshabitadas como la magnífica Qansaliyah (foto), un interior rocoso y elevado donde una gigantesca grieta parte el perfil de la isla en dos. Cascadas, bosques de árboles exóticos, miradas asombradas de sus pocos habitantes, cielos infinitos, aventura.
Fernando de Noronha
Entre África y América, en un punto del inmenso Atlántico, una isla guarda lo más bonito de la Naturaleza. Fernando de Noronha es reconocida como un santuario por su riqueza natural, su fauna, su riqueza submarina, sus paisajes, su clima.
Esta isla pertenece a Brasil y es accesible por vuelos desde Salvador, Fortaleza o Rio de Janeiro. Al aterrizar, los perfiles de sus calas dejan ver playas como la de Sancho donde puedes sentirte como un nuevo Robinson Crusoe. El archipiélago está compuesto por unas 20 islas e islotes, su superficie está preservada en un 90% por un Parque Nacional Marino y es Patrimonio de la Humanidad desde el 2001.
Cayos Zapatilla
Si tu idea de “paraíso” está ligada al turquesa del Caribe, no busques más… El lugar se llama Cayos Zapatilla, un archipiélago en la costa noroeste de Panamá con 2 islas que llevan el mismo nombre. Están deshabitadas y dentro del Parque Nacional Marino Isla Bastimentos por lo que tu visita será de paso, pero inolvidable.
Si quieres estar a un paso puedes alojarte en las islas cercanas del Archipiélago de Bocas del Toro, para trasladarte en barca (después de un desayuno magistral a base de productos tropicales) para dejar pasar el día sobre la arena fina y dorada de estos cayos.
Aitutati
La laguna más turquesa del Pacífico. Así se anuncia Aitutati,atolón de las Islas Cook, y la realidad no te defrauda. Después de un vuelo desde Rarotonga, ves por la ventanilla una isla pequeña, rodeada de una cadena de islas más diminutas aún, islotes, salientes de coral y superficies de arena que encierran su laguna.
Y cuando después de un par de horas sobre una arena blanca y perfecta te ofrecen “caminar sobre el agua” no te lo piensas dos veces. Un corto viaje en lancha de unos 10 minutos y estás del otro lado del atolón, en One Foot Island (no mide mucho más). Aquí se borra la diferencia entre la playa y el mar, la arena coralina queda al descubierto y puedes ir caminando de un islote al otro sin apenas mojarte los pies.
Estas son sólo algunas islas que podrían ser el escenario idílico que nos atrae. ¿Dónde está tu paraíso soñado?
Imágenes | Marcus Gleinig, Andreinvs, Stefan Geens, PRPixel
