Hay personas que no son capaces de imaginar cosas. Ésta es su historia

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Si te pido que cierres los ojos e imagines una playa, ¿qué es lo que ves?

Esto es exactamente lo que le pidió Blake Ross, programador de Firefox y de Facebook y escritor ocasional, un día urgentemente a todos los contactos online que encontró en su Facebook. A los 72. No se había vuelto loco, o no exactamente. Un artículo del NY Times le había volado la cabeza. Las respuestas que le dieron sus amigos no le tranquilizaron en absoluto.

Unos veían playas en las que habían estado. Otros se acercaban más a las playas prototípicas de postal, de Maui o de las Antillas. Si Blake Ross les pedía que describiesen la escena, entraban en detalles. Ross era incapaz de hacer eso en su cabeza.

Afantasía, la ceguera de la mente

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Lo que Ross descubrió es que tenía afantasía, una complicada y muy desconocida condición psicológica por la que sus procesos mentales difieren de los de la mayoría de la gente. Ross no puede ver en su cabeza, al contrario de lo que puede hacer la mayoría de la gente. Es como si su cerebro fuese ciego. Lo describía así:

“Si me dices que me imagine una playa, le estaré dando vueltas al concepto de playa. Sé que hay arena, que hay agua, sol y tal vez un vigilante. Sé datos relacionados con las playas y también puedo hacer malabares verbales con la palabra misma.

Pero no soy capaz de rememorar las playas que he visitado porque no tengo en mi archive ninguna experiencia sensorial relacionada con ellas, ya sea visual, auditiva, emocional o de cualquier otro tipo. No tengo la capacidad de crear una imagen de la playa, ni cerrando los ojos ni leyendo un libro ni concentrándome con fuerza durante horas. Ni siquiera si estoy en frente de esa playa.

Y he crecido en Miami”.

Por supuesto, esto le llevó a él y a sus amigos a un mar de preguntas. Para empezar, ¿qué es exactamente visualizar algo en tu cabeza? Si lo has intentado, verás que tu imagen mental no es exactamente un fotograma, se trata más de un concepto fluido en el que pasan cosas “parecidas” a ver. Como en este video.

Él no podía hacerlo. Tampoco recuerda la Gozadera, ni puede rememorar ninguna otra experiencia que provenga de los sentidos a no ser que lo esté sintiendo en ese mismo momento. Ross no puede imaginar porno. O rememorar ningún momento del pasado, como cualquier recuerdo de su vida con la novia que tuvo hace años y que murió repentinamente tras sufrir en un accidente de coche. Para él, los sueños son una larga descripción de una historia dicha por Loquendo.

Hacerse viral. Descubrirle a mucha gente por fin cuál es ese problema que no sabían precisar

Todo esto, como ves aquí, viene de una nota de Facebook del pasado 22 de abril. Se ha vuelto viral. Tiene más de 5000 likes, incluido el de Mark Zuckerberg (bueno, normal, son amigos). “Acabo de descubrir algo sobre ti y te va a hacer volar la cabeza. Y no es ninguna broma, no es una exageración del tipo de cosa que ‘te va a volver loco’ que pondrían en un artículo sobre 8 cosas que debes saber de los murciélagos en Buzzfeed. Es, creo, lo más cercano a una revelación divina materializada en la tierra que he tenido jamás”. Así empezaba su texto. Y la respuesta que ha provocado en el público, lo constata.

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En los casi mil comentarios que hay por el momento, puedes encontrarte a amigos que sienten su condición. A exnovias alucinadas de que este chico no pueda “recordar” ningún detalle de su relación juntos. Pero también muchas voces dando las gracias por haber descrito y puesto nombre a uno de los malestares de su vida y de personas cercanas que, ahora han descubierto, también sufren afantasía. Puede que sufrir no sea la palabra, pero al menos ya saben que sus vidas no encajan en un montón de cosas que la gente normalmente da por sentado. No, “contar ovejas” no es una figura del lenguaje, es algo que la gente hace de verdad.

Dentro de las muchas cosas increíbles que despierta esta idea es que, como hemos mencionado, Ross es escritor. Y ha trabajado como guionista. Porque sí, en su cabeza las palabras se juntan para formar conceptos que luego se convierten en historias, pero él no puede visualizarlas. Sus guiones han servido para que otras personas vean a través de Ross cosas que él no ha visto jamás.

La afantasía en primera persona

Antes de proseguir, dejamos íntegra la traducción de las 20 preguntas con las que, en cuanto saltó la liebre, le bombardearon familiares y amigos a los que había preguntado. Muchas de las cosas que probablemente te estarán asaltando a ti ahora mismo, se explican aquí:

1. ¿Puedes imaginarte mi cara?

No, pero no te ofendas, no es personal.

2. ¿Pero no sabes cómo es? ¿Qué aspecto tiene?

Sé datos sobre las características de tu cara, como que tienes unos radiantes ojos azules, porque lo he indexado como información en mi memoria. Sé la “esencia” de tu cara, pero no puedo visualizarla en mi cabeza porque no tengo cómo hacerlo.

3. ¿Entonces no puedes reconocerme cuando me ves?

Sí, las pruebas médicas que me hicieron muestran que el proceso de asociar nombres a rostros está separado del de generar mentalmente la cara de ese nombre. Desde el punto de vista del mundo de la programación, tengo la tabla de dispersión.

4. ¿Y no puedes imaginarte cosas simples del tipo de un triángulo o una mesa?

Es que no puedo entender esa pregunta. Yo pienso en la idea de un triángulo, pero en mi mente hay una absoluta negrura. Negrura en cada rincón de mi cerebro.

5. Pero a ver, estás asumiendo que los demás VEMOS las cosas cuando NADIE hace eso, eres un hipocondríaco.

Ya lo sé, no es una imagen, es una imagen mental. Pero yo no tengo la capacidad de producir imágenes mentales de ningún tipo.

6. ¿Y te pasa igual con el resto de sentidos?

Esa es otra pregunta que no entiendo. Ni siquiera me la había planteado hasta que me lo habéis preguntado varios. No, no puedo “leer esto con la voz de Morgan Freeman” u “oír la melodía de Star Wars” con algún tipo de oído mental.

Pero sí tengo la “voz de la leche”, un monótono monólogo interno sin textura o sonido con el que la gente se recuerda a sí mismo que “hay que ir a por leche”. Puedo hacer “tu tu tu” con esa vocecilla interna, decirme a mí mismo con ella que estoy cantando la melodía de Star Wars, pero la mayoría de mis amigos me ha explicado que ellos simplemente “escuchan” la canción, no de una forma igual de vívida, o con todos los instrumentos, pero “música” a fin de cuentas. En mi caso es esa voz mental intentando hacer algo parecido al beatbox de la canción. Nunca he vivido la experiencia de que se me pegara una canción en la cabeza para el resto del día.

Resumiendo, no logro tener ninguna experiencia sensorial de ningún tipo en la cabeza. Si me dicen que imagine una playa eso no hace que me sienta relajado, igual que imaginar una tarántula no me va a poner de los nervios. No “recuerdo” el sabor de la pizza o el tacto del velcro o el olor de esa zona de Ghirardelli Square. Pero no comprendo cómo lo hacen los demás. Por mis encuestas he descubierto que lo más común entre la gente es proyectar imágenes, seguido de sonidos; después viene la habilidad de responder emocionalmente a estas cosas (como la relajación de la playa); recordar el sabor, el tacto o el olor quedaron más atrás.

7. ¿Entonces, qué pasa por tu mente todo el día, si no hay imágenes o sonidos?

Narración, todo el tiempo. Un infinito guión con mi voz interna. Cuando vuelvas a leer alguno de mis sarcásticos ensayos, piensa que es una mera transcripción de mi voz.

8. ¿Sueñas?

No, o al menos nunca lo he recordado. Un par de veces, apenas, pero no había imágenes o componentes sensoriales de ningún tipo. Cuando me despierto, sólo puedo hacer una lista de los puntos de la trama de lo que ocurría, y así es como elaboro la ficción.

9. ¿Y cómo te imaginas las cosas?

Primero pienso con mi voz interior el concepto: magdalena. Luego va el verbo: escupir. Después el adjetivo: peludo. ¿Cómo sería un monstruo que escupe magdalenas? Entonces pienso en cómo se sentiría. ¿Le gustaría dar miedo? ¿Lo tienen retenidos los de la FDA? ¿Le dan puntos en Weight Watchers cada vez que escupe? Si no me gusta la combinación de palabras que he imaginado, sigo hablando interiormente hasta que elijo algo que me parezca interesante.

Claro, este proceso siempre me ha parecido tremendamente ineficiente para imaginar cosas, porque no puedo retener la escena en mi mente. Tengo que seguir recordándome todo el tiempo que “el monstruo es peludo”, y que “las magdalenas escupidas se guardan en un bote azul”. Pero pensaba que así de difíciles eran las cosas para todo el mundo.

10. ¿Cómo te masturbas?

Bueno, pongamos que he aprendido mucho sobre tu manera de masturbarte.

11. ¿Alguna vez te han operado o has tenido alguna lesión?

Cuando era pequeño, el monitor del campamento de Carolina del Norte al que fui me persiguió por los bordes de una piscina. Me resbalé, golpeé la cabeza y perdí la consciencia. Mi décimo cumpleaños lo pasé en la cama de un hospital viendo la resolución del juicio a O. J. Simpson, que tras ser declarado inocente sé que se marchó en un Ford Bronco blanco de los juzgados. Pero no recuerdo si entonces podía visualizar estas cosas. No recuerdo muchas cosas, en general.

12. ¿Cuánta gente padece esta condición?

Es difícil de constatar. El estudio de 2009 de un profesor de psicología aplicado a 2.500 personas apuntó a que podría afectar a aproximadamente un 2% de la gente, pero no ha habido estudios demasiado rigurosos al respecto y aún es difícil de saber. En mi caso, hice una breve encuesta en este artículo de la BBC. Si crees que puedes padecerlo, manda un mail a Addam Zeman, el representante del equipo de investigación de Exeter, para que pueda completar sus análisis. Yo ya lo he hecho, también estoy a la espera de los resultados del MRI y donaré para futuras investigaciones.

Parece ser que el genetista Craig Venter es afantasio. También Penn, de Penn and Teller, ha discutido su experiencia en este podcast (75: 15). Su experiencia es exactamente igual que la mía.

13. ¿Cómo puede ser que escribas ficción si no eres capaz de visualizar escenas?

De hecho, me ha parecido prodigioso descubrir a posteriori que he sido capaz de hacer imaginar a otras personas a través de esos textos, en los que yo nunca he podido hacerlo.

Yo “imagino” los guiones de manera conceptual, como ya he explicado antes. Para mí es muy fácil escribir sobre personajes que ya han aparecido en pantalla, especialmente si comparten mi árida y sarcástica personalidad. Si vuelves a leer mis guiones de Sillicon Valley, verás que son prolijos en ideas (¿qué pasaría si un abogado tuviera un reloj que cuenta en dinero en vez de en tiempo? ¿Y si alguien rellenase un cuestionario mientras está fumado?), pero superficiales en las descripciones.

Aun así, para mí escribir ficción siempre ha sido un trabajo tortuoso. Sé que todos los escritores dicen lo mismo, pero me he ido dando cuenta de que cuando ellos dicen esto, a lo que se refieren es al proceso de “escribir”. Que pueden pasarse el día soñando despiertos antes de llevarlo a una página. A mí me encanta la parte de escribir y aborrezco la de imaginar, que es la razón por la que por cada pieza de ficción tengo algo así como 50 textos de ensayo.

14. ¿Cómo diseñas interfaces de productos si no puedes visualizarlos?

Porque soy muy bueno con el aspecto conceptual de las cosas. Puedo imaginar cómo una función encaja en un sistema, pensar en el mínimo número de características que hacen falta para ponerlo en marcha, pero la parte estética se me da de pena.

15. ¿Puedes tocar el piano?

Puedo identificar las notas en las partituras de la misma forma que lo hago con tu cara. Si he tocado la canción las suficientes veces, mis dedos encuentran las teclas tan rápido como tus dedos tocan la letra F o la J en un teclado. Obviamente no tengo el mejor “oído”(en el sentido de “tono”) del mundo, pero en fin, la mayoría de la gente tampoco.

16.¿Puedes dibujar?

No. Esta lleva siendo mi interpretación de un gato/perro/pájaro/Huck Jackman desde que tengo tres años.

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17. ¿Puedes deletrear?

Claro, y muy bien, pero no lo proceso imaginando la palabra en la cabeza y decodificando cada forma. En mi caso, se trata más bien de una memoria muscular.

18. ¿Y cómo te imaginas o recuerdas las direcciones?

De hecho, este ha sido un chiste recurrente en mi familia. Cada vez que tengo que dar una dirección se trata de una lista de datos en este plan.

19. ¿Cómo has podido pasarte toda la vida sin saber que no puedes hacer proyecciones mentales de imágenes?

Bueno, ¿cómo has podido pasarte la vida sin caer en que yo no puedo hacerlo?

20. No me creo nada de esto.

De hecho, yo tampoco te creo a ti. No importa cuánto lo investigue, no puedo imaginar que tú sí seas capaz de hacerlo.

Una dolencia aun sin respuestas

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Para Ross, su vida ha dado un vuelco de 360 grados. De pronto sabe que, cuando alguien le ha dicho alguna vez que quiere que le “imagine” con abdominales, o que alguien ha “visto” por un momento lo gracioso que sería que ahora entrase un conejo por la puerta, lo estaban viendo de verdad; a su vez, él también está “volviendo a ver” su vida desde otra perspectiva. Ahora tiene más sentido eso de estar “soñando despierto”.

De entre todos los encuestados, hubo una admisión de afantasía que sí fue del todo reveladora: la de su madre. Como este mismo chico ha contado, la investigación aún está muy poco desarrollada. Y de momento, lo único que nos queda es preguntarle a nuestros seres queridos: ¿qué ves si te digo que te imagines una playa?

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