Miguel Ángel, Da Vinci o Chirico: diagnosticando las enfermedades de los genios a través de sus cuadros

Miguel Ángel, Da Vinci o Chirico: diagnosticando las enfermedades de los genios a través de sus cuadros

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Miguel Ángel, Da Vinci o Chirico: diagnosticando las enfermedades de los genios a través de sus cuadros
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Déborah García Sánchez-Marín

Lección de Anatomía de Rembrandt es un cuadro que podría resumir a la perfección este texto. Imaginad que en medio de todos esos doctores, médicos y anatomistas, el cuerpo abierto en canal fuera sustituido por un cuadro. Reemplazaríamos las venas y la carne, por pinceladas pintura y color. Entonces nos estaríamos aproximando a esa disciplina que se ha puesto tan de moda de diagnosticar enfermedades en los sujetos representados y en diagnosticar, o aventurar las enfermedades que llevaron a la muerte a los pintores.

¿Quién no recuerda todas las conjeturas que han sufrido cuadros como La Gioconda? Según esta disciplina, La dama dorada de Klimt habría sufrido una enfermedad cardíaca (se sabe por la mancha de la mejilla), La virgen María del cuadro de El descendimiento de Van Der Weyden sufriría de bocio y el anciano con niño de Domenico Ghirlandaio sufriría rinofima. Y así, un sinfín de obras que están siendo analizadas desde esta curiosa disciplina.

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Fragmentos de Un anciano con su nieto (Domenico Ghirlandaio) y El descendimiento (Van Der Weyden).

Sin embargo, ¿qué sucede cuando es la causa de la muerte del pintor lo que se intenta dilucidar a través del análisis de sus obras? Ni Van Gogh ni su muerte han quedado fuera de este juego detectivesco, al que se aproxima bastante esta disciplina que ya se imparte en algunas universidades de USA. Entre los diagnósticos (no siempre acertados) que más han llamado la atención en los últimos años se encuentran los siguientes.

La osteoartrosis de Miguel Ángel

Miguel Angel de Volterra

Al final de su vida Miguel Ángel escribió a su sobrino, en aquellas cartas que le mandaba, cómo le costaba escribir. Sostener la pluma se le hacía imposible.

Esos diarios despertaron la curiosidad de un grupo de médicos italianos, y aunque la Iglesia del Santo Croce, lugar donde está enterrado el artista, prohibió la exhumación de los restos de Miguel Ángel, el grupo de expertos médicos se sirvió de un par de retratos para diagnosticar al artista. Aquel estudio publicado en el Diario de la Escuela Real de Medicina concluyó que sus manos desfiguradas se debían a la osteo-artritis, provocada por un desgaste a lo largo de los años. Toda una vida de martillo y cincel habían acabado por desfigurar las manos del artista, causándole además un gran dolor al final de su vida.

El ojo loco de Leonardo Da Vinci

Leonardo Da Vinci, Salvator Mundi

Uno de los últimos estudios que se han publicado en este ámbito es el dedicado a los ojos de Leonardo Da Vinci, al parecer el genio italiano tenía un ojo mirando para cuenca. En el estudio se afirma que Da Vinci tenía estrabismo, lo que le habría provocado una pérdida de la capacidad para percibir la profundidad. Según el autor del estudio médico, el oftalmólogo Christopher W. Tyler, “ver el mundo con un ojo y con el otro ver lo que estás pintando puede ser muy conveniente”.

Para la investigación, el autor comparó diferentes obras que se cree retratan al artista, algunos óleos y un par de dibujos. Entre ellos se incluían El hombre de Vitrubio y Salvator Mundi. Tyler midió la separación angular de todos los cuadros y concluyó que el ojo desalineado demostraba el estrabismo de Leonardo.

La ¿sífilis? de Paul Gauguin

Gauguin, autorretrato, 1888

Paul Gauguin falleció en las Islas Marquesas en 1903 dejando cuatro de sus dientes en un frasco. Todo hacía pensar que murió de sífilis. La enfermedad la habría contraído en algún prostíbulo de París antes de embarcarse por última vez.

Una excavación arqueológica realizada cerca de la cabaña donde el artista había vivido, permitió recuperar los dientes y otros instrumentos, como una cáscara de coco que contenía pigmentos que el pintor habría empleado en sus óleos. Caroline Boyle-Turner la especialista en Gauguin quiso confirmar que los molares pertenecían al pintor. La comparación del ADN que se creía de Gauguin, con el de su abuelo, confirmó las sospechas. Los hallazgos de aquel estudio se publicaron Anthropolgy en el año 2018. Los dientes no contenían trazas ni de cadmio, ni de mercurio, ni de arsénico, los tres tratamientos más comunes para la sífilis en aquella época. Al no encontrarse ninguno se concluyó que Gauguin no era sifilítico, o bien que no había sido tratado.

La epilepsia de Chirico

Obra de De Chirico

Todo hace pensar según un estudio del 2003, que Giorgio de Chirico, el genial pintor surrealista, podría haber creado sus metafísicas obras porque era epiléptico. Al parecer la epilepsia que sufría en el lóbulo temporal podría provocarle alucinaciones.

El propio autor, en su obra Hebdomeros publicada en 1929, hace referencia a estas experiencias alucinatorias que plasmó en sus pinturas. En realidad, los médicos barajaron también que pudiera sufrir migrañas con aura, pero lo descartaron. Al parecer estas migrañas provocan mala visión, o visión borrosa y deformada, algo que no se encuentra en los cuadros del autor italiano. La forma en la que Chirico superpone realidades, dice el artículo, estaría más relacionado con las complejas imágenes que provocan las crisis parciales que provoca la epilepsia.

Las cataratas de Claude Monet

Monet, Giverny

Los trabajos que Monet realizó al final de su vida son realmente fascinantes. Se aproximan a la pintura abstracta de una forma tan alucinante que algunas de sus obras postreras ni siquiera parecen obra de él. En el 2015 un estudio publicado en el British Journal of General practice, afirmaba que esas innovaciones en la obra del pintor eran producto de su falta de visión. Es sabido que Monet desarrolló cataratas en ambos ojos, una enfermedad que le hacía ver todo mucho más oscuro.

En 1913 un médico le recomendó operarse pero Monet se negó, su amiga Mary Cassatt se había operado y había sido todo un desastre. Monet etiquetó todos sus botes de pintura para no equivocarse. Tras pasar años viendo malamente, diez años más tarde se operó. Cuando recuperó la vista destruyó muchas obras que había realizado antes de operarse. Después de la operación recuperó su paleta original. Estos trabajos carecen de colores llamativos es por eso que Anna Gruener, la oftalmóloga que escribió el artículo, afirma:

Es poco probable que Monet haya adoptado intencionalmente el estilo más amplio y abstracto de sus pinturas tardías, lo que refuerza el argumento de que las obras tardías de Monet fueron el resultado de cataratas y no de una experimentación consciente con un estilo más expresionista.

La esclerosis sistémica de Paul Klee

Paul Klee

En los años finales de su vida Paul Klee realizó casi 3000 obras, el agotamiento físico que sufrió fue colosal. Paul Klee además padecía una cantidad de enfermedades muy variadas, desde enfermedades de la piel, ulceras, problemas en el esófago y anemia. Años después de la muerte de Klee, un dermatólogo se sintió fascinado por la muerte del artista, quién decidió pasar años investigando la vida clínica del autor suizo. Entrevistó a sus familiares directos, su viuda y su hijo, y analizó cada carta de Klee en busca de síntomas que explicaran la enfermedad del artista.

El dermatólogo Hans Suter publicó varios artículos donde explicaba sus hallazgos. Klee al parecer sufría una enfermedad degenerativa llamada esclerosis sistémica, una enfermedad rara. Los brotes que el autor sufrió en vida coincidieron con varios eventos trágicos de su biografía, su despido como profesor de arte en la facultad, la mala acogida que tuvo su obra y el momento en el que fue estigmatizado por los nazis.

El astigmatismo de El Greco

El Greco

Quizá uno de los casos más conocidos sea el de El Greco, del que ya hablamos aquí hace unos meses. En 1913 un reputado oftalmólogo estaba convencidísimo de que las figuras alargadas de El Greco no respondían a una cuestión de estilo, sino a un problema en la visión. Germán Beritens, que así se llamaba el buen doctor, concluyó que el pintor tenía un acuciado caso de astigmatismo. Esta enfermedad producía una deformación de la córnea, la persona que lo sufre enfoca de manera desigual.

Según Beritens esta enfermedad explicaba que las pinturas del pintor griego fueran tan verticales. Aquella teoría fue todo un acontecimiento, y durante años se llegó a explicar el estilo de El Greco como producto de su afección. Sin embargo, a comienzos del siglo XX la teoría de Beritens fue desechada. Stuart Anstis un profesor de la Universidad de California afirmó que, si realmente El Greco hubiese tenido astigmatismo, sujetos y lienzos, ambos, deberían haber sido igualmente deformados.

Anstis realizó experimentos donde demostraba que personas que sufrían astigmatismo eran capaces de dibujar objetos proporcionados. “La manera en la que El Greco alarga las figuras es una expresión artística, no un síntoma visual”. Desde entonces a la teoría de Beritens se la conoce como la Falacia de El Greco.

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