El Golden Circle: así es el principal motivo para viajar a Islandia

El Golden Circle: así es el principal motivo para viajar a Islandia
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Islandia fue un sueño hecho realidad. Un país atípico, repleto de gente muy civilizada (excepto un día a la semana en donde la juventud sale por la noche y se vuelven a convertir en aguerridos vikingos) y que sobre todo cuenta con el paisaje natural más espectacular que he visto nunca.

Ya no sólo es la cultura, de la que soy especialmente simpatizante, sino esa forma de hacer las cosas, de vivir en armonía con el entorno natural y ser conscientes de que hay que cuidarlo. Todo eso sabiendo que la actividad geotérmica de Islandia es una salvajada y que cualquier día la isla explota y los manda al Vallhala de un viaje. Fuera bromas, el principal motivo para ir a Islandia tiene nombre y apellidos: The Golden Circle.

Se trata de una ruta turística muy popular y que, saliendo desde Reykjavik, nos llevó a visitar cinco puntos clave de la geografía de Islandia. No penséis que las cosas están cerca ya que el recorrido te acaba llevando a unos 350 km de la capital. Pero merece la pena, ya lo creo.

Lo primero que te llama la atención del increíble paisaje de Islandia es la ausencia de árboles. Si no fuese por que a los niños islandeses les inculcan el amor por la naturaleza desde bien pequeños y la necesidad de repoblar la isla no veríais ninguno. Y es que hace centenares de años diversas erupciones, inviernos durísimos e incendios sucesivos consiguieron acabar con lo que había sido un frondoso bosque.

A día de hoy los árboles que existen han sido plantados por los propios islandeses. ¿Lo bueno del asunto? Llevan haciendo esto un montón de años así que poco a poco van consiguiendo su objetivo.

Kerið, el enorme volcán

Volcan

Nuestra primera parada en Islandia para admirar el paisaje. Un volcán inmenso, de unos 55 metros de profundidad y casi 300 de diámetro que lleva casi 3.000 años esperando para entrar en erupción. Verlo en fotos es impresionante pero os aseguro que en persona lo es todavía más.

El musgo que crece en sus paredes se mezcla con la roca volcánica de color rojizo y el agua inunda su cráter. Dependiendo de la época del año podréis verlo nevado aunque cuando nosotros fuimos, finales de Agosto, no lo estaba. Por cierto, no veáis el viento que se puede llegar a levantar.

Nesjavellir, la planta de energia geotérmica

El volcán ya nos había preparado para los increíbles paisajes que esconde este país, o eso creíamos. Pero el siguiente apeadero en nuestra ruta no era exactamente una maravilla natural. En todo caso una maravilla tecnológica. Se trataba de la planta de energía geotérmica Nesjavellir.

Una construcción enorme, es la segunda planta geotérmica del país, dedicada a aprovechar los flujos de agua y vapores que recorren el subsuelo islandés. Allí, además de las instalaciones de trabajo, tienen montado un museo e incluso un simulador de terremotos. Y es que en Islandia, por desgracia, han tenido que aprender a convivir con fuertes sacudidas. Cosa que si bien hace años era un problema los propios islandeses han convertido en un orgullo.

Tienen la mejor tecnología anti terremotos del mundo, superando a la de Japón (esto lo dicen ellos, claro) y sus comercios, casas y estructuras no se rompen fácilmente. El viaje se estaba poniendo interesante pero habíamos venido a ver maravillas naturales. Queríamos más.

El Valle de Haukadalur. Hogar de los grandes geysers

Geyser

Si como nosotros habías soñado con ver a un Geyser en funcionamiento, escupiendo su agua hirviendo a borbotones y una columna inmensa de vapor ésta es tu zona.

El impresionante valle de Haukadalur se extendía ante nosotros de forma majestuosa y el montón de rocas humeantes a nuestro alrededor avisaba de que ya estábamos cerca de las dos principales atracciones del valle. Geysir y Strokkur, dos geysers en funcionamiento que os dejarán helados.

El paisaje es impresionante. Árido, repleto de roca volcánica y con pequeños cráteres que humean sin cesar. Por un momento parece que estés en la superficie de Marte y si no fuese por los turistas podrías llegar a creértelo. Esto de los geysers activos no debe de ser tan espectacular ¿no?

Pues si piensas así te equivocarás. Strokkur, por ejemplo, entra en erupción cada 5 minutos y escupe una columna de agua que en ocasiones llega hasta los 40 metros. Agua hirviendo que se eleva junto a un ruido atronador y que deja una nube de vapor que se disipa poco a poco. Contarlo es chulo, verlo es mucho más.

Ver al Gran Geysir en acción es mucho más complicado y si tienes suerte (es muy inestable en cuanto a su erupción) verás que la columna de agua puede llegar fácilmente a los 70 metros. ¿Imagináis una columna de agua de 70 metros? Para que os hagáis a la idea sería como coger un Boeing 747 y ponerlo en vertical. Enorme, ¿no?

La increíble cascada de Gullfoss

Gullfoss

Esto es lo que estábamos esperando. Esto es lo que seguramente quieres ver si vas a Islandia. Una cascada de dimensiones épicas ante tus ojos, el ruido del caudal del agua rompiéndose al caer, las gotas que forman una especie de lluvia alrededor de la zona, el vértigo de colocarte en la parte más alta de la cascada a unos 32 metros de distancia.

El rio Hvitá, de un caudal enorme, debe conseguir pasar este escollo antes de seguir su ritmo. Realmente son dos saltos, uno de 11 metros y otro de 21 metros pero están muy juntos.

Tuvimos que ponernos el chubasquero ya que como decía antes la cortinilla de agua que se forma consigue dejarte empapado. Lo más espectacular es que hasta llegar a Gullfoss debes andar un buen trecho rodeando la cascada. Y eso, amigos, es la leche.

Verla a tu derecha, imponente, con esa cantidad de agua, con ese ruido ensordecedor… es entonces cuando te das cuenta de que los artistas románticos tenían razón. El hombre contra la naturaleza no tiene nada que hacer. Por cierto, si te gusta la música de Björk no puedes olvidarte de poner Yoga en tus cascos cuando estés en lo alto de la cascada. Es lo más cerca que vas a estar de comprender a la artista islandesa. Después al llegar a Reykjavik buscarás un vestido de pato para comprarte.

Thingvellir, donde se encuentran las placas tectónicas y el origen de la democracia

Falla2

Aquí en este impresionante lugar donde se encuentra la mayor falla natural del mundo, la que separa las placas tectónicas Eurasiática y Americana, se inició la primera democracia según las Sagas Nórdicas. En este enclave, todavía con restos de los antiguos edificios, puedes contemplar desde una posición privilegiada la inmensidad de Islandia.

Diversos lagos de diferente tamaño, una planicie brutal, pocos árboles y una impresionante falla marcan el paisaje. La zona se recorre a pie, es bastante larga y con algún que otro desnivel, pero merece la pena. Justo en ese momento, al estar entre las dos placas tectónicas te das cuenta de la inestabilidad de toda la isla.

Como decía al principio el Golden Circle se puede visitar en un día, un día intenso y de más de 14 horas de viaje arriba y abajo pero que merece la pena. Volveremos a Islandia, una maravilla natural de esa magnitud bien merece una segunda visita y además, aunque estuvimos una semana entera nos quedaron mil cosas por ver y actividades por realizar.

¿Quién no ha querido ir a avistar ballenas nadando entre icebergs?

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