29 millones de vacunas escondidas en un almacén: desenredando el jaleo de AstraZeneca en Italia

Astrazeneca
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El departamento de comunicación de AstraZeneca no gana para sustos. Si ayer las autoridades estadounidenses ponían en cuestión su último ensayo clínico, en el que presumía de una efectividad del 79%, hoy la Unión Europea se ha topado con una desagradable sorpresa. Según La Stampa, la farmacéutica almacenaba unas 29 millones de dosis en su planta embotelladora de Agnani, Italia. Lo hacía de espaldas a las autoridades comunitarias... Y con la esperanza de distribuirlas en Reino Unido. En plena disputa por la "reciprocidad" de las exportaciones.

La historia. La cuenta también L'Express y Europe1. La Comisión Europea lleva semanas investigando cuánto hay de verdad en las explicaciones de AstraZeneca sobre su suministro de vacunas, un 60% menor al firmado originalmente en agosto del año pasado. El responsable directo de las compras colectivas durante la campaña de vacunación, Thierry Breton, comisario de Mercado Interior, solicitó a las autoridades italianas que echaran un vistazo a la planta de Catalent, la subcontrata que embotella la vacuna de AstraZeneca las afueras de Roma.

Allí se toparon con una sorpresa inesperada: 29 millones de dosis.

El destino. La cifra duplica al total de vacunas suministradas por la farmacéutica a la Unión Europea (16,6 millones) y es igual a sus entregas previstas para el final del primer cuatrimestre del año. Tienen por tanto un valor estratégico. ¿Hacia dónde se dirigían? Es aquí donde comienza el puzzle. Según La Stampa, AstraZeneca tenía previsto exportarlas a Reino Unido. Esto tan sólo alimentaría las sospechas de la Comisión sobre la farmacéutica. A saber, que estaría desviando parte de su inventario a Reino Unido y otros países, incumpliendo su acuerdo con Europa.

El origen. Pero hay otra pieza fundamental del rompecabezas: la procedencia de las dosis. AstraZeneca tiene plantas tanto en Europa como en Reino Unido. Por obligación contractual y como vimos más detalladamente ayer, todas las dosis fabricadas en suelo británico deben ir dirigidas al mercado británico. Sucede que las plantas de Reino Unido no producen tantas vacunas como Reino Unido necesita, por lo que AstraZeneca debe recurrir a sus puntos de fabricación en el continente. Son dos: uno en Leiden, Países Bajos; y otro en Seneffe, Bélgica.

Las dosis halladas en Italia proceden de estas últimas. Y es aquí donde se enreda la cosa.

Los contratos. Como detalla en este hilo el analista Jon Worth, las plantas de Leiden y Seneffe no operan bajo las mismas obligaciones para con AstraZeneca y Reino Unido. La primera, propiedad de la biofarmacéutica Halix, estuvo desde el primer día en el listado de empresas asociadas al desarrollo de la vacuna de la Universidad de Oxford. Al pertenecer al consorcio, obtuvo la aprobación del gobierno británico de forma inmediata, jugando un papel importante en el suministro de las dosis para el país. Seneffe llegó más tarde y quedó fuera del consorcio.

¿Por qué es relevante esto último? Porque la planta de Halix ha sido aprobada por Reino Unido... Pero no por la Agencia Europa del Medicamento (EMA). Es decir, las vacunas fabricadas en Países Bajos pueden administrarse a ciudadanos británicos pero no a los europeos. Según Reuters, la agencia podría darle el visto bueno a lo largo de esta semana. Pero por el momento sigue en el limbo.

La reacción. A finales de junio y enrabietada por el incumplimiento de las dosis acordadas meses atrás, la Unión Europea estableció controles a las exportaciones de vacunas fabricadas en las plantas del continente. En marzo, Thierry Breton visitó la fábrica de Halix y explicó que las vacunas allí producidas ya no se estaban destinando a Reino Unido. Explicación insuficiente. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, lleva todo el mes tanteando una prohibición formal a las exportaciones, con la mente muy puesta en la planta de Leiden.

"Se debe cumplir el contrato con Europa antes de empezar a distribuir a otros países", explicó la semana pasada. La UE se siente agraviada porque AstraZeneca no ha distribuido dosis hacia Europa desde sus plantas británicas pese a que el contrato así lo estipula. En su lugar, ha estado utilizando sus plantas europeas para abastecer a Reino Unido, aprovechando el limbo en el que se encuentra Halix. Un limbo fruto de la escasa información que AstraZeneca ha entregado a la EMA y que la Comisión juzga deliberado para seguir puenteando sus obligaciones.

¿Cuántas? Y ahora sí, volvamos al cargamento oculto de Agnani. La clave reside en saber cuántas de las vacunas allí encontradas habían sido producidas en Países Bajos. ¿Los 29 millones o una cifra menor? Hace diez días AstraZeneca aseguraba a Reuters que podía entregar 10 millones de dosis a la Comisión en cuanto la EMA diera el visto bueno a la planta de Halix. La farmacéutica podría defenderse argumentando que el cargamento de Italia se compondría de las dosis fabricadas en Bélgica (100% para la UE) y del lote destinado a Europa producido en Países Bajos.

Suspicacias. Sucede que la confianza de la Unión Europea hacia AstraZeneca es inexistente desde hace meses. Las 29 millones de dosis almacenadas en Italia sólo alimentarán las suspicacias de la Comisión. La Stampa asume que la mayoría de vacunas encontradas en Agnani han sido fabricadas en Leiden y que habrían terminado en Reino Unido de no haber mediado controles. Es una hipótesis lógica: ¿qué sentido tendría guardar bajo llave millones de vacunas producidas en Seneffe, Bélgica, cuando la Unión Europea afronta una urgente escasez?

El movimiento. Cualquiera que sea la explicación a las 29 millones de vacunas sólo reafirmará a la Comisión en sus planes para prohibir las exportaciones de vacunas producidas en suelo europeo durante los próximos meses. Los controles impuestos en enero (aquellas empresas que estuvieran fabricando dosis en plantas europeas pero no estuvieran cumpliendo sus obligaciones con la Unión, como AstraZeneca, no podrían exportar) se han quedado cortos. Reino Unido ha seguido recibiendo vacunas desde Europa, hasta un total de 10 millones.

La Comisión, sumergida en una crisis gigante en materia de vacunación, se ha cansado de la inexistente reciprocidad. Es la principal exportadora de dosis del mundo, mientras Reino Unido y Estados Unidos no le ha correspondido. Las dosis escondidas en Italia pueden suponer su incentivo definitivo para abrazar el nacionalismo de vacunas.

Imagen: Gareth Fuller/AP

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