Tengo diez años y no voy a clase: mis padres me educan en casa

Ll

Lleida, siete de la mañana de un gélido amanecer de marzo. Entramos en la casa de Yvonne Laborda. En la inmensa mayoría de las casas españolas con niños es la hora de vestirse, desayunar y hacer la mochila antes de ir al colegio. En esta casa no. En esta casa vive una de las 3.000 familias que las organizaciones estiman que practican el homeschooling en España. Yvonne, junto a su pareja Andreu, se encarga de la educación de Ainara, Urtzi y Naikari, de 13, 11 y 9 años.

De ellos tres, a estas horas solo está despierta Ainara, que sale a pasear a su perrita Daisy. "Yo quería que adoptáramos una, y mis padres aceptaron con la condición de que me hiciese responsable de cuidarla". Parece un dato intrascendente, pero no lo es tanto: en una familia donde los niños se educan íntegramente en casa, cualquier responsabilidad o hábito tiene detrás una decisión encarada a aprender algo nuevo. Académico o no.

Cinco en casa

Mientras damos la vuelta a la manzana, Ainara nos explica que una de las cosas que no le gustan de ser homeschooler es la respuesta de los niños de su edad cuando lo descubren. "Primero no se lo creen, tienen que ir a mi madre para que les confirme que es cierto. Y luego se piensan que no sé nada por no ir a clase, igual me preguntan que cuánto es uno más uno. Y yo les digo… '¿en serio?'".

Los 4 miembros de la familia posan en el jardín
Andreu, Yvonne, Ainara, Urtzi y Naikari

Volvemos a casa e Yvonne lleva un rato trabajando desde su despacho. Responde mails, da formaciones por Skype, actualiza su blog y gestiona la traducción y promoción de su libro, Dar voz al niño. "Están interesados en traducirlo al ruso, a ver cómo queda".

Hasta hace unos años, Yvonne era profesora de inglés. Pero cuando decidió educar a sus hijos en casa, sin escolarizarles, reorientó su carrera para hacerla compatible con el homeschooling. Ahora aprovecha las horas en las que el resto todavía duerme, justo antes de que sus hijos abran la puerta y le den un abrazo de buenos días. Andreu, ingeniero eléctrico, aparcó la carrera profesional para dedicarse por completo al homeschooling con sus hijos. Ahora sí, empieza la jornada.

Como norma, desde que se despiertan los niños hasta el mediodía solo se puede hablar en inglés. Hasta Naikari, la más pequeña, lo habla con fluidez. En el desayuno, la mesa se llena de fruta, verdura, leche de soja y cereales. Toda la familia es vegetariana. Se sientan a la mesa y hablan de cualquier tema en la lengua de Shakespeare. "Give me the napkins, please".

Infografía que representa el horario de la familia: al principio del día hablan en inglés. De 8 a 9, desayuno; de 9 a 11, clases, de 11 a 11.30 baile, de 11.30 a 12.30 juegos de mesa, programación... ; de 12.30 a 13.30 ajedrez, manualidades; a las 13.30 empiezan a preparar la comida. Después de comer hablan en español y hacen actividades extraescolares fuera de casa
Esquema del día a día de la familia

Tras el desayuno, los niños se separan y cada uno se marcha a hacer una tarea distinta. Urtzi, el mediano, se queda con su padre practicando el cálculo con un ábaco. Andreu le va cambiando las cuentas y él ha de cantar la cifra final e ir respondiendo operaciones. Todo en inglés. Naikari, junto a su madre, practica geografía. Tiene delante un mapa mudo de Catalunya en el que ha de localizar las ciudades más pobladas. Van cayendo Lleida, Tarragona, Barcelona, Vic, Reus, Tortosa, Olot…

Ainara se sienta frente a su ordenador portátil manzana en mano y empieza a escribir.

- Ainara, ¿qué escribes?

- Un libro. Bueno, un cuento. Una historia. Llevo cinco páginas.

- ¿Y de qué trata?

- Es la historia de un chico que se enamora de una compañera de clase, pero él no sabe que ella es lesbiana y está enamorada de otra compañera.

Ahí interviene Yvonne. "Ainara, ¿y qué quieres decir con eso?". "Que no todos somos iguales, que hay diversidad y cada uno es distinto al resto, aunque no te lo esperes", responde. Yvonne gira el cuello, nos mira de reojo y sonríe con fruición.

La madre y sus dos hijas se sientan en el suelo mirando un mapa del mundo juntas
Yvonne, Ainara y Naikari trabajan sobre el mapa
“Nosotros somos unschoolers, que es una corriente del homeschooling en la que no se sigue un currículo académico específico"

"Nosotros somos unschoolers, que es una corriente del homeschooling en la que no se sigue un currículo académico específico", nos cuenta Yvonne. Unschooler o no, Javier Urra, psicólogo especializado en menores de edad y Defensor del Menor entre 1996 y 2001, se posiciona totalmente en contra del homeschooling.

"Estoy absolutamente en contra de la escolarización en casa. El homeschooling limita el conocimiento de la realidad social. La sociedad es rica, amplia, diversa, y el entorno de una familia es el que es. Puede ser estupendo, pero si yo solo me manejase con mi familia y no tuviese más relaciones, me enriquecería menos. Eso siendo adulto. Pues siendo un niño, imagina."

Andreu nos explica que sus hijos, los tres, tienen actividades extraescolares cuando cae la tarde. Han probado varias, algunas no les gustaron y cambiaron a otras. Violín, gimnasia rítmica, break dance, teatro, fútbol… Y además, una o dos veces por semana se juntan con otras familias homeschoolers. Entre todas han alquilado un bajo en Lleida para poder hacer actividades en común. Urra sigue sin verlo claro:

"Claro, no creo que nadie esté en plan zulo. Pero en una sociedad con distintas clases, razas, orígenes, realidades... Todo eso te hace pensar, genera incertidumbres, facilita el debate. Eso, en un entorno más limitativo, se empobrece. Esa es la cuestión".
Javier Urra posa en su despacho
Javier Urra, psicólogo especializado y defensor del menor de 1996 a 2001 ⏤ Foto: javierurra.com

La mañana sigue. Urtzi y su padre han cambiado de habitación y se van a aprender programación usando Scratch, un lenguaje de programación visual desarrollado por el MIT. Naikari se va a hacer lo que más le gusta: manualidades y trucos de magia que aprende con vídeos de YouTube. Un rato después, los tres se tumban en las alfombras del salón y sacan un juego de mesa: Fauna. De alguna forma, reemplaza a los contenidos que aprenderían en la materia de Conocimiento del Medio. Así se explica que unos prepúberes sepan perfectamente las características y el origen de la rata algodonera, por ejemplo.

Educar contra la ley

Mientras, hablamos con Yvonne y Andreu de la legalidad del homeschooling. La legislación española es clara respecto a ello: entre los 6 y los 16 años es obligatoria la escolarización salvo en casos muy excepcionales, para los cuales hay que pedir un permiso y justificarlo. Son los casos de niños artistas, hijos de actores que viajan a menudo o deportistas de élite, por ejemplo, que se educan a distancia a través de CIDEAD, entidad dependiente del Ministerio de Educación. El resto de niños se han de ajustar al artículo 4 de la Ley Orgánica de Educación.

”2. La enseñanza básica comprende diez años de escolaridad y se desarrolla, de forma regular, entre los seis y los dieciséis años de edad. No obstante, los alumnos tendrán derecho a permanecer en régimen ordinario cursando la enseñanza básica hasta los dieciocho años de edad, cumplidos en el año en que finalice el curso, en las condiciones establecidas en la presente Ley.”

Luego, la educación es una competencia autonómica que cada comunidad regula por separado. Así, aunque ninguna tiene potestad para contraponerse a una ley superior, sí se crean diferencias entre unas comunidades y otras que hacen la vida más o menos fácil a quien, pese a todo, decide educar en casa.

De entre las más de veinte entrevistas realizadas por separado a varios miembros activos de la comunidad homeschooler en España, todos coinciden en señalar a Catalunya y a la Comunidad de Madrid como las autonomías donde más fácil resulta a nivel legal. Normalmente, por inacción de las administraciones.

En otras, como Andalucía, el riesgo es mayor: la administración sí actúa y ha habido precedentes de juicios por lo civil que siempre terminan en sentencias que obligan a la escolarización del menor. En última instancia se puede llegar a dar el caso de la retirada de la tutela, aunque suele ser algo reservado a padres que han permitido que sus hijos no vayan al colegio de forma sistemática sin que haya ningún tipo de prueba que sustente que sí ha habido una educación alternativa.

Javier Urra nos señala la existencia de una sentencia del Tribunal Constitucional, de 2010, así como de una circular de la fiscalía que advierte de que en casos de homeschooling podrá valorarse la retirada de la guarda y tutela, y, de persistir, de la patria potestad. "En algún país europeo y en Estados Unidos existe la posibilidad, pero en España no", concluye.

¿A qué países se refiere Urra? En este mapa podemos ver de forma simplificada cómo contempla cada país europeo el homeschooling.

Aquí surge una pregunta incómoda: ¿Cómo es para unos padres educar a unos hijos en contra de una ley? ¿Estamos hablando de educar en la ilegalidad? ¿Cómo se transmite que hay leyes que sí que hay que cumplir, pero otras no? Yvonne nos cuenta que nunca tiene la sensación de educar en la ilegalidad, sino de elegir una opción que "todavía no está respaldada legalmente", pero que se lleva "dando la cara" y sin temores. Una conclusión parecida saca Laura Mascaró, otra madre unschooler que además es jurista.

Laura Mascaró sentada en un sofá sonríe a la cámara
Laura Mascaró, jurista y unschooler ⏤ Foto: lauramascaro.com
"En mi casa hablamos mucho de este tema, de la diferencia entre ley y justicia. Y de cómo hay leyes que son injustas. A veces, saltarte una ley no quiere decir que estés haciendo algo malo, y viceversa. Las leyes nazis eran legales, por ejemplo. ¿Había que cumplirlas? Para mí, no, porque hay una moral que está por encima de la ley. Mientras tú no le estés provocando un perjuicio a otra persona, en este caso no le estamos perjudicando a nadie. 
Y más tal y como está la ley en España. Muchas veces los propios jueces y fiscales no saben qué hacer con nosotros, es inseguridad jurídica, no hay una ley clara que te diga si puedes o si no".

Clara (nombre ficticio), otra madre homeschooler que prefiere conservar su anonimato por temor a que la administración de su autonomía pueda actuar si la identifica, nos dice algo similar.

Una mujer anónima de espaldas
Foto: Unsplash

"Cuando hablo de esto con mi hijo le explico que tiene un tío que es gay, y hasta hace muy poco no podía casarse, era ilegal que se casara. Y un tiempo antes estaba perseguido y lo podían meter en la cárcel por ser gay. Era algo tremendamente injusto, pero era lo legal. Así, le explico que a veces la ley todavía no está adaptada a los tiempos, o no está hecha de forma realmente justa".

Francia y Portugal, una a cada lado de España, son destinos amigables para quien toma la decisión de adoptar el homeschooling. Clara sin ir más lejos nos cuenta que valoraría a qué país de los dos mudarse en el caso de que la justicia le abriese un expediente y terminase dictaminando que su hijo ha de escolarizarse.

Mientras tanto, Clara ha tomado la decisión de irse a vivir al campo. "No es únicamente por el homeschooling" -su hijo empezará a tener que estar escolarizado obligatoriamente en septiembre, al inicio del próximo curso-, "aunque es algo que contribuye mucho. Mi comunidad autónoma es muy hostil con este modelo, y no quiero tener que andar preocupada por si algún vecino ve que mi hijo no va al colegio y llama a la policía". Para evitar que su hijo tenga que aprender a engañar, le ha matriculado en una escuela estadounidense a distancia. "Así, si alguien le pregunta qué tal el colegio, él puede responder sin tener que mentir".

Matricularse en escuelas británicas o estadounidenses a distancia para seguir un currículo académico y hacer exámenes periódicos que acrediten el nivel educativo es una práctica habitual entre muchas familias homeschoolers. Entre grupos y asociaciones se recomienda tener preparado un dossier en casa con el que se pueda justificar que la no-escolarización no ha implicado un abandono o un desinterés por la educación del menor, sino que se ha tomado en serio al margen del sistema.

Tipos de homeschooling

   

Homeschool

Es quizás la opción más habitual, aunque dentro de ella hay varias pedagogías que cada familia puede escoger: la educación clásica, Waldorf, Montessori... En todas ellas son familias que siguen un currículo y una metodología, aunque dentro de casa, en el ámbito familiar, y no en un colegio.

   

Unschool

Es el que no sigue ningún currículo académico, sino que la familia decide qué contenidos se van a aprender, en qué etapas, y de qué forma. Es la figura más alejada de la escolarización tradicional y cada familia escoge su camino a seguir. Hace más difícil el paso a la escolarización tradicional si el niño lo desease en algún punto.

   

Flexischool

Combina la escuela tradicional con la enseñanza en familia. En España esta opción no es posible a día de hoy, ya que requeriría del visto bueno del colegio.

Otra plataforma que aboga por el homeschooling es Ludus, la cual mantiene actualizado un fichero de más de 800 proyectos de "educación innovadora y alternativa". Desde junio de 2013 lo lleva poniendo en marcha Almudena García, programadora informática madrileña y madre de un niño homeschooler. Otro recurso para quienes prefieren buscar soluciones diferentes a la escolarización tradicional.

Yvonne o Laura son ejemplos de homeschoolers que no se esconden. Todo lo contrario: se exponen y difunden su mensaje dando la cara y el nombre. Las familias homeschoolers con las que hemos hablado coinciden en que Catalunya y Madrid (las comunidades autónomas de ambas, respectivamente) son algunas en las que más tranquilo se puede vivir siguiendo este modelo. Andalucía es una de las peores en ese sentido. Vivir como un gato acorralado por la presión pesa demasiado. "Si alguien tiene que vivir así, que se replantee lo de ser homeschooler", dice Laura.

Socializar sin colegio

El mediodía está a punto de llegar y la familia de Yvonne y Andreu sigue educándose a su manera. Ahora los tres hijos ponen música en una tablet y bailan unas coreografías en el salón de casa. La educación artística y motriz es importante en este hogar. Y también la gastronómica.

Es la hora de comer y, por primera vez desde el amanecer, la familia habla en castellano o en catalán. Urtzi acude a los fogones, Ainara empieza a pelar verduras. "Antes hacía yo la comida, pero un día se me ocurrió que ellos también podían ayudarme. No solo aprenden a cocinar, también aprenden mucho sobre los alimentos, o incluso ejercitan el cálculo. Si ven una receta para cuatro, tienen que calcular solos las cantidades para cinco".

Silvia Álava sonríe en la imagen
Silvia Álava, psicóloga educativa

Este tipo de aprendizaje se queda corto en opinión de la psicóloga educativa Silvia Álava, quien cree que el niño "no va al colegio únicamente a aprender contenidos, sino también a socializarse, a aprender habilidades como el trabajo grupal, jugar con los demás, aprender a respetar al otro".

De la misma forma, ve lagunas, no en casa de esta familia, sino en la aplicación en general de este modelo. "También hay que ver qué persona es quien se encarga de educar en casa. No es que dude de un padre o una madre, pero eso no significa que vayan a ser buenos profesores. Y los roles pueden quedar cruzados: el niño tal vez necesite en un momento dado a su padre o a su madre, pero no a su profesor”.

Alberto Soler, psicólogo especializado en crianza, infancia y adolescencia, vuelve al tema de la socialización:

Alberto Soler posa en la calle
Alberto Soler, psicólogo especializado

“A partir de los tres años los niños cada vez cooperan más entre ellos, las relaciones entre iguales cobran un papel más importante y el grupo de amigos comienza a tomar relevancia. Para que eso se pueda desarrollar es necesario un contacto sostenido con un mismo grupo de niños que, además, estén en su mismo momento evolutivo, y esto es algo muy difícil de lograr si se priva a un niño a partir de estas edades de la escolarización”.

En caso de que los padres finalmente se decidan a educar a sus hijos en casa, aconseja “que hagan una profunda valoración del coste y beneficio de esta medida, ya que en ocasiones, cuando esos niños vuelven a ser escolarizados de manera estándar experimentan problemas de adaptación. La principal recomendación sería facilitar en la medida de lo posible el contacto sostenido con un grupo de niños de su misma edad para evitar el “coste social” asociado”.

Termina la comida y la familia sigue con la educación en casa. Unas van a leer, otro juega al ajedrez con su padre. En apenas un rato, los tres hijos se marcharán a teatro, danza, break dance… Su padre se quita las gafas y nos mira. Resopla. "Es necesario lo de las actividades extraescolares. Pero necesario para todos. Para ellos, porque tienen que relacionarse con gente que no sean sus hermanos y sus padres, es muy bueno. Y para nosotros, porque tenemos que desconectar en algún momento. Si no, nos volvemos locos."

"Las actividades extraescolares son necesarias para ellos, porque socializan, y para nosotros, los padres, para no volvernos locos"

Los niños se marchan, volverán justo antes de la hora de cenar. Ahora es cuando Andreu e Yvonne pueden explayarse y tener tiempo para sí mismos por unas horas. "Ser homeschooler es una decisión que cuando la tomas abarca toda tu vida. Condiciona tu trabajo, tu economía, tu tiempo, tus relaciones sociales, la casa en la que vives. Lo condiciona todo", concluye Yvonne antes de salir de casa.

Sobre "decisiones" hablamos con el psicólogo Eparquio Delgado, quien se posiciona completamente en contra del homeschooling:

Eparquio Delgado posa serio
Eparquio Delgado, psicólogo

"El homeschooling no trata de los niños, sino de los padres, porque no es una alternativa a la educación, sino una ideología política. Por muy beneficioso que se demostrase que es, no es un argumento, sino una decisión política que roza el neoliberalismo respecto a las instituciones educativas. Y ningún estudio justifica el ataque a una institución. Los hijos son deberes, no derechos. El homeschooling es una forma de que los padres digan que 'pueden hacer lo que quieran con sus hijos' porque son sus hijos, y no individuos que pertenecen a una sociedad".

Considera que es "un ataque directo a las instituciones y a derechos como la educación pública por la que se ha estado luchando durante tiempo. Una forma de echar por tierra un servicio público, que sin duda debe ser mejorado, como es educación al acceso de todos".

El debate va más allá de la educación de algunas familias que tomen una decisión. "Desafiar esto es también replantear la forma de vivir de miles de personas de forma profunda, pues no todas las familias pueden permitirse poder criar a sus hijos en casa, y muchos contratan a profesores particulares para dar clase a los niños en casa, por lo que al final, ¿cuál es el sentido? Al final la solución no es luchar por educar a los niños en casa, sino que todos los niños tengan una buena educación en una institución pública".

Cuestión de números

Una de las primeras cuestiones que se plantea todo aquel que quiere saber más sobre el homeschooling es el coste económico de practicarlo, ya sea por el coste directo (contratar a un profesor particular) como el de oportunidad (tener que renunciar a un empleo o a la mitad del mismo para poder dedicarse a la educación del hijo).

Yvonne posa sonriente en su casa
Yvonne en el salón de su casa en Lleida

Estas dos posibilidades principales hacen que, según Yvonne Laborda, el homeschooling sea visto a menudo como una práctica limitada a quienes tienen recursos económicos son suficientes, algo con lo que está en desacuerdo. "No es cierto que haya que tener mucho dinero, simplemente has de ajustar algunas cosas, tanto económicas como de otros ámbitos". Como decía antes, "es una decisión que lo condiciona todo".

En el caso de su familia, su marido Andreu, ingeniero eléctrico, aparcó su carrera hace unos años para dedicarse por completo a la educación de sus hijos. Ella, profesora de inglés, le dio un giro a su carrera laboral y pasó a ganarse la vida con los ingresos del libro que escribió, consultorías, formaciones y otras colaboraciones.

Cada familia a título individual tendrá que ver si le salen las cuentas, y en qué medida, para elegir este tipo de formación. Normalmente esta decisión pasa por combinar varios factores que ayudan a que la familia pueda vivir con un solo salario.

🏠

Vivir en una casa que ya se ha terminado de pagar o que no tiene coste (heredada, propiedad de un familiar que no pide arrendamiento...). En su defecto, una con un coste muy bajo, propio de provincias despobladas o áreas rurales.

💸

Que el salario de uno de los progenitores sea suficiente para el coste de la vida de toda la familia.

💰

Que se disponga de unos ingresos regulares que no provengan del trabajo, como el alquiler de propiedades o los intereses que genera un capital muy elevado.

👩‍🏫

Que los ingresos mensuales permitan la contratación de un profesor particular.

Todo esto aplica a las familias con dos progenitores. Para las familias monoparentales o progenitores divorciados, las cuentas se hacen un poco más complejas, y la situación más difícil de manejar: si no se tienen ingresos regulares que no provengan del trabajo, como grandes ahorros de los que vivir, rentas del capital o arrendamientos inmobiliarios, por ejemplo, compatibilizar un empleo con el homeschooling es algo bastante más complicado.

Algunas de las posibilidades alternativas que se suelen contemplar en el caso de las familias homeschoolers pasan por empleos flexibles en los que se teletrabaje, trabajos a media jornada o que solo trabaje fuera de casa quien gane un sueldo mayor.

Cuando un adulto ha pasado su vida fuera del sistema

Una de las preguntas recurrentes en torno al homeschooling es qué ocurre cuando el niño crece y llega a la mayoría de edad habiéndose educado al margen del sistema que, en el caso español, le va a exigir certificados y titulaciones para poder acceder a la educación no-obligatoria, como módulos de formación profesional o carreras universitarias.

La familia de Yvonne y Andreu todavía está asomándose a la pubertad, así que hablamos con alguien que sí ha pasado por esta tesitura: Sergio Belmonte, que a sus 22 años está en la universidad española… pese a que nunca ha pisado un colegio. Su familia practica el homeschooling desde que tiene edad de ir a educación infantil.

Sergio Belmonte posa sonriente con su ordenador y material escolar
Sergio Belmonte, estudiante de Psicología

Sergio Belmonte (22)

🇺🇸
3 - 9 años ⏤ Vive en EE.UU.
🇪🇸
9 años ⏤ Vuelve a España
👨‍🏫
9 - 18 años ⏤ Matriculado en escuela estadounidense a distancia
📝
18 años ⏤ Examen ESO
📁
20 años ⏤ Convalidación de Bachillerato
📝
20 años ⏤ Examen de Selectividad
👨🏻‍🎓
20 años ⏤ Empieza Psicología en la UNED
"En mi familia optamos por un homeschooling bastante pautado, con asignaturas, horarios, libros de texto… Quería poder dejarme las puertas de la universidad abiertas por si quería terminar estudiando una carrera".

Hay que señalar que entre los tres y los nueve años vivieron en Estados Unidos, pero después regresaron a España, desde donde se matriculó en una escuela estadounidense a distancia. Con 18 años -edad mínima- se examinó del título de la ESO, imposible de convalidar en España al ser obligatoriamente presencial o preparada por libre una vez se es mayor de edad. Con 20 consiguió convalidar su Bachillerato y se presentó a Selectividad. Aprobó, y comenzó su carrera de Psicología en la UNED. ¿Por qué en la UNED?

"Podría haber entrado a cualquier universidad presencial, pero empecé en la UNED por ser online y a distancia. Los años de homeschooling me han enseñado lo que es tener el control de tus horarios. Mi verdadera pasión no es la psicología, es la música, y la UNED me da mucha libertad para organizarme y poder seguir dedicando tiempo a la música."
“Si ves que tu hijo tiende a estar mucho en casa, hay mil formas de remediarlo”

Sobre el asunto de la socialización, Sergio cree que no hay problema si se quieren buscar soluciones. En su caso, vivir en una urbanización y estar apuntado a actividades extraescolares, voluntariados y deportes. "Si ves que tu hijo tiende a estar mucho en casa, hay mil formas de remediarlo".

En una línea similar piensa Leonel Virosta, de 19 años. Hijo de actores y con superdotación intelectual, terminó la educación primaria con diez años, dos menos de lo habitual. La ESO y el Bachiller los hizo a distancia. "Principalmente, por la posibilidad de seguir mis intereses y mi ritmo de aprendizaje. Sentíamos que en mi casa iba a desarrollar más mis habilidades, más que en un ambiente concentrado de instituto". Terminó a los 16, y sus certificados no llegaron a tiempo para presentarse a la Selectividad. Hasta que tuvo 18 no pudo entrar a la carrera que él realmente quería: Biología Celular en la Universidad de Manchester. Dedicó casi un año a preparar la solicitud con certificados y carta de preentación.

Leonel Virosta (19)

🇪🇸
10 años ⏤ Termina educación primaria
10 años ⏤ Intento de entrar en CIDEAD
👨‍🏫
10 - 16 años ⏤ ESO y Bachillerato a distancia en escuela estadounidense
📝
17 años ⏤ Examen de Selectividad
🇬🇧
17 años ⏤ Preparar entrada a la universidad
👨🏻‍🎓
18 años ⏤ Empieza Biología Celular en Manchester
Leonel Virostra posa con unos globos, sonriente
Leonel Virosta, estudiante de Biología Celular

Desde su habitación en Manchester nos cuenta por teléfono su visión en retrospectiva del homeschooling.

"Ha sido muy beneficioso para mí, estoy contentísimo con el camino que me ha dejado por delante. No creo que de otra forma hubiese podido conseguirlo. He creado mis propios materiales de estudio, mis propias formas de organizarme, me ha hecho saber de qué soy capaz. Y me hace sentir capaz de conseguir cosas, de atreverme a probar, a crear contenidos. Por ejemplo, el canal de YouTube".

Con eso último se refiere a FlipYourLearning, el canal en el que publica explicaciones sencillas a conceptos complejos de biología. Lleva 32.000 suscriptores y casi dos millones de visitas en algo más de dos años. En cuanto a la legalidad, Leonel explica que nunca tuvo la sensación de estar cometiendo ilegalidad alguna. "Sí es cierto que intenté entrar en el CIDEAD para la secundaria, pero no fue posible, y tuvimos que buscar la opción de las escuelas a distancia de Estados Unidos cumpliendo unos requisitos. No tuve una sensación de hacer nada ilegal".

“Hay formas de acceder a la universidad aunque te eduques fuera del sistema. A veces es complicado, pero las hay”

Es algo que numerosas familias homeschoolers, como la de Laura Mascaró, suelen repetir: "Hay formas de acceder a la universidad aunque te eduques fuera del sistema. A veces es complicado, pero las hay". La mayoría de veces pasan por los exámenes para sacarse la ESO por libre y lo mismo con el Bachillerato. La propia Laura pone ejemplos de caminos alternativos, como el aprendizaje de un oficio o los cursos online y otras vías. "Si quieres ser médico por ejemplo, no te queda otra que la universidad. Pero muchas otras profesiones, la de periodista por ejemplo, se basan en unos conocimientos que puedes aprender fuera de la universidad".

Subir