21 cosas que tu entorno no comprende cuando estás teletrabajando

21 cosas que tu entorno no comprende cuando estás teletrabajando
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"Ah, ¿pero trabajas desde casa? Qué interesante, ¿y cómo es eso?". Los signos de interrogación rebotan en tu cabeza como una lápida: tienes que volver a explicar qué significa trabajar desde casa. Cómo ha cambiado tu vida, los beneficios que todo el mundo intuye, las desventajas que sólo descubres cuando has empezado. ¿Cómo explicarlo? En 21 cómodos pasos.

1. El concepto "jornada laboral" es relativo

Homer

Trabajar desde casa continúa siendo un exotismo. Y no siempre tu entorno, acostumbrado a los horarios convencionales, comprende el proceso. El primer obstáculo con el que debemos lidiar los abnegados teletrabajadores es la autoimposición de un horario fijo. Al final, nunca existen límites: ni sabemos cúando comienza ni sabremos cuándo termina cada jornada laboral.

2. No hay orden ni concierto: todo es caos

Chaos

O de las 9 hasta las 8, o de las 11 hasta las 5 de la tarde, o en tandas de largas horas, o a pequeños bocados. La vida del teletrabajo es la vida del no-orden laboral. Está bien, los hay quienes sí son capaces de crear un plan de trabajo prusiano y medido al milímetro, pero son los menos. Lo normal es vivir en el caos temporal, donde las tareas se entrelazan con los descansos ad infinitum.

3. El lugar de trabajo es ubicuo

God

Algunas personas han desarrollado pequeños rincones al fondo de sus respectivas casas donde desarrollan toda tarea laboral. Pero tampoco es la norma: la mayoría de nosotros podemos trabajar en cualquier lugar que tengamos a mano. El trabajo es ubicuo, está en todas partes, podría ser cualquier lugar en el mundo. Sólo necesitamos Internet. No, la oficina no se abandona nunca.

4. La pantalla protagoniza tu vida

Screen

Recién levantados miramos el smartphone, despachamos algún mail en la cocina, observamos desde el baño el flujo de conversación de la oficina virtual (Slack, esa maravilla) y volvemos a la habitación con el ordenador ya a pleno rendimiento. Las pantallas nos dominan: no son parte accesoria del trabajo, son un apéndice más de nuestro día a día. Su relevancia es mucho más capital.

5. Ser puntual casi nunca depende de ti

Late

Entras a la oficina a las 8, sales a las 5. A partir de ahí, tienes toda la tarde para planificar tu vida a tu antojo. En el caso del teletrabajo, la cosa es más complicada: ser puntual se convierte en un reto para el que casi nunca estás preparado. En cualquier momento puede surgir un proyecto o una tarea. Cualquier trabajo se puede alargar inesperadamente porque no sabes cuándo termina. Llegar a tiempo, concertar citas con tus amigos, es un ejercicio de incertidumbre.

6. Tiendes a sentirte solo

Not Lonely

Todo esto, de forma muy natural y evidente, empuja a una soledad monótona que consume la mayor parte de nuestros días. No es voluntario, pero es un efecto lógico del teletrabajo.

7. La socialización se ha terminado para ti

Alone 2

La vida del teletrabajador es la vida de cuatro paredes donde la única forma de vida humana es uno mismo. Al contrario que en las oficinas, donde se socializa a todas horas, aquí la socialización es inexistente. Quizá a la hora de comer con la familia o con el compañero de piso, pero no mucho más. Trabajar, vivir, es un acto solitario. Nadie va a estar físicamente ahí.

8. De modo que todo, a veces, es muy monótono

Monotonia

En consecuencia, la monotonía se apodera de todo. No hay grandes eventos que se han convertido en rutina: no existe el café de las 11:30, ni el de las 5:15, tampoco existe la conversación informal de la 1:42 de la tarde, ni hablar ya de la dosis frecuente de nicotina en feliz, mortal compañía. Los días son una enorme masa uniforme de segundos, minutos y horas amontonados en el horizonte.

9. Está bien: socializas en WhatsApp

Whatsapp

Tampoco hablas. Sólo escribes. Es imposible recluirse como un autómata en la habitación, de modo que exploramos otras vertientes comunicativas. Si notas que hablamos (léase: damos mucho la chapa) en WhatsApp es porque es uno de los pocos contactos con el mundo exterior que tenemos. Esto también es válido para otras redes sociales como Twitter o Facebook.

10. Cuando quedamos, hablamos mucho

Shut Up

¿Qué podías esperar de una persona que se pasa cinco días a la semana enclaustrado en su hogar, delante de una pantalla, sin apenas con quien hablar a viva voz? Que cuando quedas con él/ella el fin de semana, su necesidad de conversar se haya disparado. A veces es difícil explicar la necesidad de expresarse en voz alta después de una semana de teletrabajo.

11. Internet es tu mejor amigo

Cat Gif

Así que para suplir esta carencia de personas rodeando tus días, te echas en brazos del maravilloso, espantoso universo de Internet. Allí tienes todo lo que puedes necesitar. ¡Twitter! ¡Facebook! ¡El correo! ¡Tumblr! ¡Todos esos memes y gifs de gatitos! ¡El torrent! Ah, el torrent, se ha convertido en la única vía de escape al transcurrir silencioso y gris de tu rutina. Leslie Knope, Tyrion Lannister y ese chino tan gracioso de Deadwood se han convertido en tus mejores amigos.

12. Pero desvirtúa tu percepción de la realidad

Welcome

Poco a poco comienzas a volcar tu vida dentro de Internet. Lo que opina "la gente" es lo que opina tu TL de Twitter. Lo que opinan "los medios" es lo que opinan en Reddit. "Lo que te hace gracia" es Tumblr. Tu vida al completo se ha convertido en un chiste interno, un lenguaje cifrado que sólo se entiende en las profundidades de la red. Y luego hablamos de ello, aunque no entendáis nada.

13. Tienes un nuevo café de las 12

Dancing Duck

Internet es tu nueva conversación de cinco minutos en la oficina. Tu café de las 12. Tu cañita de después de salir del trabajo. El trabajo se intercala con un vistazo rápido a Twitter, a Tumblr, a cualquier tontería que hayas encontrado por ahí. La red es un respiro, no estrés.

14. Internet es tu perdición

Internet

Porque en algún momento alguien se cansará de hablar contigo en la oficina, o tendrás que ir a casa porque pierdes el metro y tendrás que acabarte la caña, o tendrás a un jefe pegando gritos en tu oreja. Pero nada de esto existe en el imaginativo, altamente perturbado mundo de Internet. Aquí nadie te impide malgastar tu vida durante horas, años. Es un círculo de procrastinación constante.

15. Eres libre como el viento

Go

No todo son inconvenientes de difícil explicación. Hay ventajas. Para empezar, el dinamismo que te ofrece tu hogar no es el mismo que el que puedes encontrar en la oficina. De allí no te mueves de tu asiento. Aquí sólo necesitas una conexión a Internet para poder trabajar. Por ejemplo, si tienes una segunda vivienda en el campo, nada te impide agarrar el ordenador y largarte allí.

16. Adiós a anular un viaje por trabajo

Boy

Cambiar de aires siempre es una opción recomendable, e incluso puedes planificar viajes con tus amigos sin la necesidad de estar presente en tu oficina. Vale, está bien, no puedes cogerte vacaciones ese jueves, pero vas, trabajas ese día (Internet, ¡gracias!) y no hace falta anular el viaje.

17. Pese a todo, dejas de hacer sacrificios

Lo mismo para tu vida social cuando eres padre o tienes una familia. Ir a trabajar ya no implica sacrificar otros aspectos de tu vida (comer bien y sano, por ejemplo). La oficina puede ser nociva: Tu libertad y tu independencia quedan coartadas de antemano en cuanto fichas o cruzas esa puerta, esa fatídica puerta. Aquí, sin embargo, el ambiente lo creas tú. Es tu casa.

18. No gastas tanta energía, aún vives tras el trabajo

Mom I Need

La ausencia de transporte ahorra grandes dosis de cansancio. Es posible que estés harto de mirar una pantalla y por tanto, cansado, pero también que aún tengas la energía suficiente como para bajar al bar de la esquina, quedar con un amigo, leer un libro o hacer deporte. Terminar de trabajar ya no implica quedar en un estado vegetativo, casi inerte, hasta el día siguiente.

19. Tu vida es un tanto esquizofrénica

Schizophrenia

Sí, amigo, si has llegado a este punto habrás caído en la cuenta que la vida del teletrabajo es pura esquizofrenia. ¿Tu hogar tu lugar de trabajo? ¡Bien! Pero mal. ¿Internet? ¡Genial! Pero peligroso. ¿Administrar tu propio tiempo? ¡Qué podría salir mal! Todo, absolutamente todo.

20. Porque tu ocio se ha convertido en tu trabajo

Computer Rage

El ejemplo quizá paradigmático de todo esto es el ordenador. Trabajar desde casa es convertir tu(s) herramienta(s) de ocio en tu(s) herramienta(s) de trabajo. Todo lo que haces es a un tiempo trabajo y ocio. No hablamos sólo de los lugares, sino de algo mucho más importante: el ordenador. Todo lo que te importa en esta vida, lo que amas y lo que odias, está ahí.

21. Y no puedes disfrutar de esto

No

¿Cómo desconectas? Casi nunca puedes, y es el sino que hemos aceptado al trabajar en casa. Con sus fabulosas ventajas y sus penosos inconvenientes.

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