So sad today: la cuenta de Twitter que ha logrado definir la tristeza de toda una generación

So sad today: la cuenta de Twitter que ha logrado definir la tristeza de toda una generación
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Precariedad, sin expectativas en el mercado laboral, el pleno convencimiento de que viviremos peor que la generación de nuestros padres, la toma de conciencia política cada vez más generalizada gracias a la era de la información, el sospechoso cariz reaccionario que el mundo occidental está tomando, la sacudida a las relaciones laborales y emocionales estables de-toda-la-vida. Estás triste, y tienes motivos.

Es la idea de @sosadtoday, So sad today, una cuenta de Twitter que alcanza el medio millón de seguidores con un único, inquebrantable leit motiv: dedicarle la más bella poesía a la tristeza en el siglo XXI.

¿Cómo? A través de pequeñas frases aisladas que hablan de la muerte como un ideal a perseguir, de lo absurdo de la existencia en un mundo que no te comprende y que no deseas que te comprenda o del nihilismo de baja estofa como filosofía vital hasta sus últimas consecuencias. La tristeza, el bajón, el drama despojado de épica, como forma estética de mirar hacia el mundo (no es una cuenta suicida, es sólo el envoltorio decorativo).

El éxito de @sosadtoday ha sido tan universal que ha logrado traspasar fronteras y ha conquistado a otras comunidades tuiteras más allá de la anglosajona. Una virtud: casi todos sus tuits, monotemáticos ("i feel like the sky should definitely eat us"), son muy breves y simples a nivel gramatical, lo que favorece la comprensión más elemental incluso si no dominas la lengua de Shakespeare. Y poco a poco, con mimbres tan escuetos (y repetitivos) ha logrado ser un éxito viral que está definiendo el ánimo de toda una generación.

Los motivos de que siempre estés triste

Porque somos la generación triste. Desde el punto de vista económico, hay razones más que fundadas para ello: como reveló este trabajo de The Guardian, exceptuando un puñado de países, como Australia o Nueva Zelanda, todos los jóvenes de los principales países occidentales tienen acceso a una menor renta hoy que hace treinta años (por contra, los adultos y los pensionistas viven mejor que entonces). La desigualdad, además de interclasista, también ha resultado ser un conflicto generacional.

En España, por ejemplo, se manifiesta en una de las tasas de paro juvenil más altas de Europa. La idea es generalizada en otros puntos del viejo continente o de América: si trabajas, por lo general, es de forma precaria. Y temporal.

Pero al perenne halo de la crisis que rompió todo en 2008 hay que sumar otros elementos. Por ejemplo, hace tiempo, Nihilist Memes, una cuenta de Facebook que sirve exactamente al mismo propósito que @sosadtoday, pero de una forma aún más macabra y filosóficamente desesperanzada, sin el punto romántico fatal de su contraparte en Twitter, compartió esta imagen sobre la desazón natural de una generación que vive entre dos tierras:

Noventas

O lo que es lo mismo, entre la última generación que llegó a conocer el mundo estable pre-crisis y pre-revolución de las nuevas tecnologías, donde uno podía aspirar a tener un trabajo para toda la vida y a comprarse un coche y una casa, y la generación que ha llegado inmediatamente después, la que ha nacido exactamente en el momento en el que la revolución digital se ha asentado. Y que, por tanto, habrá nacido con ventajas aprendidas.

Los millennial, esa nebulosa que estrictamente debería incluir a los nacidos a finales de los ochenta y principios de los noventa (todo lo demás no es millennial, aunque las marcas utilicen la etiqueta de forma ancha), crecieron entre los últimos estertores del mundo pre-Internet y el mundo post-Internet. Un mundo en el que las relaciones, para bien o para mal, dejaron de ser estables y comenzaron a ser volátiles. Donde la certidumbre, para bien o para mal, es inexistente. Y donde la inestabilidad genera una ligera ansiedad existencial.

So sad today: ahora también en libro

Ligera, claro, porque en el primer mundo se sigue viviendo muy bien pese a los coletazos de la crisis económica. Pero el armazón narrativo previo deriva en @sosadtoday, donde la tristeza se interpreta medio en broma medio en serio, entre respuestas irónicas, favs ilusorios y una sensación de "esta cuenta sabe cómo me siento".

Detrás de ella está Melissa Broder, quien ha logrado embaucar a algunos de los famosos más relevantes entre los jóvenes estadounidenses (Katy Perry, Ezra Koenig, Miley Cyrus, Sky Ferreira, Lena Dunham), y cuya ansiedad emocional, esa capacidad para conectar con las mentes y los corazones extremadamente sensitivos (y atormentados por ello, aunque de forma más estética que profunda), le ha permitido escribir un poemario sobre la tristeza, en clave juvenil, recientemente editado por Alba Editorial.

El título es el mismo, So sad today, y se puede comprar aquí, tras el éxito que ha tenido en Estados Unidos y en otros países anglosajones. Es, al igual que su cuenta de Twitter, un alegáto cómico y oscuro sobre la tristeza, una forma de huir y superar las frustraciones y complejos propios corriendo desbocadamente hacia ellos, con el punto exacto entre el sentido del humor y la desesperanza. Esa capacidad paródica de la tristeza de uno mismo, su exageración retórica hasta la muerte y la nada, es la virtud de So sad today. Su (in)trascendencia.

El libro se puede comprar aquí. La tristeza, sin embargo, no se compra. Se vive. Y es muy divertida.

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