Así serían los artistas clásicos españoles si utilizaran las redes sociales hoy

Así serían los artistas clásicos españoles si utilizaran las redes sociales hoy
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El intensito de Instagram, el que escribe un millón de palabras para mostrar su indignación con la situación política en Facebook, el youtuber con talento, el que va dos o tres pasos por delante de todos los demás y está haciendo cosas muy divertidas en Snapchat, el que se ha quedado en Twitter un poco triste y mustio porque su arte ya no es comprendido, el que sigue escribiendo en un blog (¡en un blog!). Para cada uno de nuestros tótems culturales históricos, desde el Arcipreste de Hita hasta Salvador Dalí, hay una red social del hoy.

Ramón Gómez de la Serna → Tuitstar, claro

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Por motivos evidentes. Gómez de la Serna fue uno de los principales escritores del novecentismo y padre de un género literario ancestro remoto e involuntario de Twitter. Hablamos de las greguerías, claro, textos brevísimos con la dosis exacta de metáfora y humor para triunfar entre la constelación de tuitstars. Gómez de la Serna ya estaría algo gagá, su tiempo fue 2010, pero aún acumularía retuits como si no hubiera un mañana.

Salvador Dalí → Cabronazi

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Acorde a su personalidad expansiva y extravagante, incapaz de pasar desapercibido, Dalí no estaría en una red social, Dalí sería esa red social, el alma y no un accesorio. No nos cabe duda de que, en tal caso, su turno histórico le habría obligado a ser Cabronazi: millones de seguidores, aclamación popular, dudosos procedimientos y la perenne sensación de estar ante un hombre infinitamente menos genial de lo que afirma ser.

Todo el mundo te habla tanto de lo que mola que le terminas odiando.

Antonio Machado → El intensito de Facebook

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Todo en la vida de nuestro Antonio Machado moderno es intenso, demasiado intenso para el cinismo interminable del siglo XXI. El pobre autor, recluido también en su páramo soriano, se pasaría el día mostrando al mundo lo profundamente emocional de su mundo interior y lo solvente de sus convicciones, escarbando en su alma a través de textos larguísimos en Facebook. Todos le querríamos, pero ninguno le daríamos coba.

Lorca → Moderno y de pueblo en Snapchat

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La voz popular, el poeta del siglo XXI que sabe comprender el latido de la muchachada y trasladarlo en un formato efectivo y comunicativo para su generación. Lorca, claro, sería un hombre moderno pero popular, un tipo algo de pueblo pero honesto y divertido, sin pretensiones pero sin vulgaridades. Vanguardia y tradición, todo ello aunado en una plataforma imaginativa, fugaz y empática. Lorca crearía poesía visual en Snapchat.

Miguel de Unamuno → Multicuenta en Twitter

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Enfurecido por naturaleza, pero también esquivo y cambiante, Miguel de Unanumo sería en su encarnación oficial un politólogo en Twitter. Sabría de todo y tendría de su lado la validación de su excelente e impecable trayectoria. Pero como hombre capaz de estar en todos los fregados a la vez, Unamuno requeriría de varias encarnaciones: la cuenta B en privado, la cuenta oficial del blog, la cuenta C con pseudónimo, etcétera.

Por supuesto, también sería tertuliano, pero en bien.

Valle Inclán → Kanye West en todo

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Por encima del bien y del mal, Valle Inclán fue, era, es, será, sería una mente privilegiada más allá de su propio tiempo. Un dios contemporáneo vestido de ser humano terrenal. Dedicado a la disección de la España de principios del siglo XX a través de obras esenciales, en el siglo XXI Valle Inclán requeriría de un formato igual de prosaico y efectivo. ¿Twitter, Facebook, YouTube? No: él mismo sería su propia plataforma, su propia red social y mensaje. Su obra consistiría en él como forma de narrar nuestra contemporaneidad.

Valle Inclán sería Kanye West.

Góngora y Quevedo → Opinadores del Marca

Gongora Quevedo

Fielmente atados a los verdaderos intereses del pueblo, Góngora y Quevedo dirimirían hoy sus cuitas a través de Twitter, de las páginas del Marca y de las tertulias de El Chiringuito. De forma brillante, sórdida y violenta para cualquier oído acostumbrado al debate fino y civilizado, Góngora y Quevedo serían nuestros Roncero y Manolete, despistados en las redes sociales pero inigualablemente cómicos (de forma involuntaria).

Lope de Vega → Instagrammer

Lopedevega Instagram

Y bloguero de moda.

Hombre apasionado pero con un delicioso punto de vuelta de todo, Lope de Vega sería el instagrammer y bloguero de moda cuya vida siempre querrías vivir. Fotos perfectas en su cuenta de Instagram sobre desayunos viendo zarpar a los barcos de Indias, bailes entre la flor y nata de la sociedad del momento, un armario de conquistas amorosas infinito, la sensación de que su trabajo es disfrutar de la vida. A gastos pagados.

Gonzalo de Berceo → Early adopter

Gonzalo Deberceo

Adelantado a todos, Gonzalo de Berceo, uno de los primeros y principales referentes de la literatura medieval castellana, sería un early adopter. Relacionado con el mundo de la tecnología, peinaría el mercado de apps emergentes cada semana, hablaría con los principales mecenas-inversores y se dedicaría a explorar las posibilidades del futuro. Allá donde llegaras tú él habría estado antes. Llegarías porque él estuvo antes.

Don Juan Manuel → Fotologger

D Juanmanuel Fotolog

Y su Fotolog se llamaría El conde Lucanor: capítulos siempre estructurados de la misma forma, en torno a sus fotos favoritas, y actualizados de forma diaria hasta la muerte del Fotolog. Don Juan Manuel habría sido uno de aquellos privilegiados que conectaron con la herramienta narrativa literaria de su tiempo pero demasiado lejano, casi remoto y exótico, visto desde la perspectiva de la red social moderna. Un hito orgulloso del pasado.

Miguel de Cervantes → Bloguero de Wordpress

Cervantes Blog

Por supuesto, Cervantes se despacharía a gusto con largos ejercicios narrativos en una plataforma pensada y diseñada precisamente para eso. Sería el punto culminante de los escritores-wannabe del siglo XXI, pero un lugar bien diseñado, bien escrito y bien hecho, Wordpress, al que no se miraría con recelo sino con cierta nostalgia. Demasiada, para algunos, quienes recurrirían a él para decir que la modernidad acabaría con todo.

Benito Pérez Galdós → Bloguero de Blogger

Galdos Blog

Dos siglos después, aún habría pesados utilizando sus blogs para contar sus cosas. No harían daño a nadie, pero estaría considerados como una especie en extinción y un tanto aburrida de una clase ya extinta. Galdós estaría narrando los desmanes del neoliberalismo desde un blog que aún tendría su blogroll, su ránking de Alexia y sus banners con dibujitos a la derecha. Un tipo con el que a veces concuerdas, pero bastante pesado.

Diego de Velázquez → Deviantart

Velazquez Deviant

Discreto y metódico, Velázquez viviría por y para su trabajo, como autónomo precario en un ciclo eterno de trabajo-factura-nocobro-trabajo-factura-ohhecobrado. En sus ratos libres, aprovechando el espacio que cada encargo de cada cliente le dejara, Velázquez se liberaría de las ataduras del espíritu mercantilista del siglo XXI y subiría todas sus obras a Deviantart. Se ganaría una reputación digital, una imagen de marca y, quizá, un futuro esplendoroso. Pero sólo quizá. Al fin y al cabo, se pasaría el día en Deviantart.

Francisco de Goya → El arisco ocasional

Goya Twitter

Ya sabes, esa persona. El amigo que aparece y desaparece de tus grupos de WhatsApp porque para él la conversación banal redunda en la trivialidad de nuestra existencia. El tuitero con candado que resulta abrumadoramente brillante en cada intervención pero que se prodiga con la frecuencia de un cuentagotas. El hombre que jamás publica nada en Facebook. Atormentado y brillante, sabes que en los cajones de su mente se esconden los mayores demonios y las mayores genialidades, pero él está lejos, a otras cosas, misterioso y oscuro.

Luis Buñuel → El youtuber brillante

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El joven creador que aunaría a todos los anteriores y los convergería en un brillante autor multiplataforma capaz de interpretar de forma generacional el anhelo de millones de personas. Buñuel se pasaría los días subiendo vídeos a YouTube sobre sus días, creando formas extrañas y experimentando con la narrativa audiovisual en una plataforma que va a ser el futuro. Se mofarían de él, pero él ya habría ganado la historia.

Larra → El intensito, pero el intensito chungo

Larra Fb

En permanente forma alicaída, Mariano José de Larra también sería periodista hoy, pero estaría en paro, así que se habría montado un blog, pero no lo actualizaría, así que se dedicaría a navegar entre las redes sociales, pero no las actualizaría, así que se dedicaría a penar por su amor perdido, así que acudiría a las redes, y sí las actualizaría, pero sólo pondría un texto misterioso y deprimente acompañado de una canción de Indie Pop triste. Larra sería intenso pero chungo, un "hola, mira qué mal estoy" permanente.

No se suicidaría, pero le darías al botón de "silenciar".

Pablo Picasso → Se pasaría el día en Tinder

Picassotinder

Entretenido como estaría en la facultad de Bellas Artes, la red social favorita de Picasso sería Tinder, o en su defecto Happn. Que si like, que si no, que si match, que si súperlike, a Picasso le faltaría tiempo para desempeñarse en el resto de redes sociales, y viviendo un amor fragmentado, a rachas y sin continuidas, al más puro estilo Master of None, seguiría pintando a sus romances obviando el devenir diario de Twitter o Facebook.

El grupo El Paso → Un grupo de WhatsApp

Grupo Elpaso

Y estarían todo el día enviándose fotografías y comentando la próxima salida nocturna. Luego se fusionarían con el Grupo de Cuenca y entre Saura, Torner, Zobel, Viola, Serrano y Rueda se pegarían los días mirando sobre las hoces, frente a las casas colgadas, hablando de los últimos memes de vanguardia publicados en Know Your Meme y viralizados en Reddit. Vivirían felices, y entrar a WhatsApp sería un infierno.

Sección internacional

Porque por qué ceñirse sólo a España.

Vincent Van Gogh → Usuario de HI5

Primero en HI5, después en MySpace, donde aún seguiría, al pobre Vincent no le haría caso nadie.

Wassily Kandinsky → Telegram

Demasiado moderno para WhatsApp, Kandinsky se pasaría el día con los stickers de Telegram.

Marcel Duchamp → Líder del vaporwave

Vanguardismo digital, Duchamp estaría en Tumblr, tendría un sello de casetes y otro de música sólo en MP3 y habría liderado primero la escena vaporwave y más tarde la PC Music. Todo lleno de colores pasteles y Japón.

Andy Warhol → Niño rata

Insoportable y aprovechado, te obligaría a dejar tu juego favorito.

Sergei Eisenstein → Creador en Vine

O cómo sacar el máximo partido a una plataforma aún tiene millones de posibilidades por delante. ¡Sus Vine no envejecerían!

Eugène Delacroix → En Vsco

Bien de filtros, de exageración dramática y de romanticismo visual. No vaya a ser que.

Ernest Hemingway → Apologeta de Periscope

Estaría todo el día yendo a conflictos internacionales y a exóticas costumbres folclóricas para narrarlas con Periscope, porque él quería vivirlo, vivirlo y contarlo, dando la chapa con el futuro de todo que es Periscope.

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