Cómo Italia, Francia y el resto de Europa están intentando salvar el turismo este año

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27 millones de empleos directos o indirectos. 2.4 millones de empresas, en su mayoría medianas y, sobre todo, pequeñas. Un 10% del PIB anual de la UE según las cifras difundidas por la Comisión Europea. 

Según la Comisión Europea de Viajes, que representa a 33 organizaciones nacionales de turismo, la demanda se va a contraer un 40% en todo 2020 y el sector no verá una recuperación de los niveles previos hasta 2023. Y además, aunque Europa supuso el destino de uno de cada dos viajeros internacionales de 2019 en todo el planeta, el diferente interés del público por cada región dentro del continente hace que la importancia de este sector sea mucho mayor para los países del sur que los del norte: para Grecia supone un 20.8% de su PIB nacional, en España un 14.3%, un 4.4% para Alemania, etc. 

Es decir, Europa tendrá que actuar, pero también cada nación en función de cómo de crucial sea para su economía.

Los planes europeos: corredores seguros, aviones llenos y la propuesta de un “plan Marshall”

La semana pasada la Comisión Europea lanzó un paquete de recomendaciones para el turismo en todos los Estados miembros intentando salvar lo que se pueda de la temporada veraniega y la otoñal.

La estrategia incluye la propuesta de que los países vayan desescalando de forma estandarizada en tres fases en las que se cada región se evaluará a sí misma (la UE no puede hacer otra cosa, las competencias en materia sanitaria y de gestión de fronteras se mantienen en manos de los estados).

La primera parte del plan, una fase 1 a la que se incorporarán determinados países desde este 15 de junio, son corredores seguros entre regiones con una situación epidemiológica similar. Es una idea que varios países miembros ya habían estado acordando antes del anuncio de esta institución, como por ejemplo el “pasillo corona” de los Balcanes, el acuerdo multilateral entre Austria, Alemania, Suiza y Francia, la “burbuja de viaje” acordada entre Dinamarca y Grecia o las negociaciones que están teniendo lugar entre Francia y Reino Unido para suspender las cuarentenas de sus viajeros de mutuo acuerdo. Es seguro que en las próximas semanas veamos una consolidación de estos modelos.

La fase 2 es similar, pero, dado que el nivel de incidencia epidemiológica será más bajo, se irán relajando las medidas de forma que si la fase 1 estaba pensada sobre todo para viajes laborales y familiares con la segunda ya hablamos de algo más parecido al turismo. Aunque los hoteles, establecimientos de consumo y playas y ciudades tampoco volverán a ser lo mismo que antes, por supuesto.

Entre el pulso del apoyo al turista y a las aerolíneas, Bruselas no ha cedido del todo a ninguno de los dos agentes. A día de hoy las leyes europeas de protección al consumidor obligan a las aerolíneas a hacer un reembolso en el caso de que un vuelo se cancele, aunque (éstas hacen todo lo posible por resistirse). Europa no ha consentido a la petición de las aerolíneas y de diversos países de relajar los derechos del consumidor durante la crisis del Covid-19 y ha recomendado a los operadores que creen cupones de viajes compensatorios más atractivos para que así el cliente no opte por la devolución.

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Por último, no se obligará a nivel comunitario a las compañías aéreas a dejar ningún número de asientos vacíos dentro de cada vuelo, aunque ello vaya en detrimento de la seguridad sanitaria. Serán los países los que puedan decidir imponer estas restricciones a los operadores a nivel individual. Para tomar esta decisión habrán pesado cifras como los 9.200 millones de euros perdidos por las aerolíneas en reembolsos en efectivo antes de final de mayo, según la IATA.

¿Habrá rescate europeo al turismo? Por el momento los países han tomado a nivel individual diversas medidas de rescates directos o indirectos de este sector de la economía a través de distintas ayudas para el mantenimiento del empleo, garantías de préstamos o reducciones de impuestos turísticos. Aunque portavoces de la Comisión Europea y el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, han pedido un nuevo Plan Marshall específico que estiman en aproximadamente 500.000 millones de euros, éste no está pactado entre los 27. Por el momento se permite a los Estados a acceder, eso sí, al Fondo de Recuperación para salvar a sus empresas turísticas.

Y los planes de cada nación

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Vamos con algunas de las medidas tomadas ex profeso por cada país:

Mucho ha circulado el anuncio del rescate específico del sector del Gobierno francés. Édouard Philippe, el primer ministro, ha informado esta última semana de un plan de hasta 18.000 millones de euros. Pero ojo, de ellos 1.300 millones serán inversión pública directa y el resto son ayudas al paro (a las que ya están inscritos la mayoría de los dos millones de trabajadores afectados del sector y que se extenderán hasta septiembre) y exenciones y créditos a las empresas.

Italia ha propuesto algo muy novedoso: dar créditos a los italianos para que inviertan en el turismo nacional. Bonos vacacionales. Además de 1.600 millones que irán a parar a la promoción turística internacional y la adaptación y desinfección de los establecimientos, su Gobierno ha creado otra partida de 2.400 millones para que las familias italianas que ganen menos de 40.000 euros anuales visiten su propio país entre julio y diciembre. Por ejemplo, a hogares con tres miembros se les sufragará un importe equivalente a 500 euros en forma de descuentos en los establecimientos y deducciones de IRPF.

Los transalpinos consideran que han dejado atrás lo peor del virus y que están listos antes de lo previsto para la reactivación del sector. Por eso han adelantado su reapertura de fronteras al 3 de junio, dos semanas antes de lo anunciado, y eliminarán la necesidad de tener que guardar cuarentena para los viajeros de la UE.

Por su parte Alemania no ha creado medidas específicas más allá de las que ya está aplicando al resto de sectores, pero por ejemplo han autorizado el crédito que pedía TUI, el mayor turoperador europeo, de 1.800 millones de euros, después de que la empresa haya recortado 8.000 empleos. La propia TUI, y a pesar de que el país aún mantiene sus recomendaciones de que no se viaje a otros países, está adelantando acuerdos de operaciones con centenares de destinos para la temporada veraniega, incluidas varias islas españolas que tanto dependen de este visitante. También el grupo Lufthansa se encuentra en negociaciones con el Gobierno para cerrar un rescate valorado en 9.000 millones de euros.

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A nivel económico la Grecia post troika sigue atada de manos para intentar salvar esta fundamental industria de su economía. No contempla planes especiales más allá del paquete de ayudas a empresas de 1.000 millones de euros autorizado en abril por la CE. Al ser una de las zonas menos castigadas por el coronavirus será, eso sí, uno de los que primero empiece a abrirse a los excursionistas: el pasado sábado, y aunque con muchas restricciones, la península y sus islas han reabierto sus más de 500 playas.

Pese a ser un sector clave, por el momento en España no ha habido grandes anuncios. Los representantes del sector no se han tomado nada bien, claro está, el reciente anuncio del gobierno de imponer una cuarentena de 14 días para los visitantes extranjeros, una propuesta de la que de momento no se entiende cómo se va a implantar con efectividad (mucho menos para los viajeros que entren por tierra) y pese a que Bruselas aboga por eliminarlas y fomentar la movilidad tomando otro tipo de medidas de protección. Teniendo en cuenta que la patronal turística estima una caída en la actividad de aquí a final de año de un 81%, se entiende que Moncloa haya dicho que se reunirá en una cumbre en los próximos días con las autonomías más afectadas para hablar del rescate nacional al turismo.

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