Block Friday: como siempre, los franceses están llevando su protesta un pasito más lejos

Block Friday
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Aupado a la categoría de acontecimiento universal, era cuestión de tiempo que el Black Friday acapara detractores movilizados. Lo vimos hace dos días a cuenta de las tiendas minoristas y locales que, en plena fiebre por el descuento y la rebaja, han optado por mantenerse al margen, cuando no por iniciar campañas de concienciación sobre el consumo. Hoy el episodio más surrealista contra la jornada de ofertas viene, como no podía ser de otro modo, de Francia.

Block Friday. Un centenar de activistas se congregaron ayer frente a un centro de distribución de Amazon en Bretigny-sur-Orge,. Convocados por dos asociaciones ecologistas, Les Amis de la Terre y Action non-violente COP21, han tratado de "bloquear" el Black Friday denunciando la precariedad laboral de las grandes superficies y la huella medioambiental del consumismo. Han bautizado su acto como "Block Friday".

Otras protestas se han desplegado a lo largo de hoy en París.

Parlamento. No están solos. El pasado lunes una comisión parlamentaria compuesta por diputados de distintas orientaciones políticas introdujo un proyecto de ley para prohibir la promoción del Black Friday, o más en concreto, las publicidad de las jornadas de descuentos que tanto han proliferado en los últimos años. La ministra de transición medioambiental, Elisabeth Borne, del partido de Emmanuel Macron, ha hecho suyas las propuestas.

Razones. ¿Los motivos? El gasto excesivo de "recursos" y el "sobreconsumo". Borne atribuye al Black Friday la gestación de "atascos, más contaminación y más emisiones". Para entender como una propuesta así ha podido llegar a la Asamblea Nacional requiere entender la particular idiosincrasia de Francia, país acostumbrado a que los grupos laborales y empresariales protegen sus derechos con celo y a la receptividad de sus políticos .

Francia, tan orgullosa, tan suya, quiere representar la última frontera contra el consumismo masivo. La última trinchera del comercio local frente al "consumismo importado de Estados Unidos". Y lo hace protestando a lo grande, cómo sólo ella sabe hacer.

¿Al alza? El Black Friday se ha convertido en un evento increíblemente popular. Sólo en España mueve anualmente en torno a 1.500 millones de euros, con crecimientos sostenidos año a año. Algunos consumidores y algunos comerciantes lo observan como un problema, no sólo en Francia, en tanto que ahonda en un ciclo de rebajas/descuentos permanente. Y sólo sostenible desde las grandes cadenas/superficies que operan a gran escala. Es la vuelta de tuerca a la misma polémica que envuelve a Amazon y al negocio librero.

No por casualidad, es en Francia donde hay más resistencias a que libros editados por el gigante entren en los premios de literatura nacionales, legislación específica incluida.

Imagen: Jane Barlow/PA

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