Qué hacer si te topas con un oso en pleno bosque: manual de instrucciones para salir con vida

Qué hacer si te topas con un oso en pleno bosque: manual de instrucciones para salir con vida
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Cinco de la mañana. El sol ni siquiera ha asomado entre las montañas, pero ya hay claridad. La suficiente para dirigir el manillar de tu bicicleta entre los bosques de Whistler, en la Columbia Británica. El camino de cemento serpentea entre los enormes árboles que plagan las Montañas Rocosas de Canadá. Mientras pedaleas con esfuerzo, no te planteas lo importante que han sido estos cipreses para los nativos de la zona a lo largo de la historia. Para ti no son más que un pino cualquiera.

Concentrado siempre en el siguiente golpe de pedal, giras una curva cerrada y algo llama tu atención: una figura oscura se encuentra en medio del camino. Instintivamente aprietas los frenos. Tu corazón comienza a latir con fuerza. A estas horas de la mañana no debería haber nadie, piensas. Es entonces cuando en tu cabeza suena una vocecilla que dice que eso no es una persona. Y te das cuenta de que es verdad. Es un jodido oso.

Mensajes contradictorios

La costa oeste de Canadá es conocida entre los habitantes del país como una especie de Islas Canarias. "No son canadienses de verdad" es una expresión que he escuchado más de una vez en el año que estuve viviendo allí. Un clima mucho más agradable, si consideramos suave unas mínimas de -5ºC y máximas de 37ºC, sin grandes nevadas que perturben la vida diaria y con un estilo de vida más relajado.

Ese ritmo más lento hace que uno no se tome tan en serio los avisos acerca de los peligros que encierran los bosques. Y de eso, Whistler estaba lleno. "Se acerca la primavera, cuidado con los osos", "no dejes la basura fuera del contenedor" y "evita dejar comida o bebida en el coche" eran mensajes habituales.

oso
Un oso negro puede llegar a pesar 500 kilos y medir más de dos metros de alto cuando se pone de pie.

Tal vez, lo que más impresiona al recién llegado es que si un oso entra en la población, lo más probable es que la policía acabe abatiéndolo a tiros. Porque suelen llegar antes que los equipos de la protectora de animales, equipados con dardos somníferos.

Los canadienses son conscientes de que han invadido el entorno del oso, por eso intentan minimizar el impacto urbano en su medio

Ni siquiera esto es una solución a la invasión de osos que sufre el pueblo cuando llega la primavera y abandonan hambrientos su hibernación en busca de comida fácil. Un oso dormido debe ser trasladado lejos de las poblaciones, fuera de su entorno familiar. Al despertar, se encuentran desorientados y pueden acabar muriendo de hambre.

La concienciación del público visitante llega a convertirse en presión para los que nos establecemos ahí. Qué hacer con la basura. Puntos de desecho (spoiler, no hay contenedores a pie de calle). Llevar un spray de pimienta en caso de encuentro en el bosque. Normas de desecho de comida para restaurantes. Colgar la comida de un árbol al acampar en el bosque.

spray de pimienta
Los sprays de pimienta son casi obligatorios cuando haces senderismo alejado de poblaciones. Son de un único uso, así que apunta bien.

Acabas obsesionado con cada cosa que haces para no perjudicar a un animal que para ti es invisible. Nunca lo has visto. No sabes si es cierto o es fruto de una conspiración de los habitantes de Whistler. Y, para colmo, alguien te dice que no te preocupes por ellos porque son como vacas pastando. Ante lo cual dudas, pero respiras aliviado.

Hasta que giras una curva en el bosque y te topas con uno de frente.

El peor de los osos

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Una madre y sus oseznos cruzando la carretera al parque olímpico de Whistler

Bueno, digamos que el segundo peor de los osos. El más peligroso que habita los bosques de la Columbia Británica es el oso pardo o grizzly. La especie de oso más grande del mundo y que llega a más de 650 kilos y medir 2,4 metros de pie. Muy agresivo con los humanos. El siguiente en la lista de peligrosidad es el oso negro, al que comúnmente se refieren como "vaca". Supongo que comparado con su pariente de color pardo, lo es.

El que me encontré al girar esa curva era un oso negro con la particularidad de que no estaba solo. O sola, mejor dicho. Era una madre con un osezno que ahora diría que tenía alrededor de un año de edad. Una madre y su osezno son la combinación más peligrosa de todas, ya que ella interpretará todo movimiento como un acto de hostilidad hacia su cría.

"Nunca te interpongas entre una cría y su madre" es una frase que te graban a fuego los avisos. Por tu cabeza pasa esta frase y automáticamente te fijas que ambos animales están más o menos juntos. Y comienzas a repasar todos los consejos que debes seguir si quieres sobrevivir a un encuentro como este.

Manual de supervivencia al oso negro

Oso
Di Caprio no hubiera tenido que pasar por esto si hubiera leído este post

Los osos grizzlies no son muy comunes en Whistler. Básicamente, si te encuentras con uno de ellos es game over. Te habrá visto u olido mucho antes que tú a él y es capaz de atraparte en un abrir y cerrar de ojos. Si has visto la película El Renacido de Leonardo di Caprio, puedes imaginarte lo que pasará a continuación.

Pero si se trata de un oso negro, tienes probabilidades de sobrevivir. Esto es lo que tienes que hacer para seguir vivo después de encontrarte con uno:

  1. Mantener la calma y no mostrar miedo. Fácil de decir cuando estás en medio de un bosque tan frondoso que tus gritos no se van a oír ni en un radio de diez metros.
  2. Intentar determinar qué tipo de oso tienes en frente. Truco: si estás pensando este punto es que sigues vivo y NO es un oso grizzly.
  3. Asegúrate de que no llevas comida abierta encima. Los osos que se acaban de despertar de la hibernación están hambrientos y te verán como comida fácil si huelen algo apetitoso. Recuerda que llevan meses sin comer, ¿cómo te despertarías tú?
  4. Lo dicho, evita interponerte entre una cría y su madre o será lo último que hagas.
  5. No intentes darle comida para apaciguarle o puede que tras un pequeño aperitivo pases a ser el plato principal con rapidez. Los osos pardos son omnívoros y necesitan comer decenas de kilos al día para ganar peso antes del invierno.
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    Un oso adulto preparado para el invierno.
  7. Retrocede despacio y sin darle la espalda o será interpretado como un signo de huida. Y para un oso, cualquier cosa que huya de él es susceptible de ser parte de su dieta.
  8. Si un oso se enfrenta a ti y estás en bici, protégete con ella a modo de barrera. Tírate al suelo boca arriba sujetando con fuerza la bicicleta sobre ti.
  9. Y si no tienes bici y el oso te da un zarpazo, aunque se trate de un simple roce, tírate al suelo y hazte el muerto. Es probable que el oso pase de comerte si piensa que ya te ha matado.
  10. Nunca jamás te acerques a uno. No son animales domesticados y no les gusta que les toquen. Pueden interpretarlo como un acto hostil y decidan atacarte para evitarlo.

Puede que un oso negro sea uno de esos animales cuquis. De lejos, incluso parece un perro grande. Pero bajo su tierna apariencia se esconde una máquina de matar capaz de alcanzar los 35 kilómetros por hora. Imposible escapar en bici y menos cuando estás rodeado de cuestas.

En mi caso, la osa y su osezno me miraron durante unos segundos que se me hicieron eternos. Estarían a unos 20 o 25 metros de distancia, de modo que me hubiera sido imposible darle la vuelta a mi bicicleta y huir. Empecé a retroceder lentamente como Homer Simpson cuando se hace amigo de Flanders, mientras pensaba en el punto 7 y en cómo sería utilizar una bici llena de huecos por los que puede pasar una zarpa para protegerme.

Por suerte, después de olisquear en el aire y comprobar que no era plato de su dieta, giraron y desaparecieron en el bosque infinito. Respiré tranquilo y continué mi camino hasta el golf en el que me esperaban cinco horas de trabajo al aire libre.

Esa pareja de osos no fue la última que vi durante esos meses en Canadá. Trabajando en el campo de golf llegué a toparme con uno a apenas cinco metros de la máquina que estaba utilizando. También pasé con la bici justo al lado de otro volviendo a casa. Fueron tantos los que vi que dejaron de llamarme la atención. Al final, los que decían que eran como vacas tenían razón. Eso sí, ¡mejor verlas pastar en la distancia!

Una versión anterior de este artículo fue publicada en mayo de 2017.

Imágenes | GoToVan, Marie Hale, tsuda y Bess Sadler.

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