Un cachalote ha muerto por comer 29 kilos de basura. Otro ejemplo de nuestro enorme problema con el plástico

Un cachalote ha muerto por comer 29 kilos de basura. Otro ejemplo de nuestro enorme problema con el plástico
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Hace un mes y medio apareció un cachalote muerto en Cabo de Palos. Su posterior necropsia ha revelado ahora que en el aparato digestivo de esta bestia de 10 metros había depositados 29 kilos de basura (bolsas de basura, sacos de rafia, cabos, trozos de redes, e incluso un bidón) que, según los científicos, pudieron haber sido su causa de muerte al causar una peritonitis al animal.

No es una historia única: es sólo una más dentro del historial de ballenas y cachalotes muertos por tragar plástico en excesos. Casos anteriores conocidos fueron el de una ballena que varó en la costa holandesa de Helling o el del reciente ejemplar que terminó en el litoral noruego.

El problema proviene de su proceso de alimentación: son filtradores. Consumen enormes cantidades de krill o plancton tragrando todo lo que encuentran a su paso, también miles de metros cúbicos de agua, peces y todo lo que haya alrededor, como es en este caso, deshechos humanos. Después, cuando reducen la velocidad, cierran la boca y dejan escapar toda el agua entre sus barbas haciendo que el alimento quede en el interior. De ahí que los restos venenosos también se acumulen en su dieta.

De hecho, los peces adoran el plástico: es uno de los problemas descubiertos por los científicos. Muchos de estos animales confunden estos compuestos con comida, ya que así huele para ellos.

El mar está lleno de plásticos: ya está, hemos alcanzado el tope de residuos acumulables en el área azul de nuestro planeta. Como contamos hace poco, hay una isla del tamaño de tres francias flotando en el Océano Pacífico sólo compuesta de basura humana, en un 95% de ella de microplásticos, los más dañinos para el medio ambiente. Son 79.000 toneladas y van a ser muy difíciles de limpiar.

Y cada vez más vacío de peces: al menos en proporción. Es más, para 2050 se predice que habrá más toneladas de plásticos que de peces en todo el mundo. De los 400 gramos de plástico por kilómetro cuadrado estimados que se presentaban en 1970 hemos pasado a los 1,23 kilos de 2015 y a muchos más en el futuro.

Pero no todo está perdido: todavía cabe la posibilidad de enmendar nuestra influencia. Por ejemplo, los ciudadanos británicos sido capaces de eliminar el uso de las bolsas de plástico en un 85% de su día a día. Un pequeño gesto de los muchos que aún tendremos que hacer.

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