De la calma al infierno en tres minutos: la virulencia de los incendios de Australia, en un vídeo

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Australia no despierta de su pesadilla. Tres meses después de que las primeras llamas comenzaran a devorar miles de hectáreas en Nueva Gales del Sur, los incendios siguen causando toda clase de estragos en el sudeste del país. Ahora la región más afectada es Canberra, capital del país y territorio autónomo. Una oleada de fuegos ha calcinado ya el 8% de la superficie de la región, más de 185.000 hectáreas.

Con una virulencia inusitada. Como ilustra este vídeo.

Visto, no visto. Lo grabó un camión de bomberos de Nueva Gales del Sur, en los alrededores de Shellharbour. La escena apenas dura tres minutos. Durante los primeros segundos, no hay viento ni llamas a la vista. En un abrir y cerrar de ojos, una cortina de humo toma la escena. Poco después, un maremoto de llamas arrasa los árboles aledaños, cruza la carretera y toma la escena con una violencia estremecedora.

Rápido. Como el equipo de extinción explica en Facebook, un rápido cambio en la dirección y la intensidad del viento (que llegó a 100 kilómetros por hora) desató el infierno. Se encontraba allí con objeto de proteger una finca de los incendios. Esperaban que el fuego apareciera a las 19:10. Entre las 18:59 y las 19:02, sin embargo, las condiciones ambientales cambiaron bruscamente y rodearon la escena de llamas.

El vídeo ilustra lo imprevisible del fuego y lo inmediato de su destrucción. Una prueba de lo complejo que resulta luchar contra él.

Más intensos. Otro vídeo similar se ha viralizado durante los últimas horas: grabado en un pueblo próximo a Canberra, muestra la creciente intensidad de unas columnas de humo al otro lado de una colina. La temporada de incendios en Australia está siendo especialmente dramática, en parte porque los fuegos revisten una especial intensidad. Se propagan más rápido, con más fuerza, de forma más errática.

¿Por qué? Operan varios factores. Por un lado, la prolongada sequía que afecta a todo el país. Por otro, las temperaturas. Está haciendo más calor que nunca, lo que contribuye a avivar los fuegos. Y por otro, nuestro abandono del medio rural y la ganancia de vegetación y arboledas. De forma simple, las llamas tienen más combustible disponible que nunca. Lo que las hace virtualmente imposibles de extinguir.

Son los incendios de "sexta generación", una batalla que, como Gran Canaria, Portugal, Grecia o Chile bien saben, es imposible de ganar.

Cifras. Australia no recuerda incendios similares. Más de diez millones de hectáreas, un área similar a la totalidad de Corea del Sur, han sido consumidas por el fuego. Alrededor de 2.500 hogares han tenido que ser evacuados. Cientos de millones de animales, probablemente, han perecido. 26 personas han perdido la vida. Un desastre de magnitudes inéditas que, por el momento, no ha terminado.

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