¿Es Dragon Ball sexista? La televisión valenciana cree que sí. Por lo que ha vetado su regreso

Dragon Ball
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Dragon Ball ha marcado una época, y a una generación en España. No fuimos pocos los que crecimos siguiendo las épicas aventuras de Goku, Vegeta, Bulma o Krilin en busca de las bolas de dragón. La franquicia creada por Akira Toriyama es tan popular hoy en día que sigue manteniéndose a flote desde 1986, sea con nuevas series, videojuegos, merchandising o el funko que le regalaste a tu prima las navidades pasadas. Forma parte de la cultura millennial, y de nuestros corazones.

Pero, si te dijeran que aquello que, boquiabiertos y con ojos de niño, contemplábamos fuese en realidad una serie sexista y poco ética en cuanto a valores de género, ¿qué pensarías? Nadie dudó entonces, pero ahora se construye todo un debate alrededor del espíritu de la obra.

La polémica. Para ponernos en situación tenemos que saber qué es lo que ha sucedido en la Comunidad Valenciana durante las últimas semanas. O cómo una serie infantil (y no tan infantil) ha iniciado un tenso debate en un lugar institucional como las Cortes. El grupo parlamentario Compromís había solicitado la vuelta de la serie en el idioma valenciano y así lo expresaba la diputada Mónica Álvaro en redes sociales. Desde 2005, un colectivo de fans lleva luchando por el regreso de la serie animada. Incluso el presidente de la comunidad, Ximo Puig, había prometido en 2014 la vuelta de Goku. Planes frustrados ahora mismo.

No obstante, el director general de la radiotelevisión pública no quiere de vuelta a la serie Dragon Ball en su parrilla. ¿Por qué? Considera que “la legislación de género, los códigos de valor y los códigos infantiles hacen difícil volver a programar la serie en televisión, y es mejor destinar ese dinero a empresas valencianas que generan trabajo”.

Bola de dragón. Aunque la serie ya recibió algunas críticas hace una década por su violencia, el tema que ocupa el acalorado debate ahora incide en el sexismo: el tratamiento de los personajes femeninos y los roles discriminatorios y estereotipados de quien ve en esta serie una profanación de los avances conseguidos en igualdad durante los últimos años. La noticia ha causado revuelo en redes sociales, con defensores en ambos bandos, pero en el que la mayoría han estado en desacuerdo.

Si bien es cierto que las bragas de Bulma protagonizan la mayoría de chistes durante los primeros episodios de la primera temporada, muchos defendían que en realidad también era presentada como una genia científica, carismática, con un gran sentido de la aventura y astuta. Incluso hay quienes opinaron que se trata del personaje más importante de la serie. Bulma acaba presidiendo la Corporación Cápsula y se transforma en una de las piezas claves de toda la serie. Además, tuvo participaciones en diez sagas diferentes y siempre tuvo un rol preponderante.

Dragon Ball.

Contra un anime estereotipado. Una periodista de Valencia Plaza, un medio local de la región, ha analizado en este artículo diversos detalles de la serie para llegar a la conclusión de que sí, había sexismo. Por ejemplo, mencionaba que el Maestro Roshi (el viejo verde que se convierte en el entrenador de Goku) tenía un punto de acosador, ya que se excitaba con la ropa interior de las jóvenes. O cuestionaba que Chi-Chi, la mujer de Goku, que en principio es una guerrera, acaba dedicándose a los cuidados familiares y a la cocina. “La mirada de Bola de drac muestra, en resumen, a unas mujeres débiles, lloronas, enamoradizas, a las que les encanta ir de compras, que se dedican a cocinar y darles hijos a estos fuertes guerreros” comenta.

Un usuario de Twitter, no obstante, resumía bien la otra posición del polémico debate: “Sí, tiene machismo. Empezó en 1984. Pero el arte no se borra: se analiza, se estudia. Se explica a las nuevas generaciones. La cultura de la cancelación nos hace pueriles, manejables, ignorantes e incapaces de afrontar nuestra historia. Tristeza”.

Una tendencia. La cultura de la cancelación no es algo nuevo. En los últimos años, decenas de títulos conocidos han sido ampliamente cuestionados por referencias sexistas o estereotipos de género. Lo hemos contado en Magnet. Hace unas semanas, el estreno de Space Jam hacía llevarse las manos a la cabeza de los fans con la publicación de un cartel de la nueva Lola Bunny. En esta ocasión, la conejita de los Looney Tunes ya no era sexy, ni tenía tetas o curvas. Los creadores no consideraban estos atributos necesarios para el nuevo diseño de un personaje que protagonizaba algunos chistes guarros en la cinta original.

Para aquellos que tienen la edad suficiente para recordar los dibujos animados de She-Ra de antaño, los cambios en el disfraz y la apariencia del personaje en su nueva versión de Netflix también son notables. Parece mucho más joven y su disfraz está un poco más listo para la batalla, más apropiado para un cadete espacial que una jovencita con un escote indomable.

Lola Bunny.

El mundo de Disney vs la realidad. Cintas como El Rey León no se salvan. Hace tiempo, un hilo en Twitter que analizamos en Magnet criticaba a la mítica película de Disney como “machista” y “xenófoba”. ¿Lo era o es producto de un análisis demasiado extremo? Hay que remontarse a los orígenes. Disney siempre ha tirado de los valores y arquetipos de su época gloriosa. Sus películas están inundadas de clichés alejados de la realidad del siglo XXI: desde la princesa en peligro salvada por un valiente caballero, a las brujas y retorcidas arpías que argucian contra la protagonista. Incluso las historias de amor propias de la literatura tradicional. Y gracias a ello consiguió el éxito.

Con el Rey León, Disney seguía explotando esos arquetipos. Hablamos del rey de la selva, y no de una reina. El hombre sigue siendo el centro de la historia y Nala, la figura femenina, sólo protagoniza aquella escena bajo los preciosos versos de Elton John. Incluso criticaron el carácter racista de las hienas de la película. En el doblaje original, dos de las tres principales hienas contaban con voces "negras" (de actores afroamericanos), y empleaban un slang asociado a la jerga callejera de esa comunidad.

Ni una cosa ni la otra. Aún no se sabe qué va a pasar con la serie en la televisión valenciana. De momento, los fans no pueden hacerse ilusiones. Y resulta curioso porque incluso plataformas gigantes como Netflix sí emiten varias de las películas del universo de Dragon Ball, donde las historias son muy similares a la serie original.

¿Significa toda esta polémica que ninguna película o serie como Dragon Ball puede superar la prueba del tiempo, que todas están condenadas a una revisión crítica de su mensaje? No es necesario. Toda obra de arte es hija de su tiempo. El disfrute de ellas no tiene por qué significar apoyar ideas sexistas o estereotipadas. Si bien podemos encontrar en ellas valores rancios, también podemos encontrar otras cualidades éticas. Dragon Ball, por ejemplo, también es un canto a la amistad, a la superación y a la justicia. Las cosas no tienen porqué ser blancas o negras y, aunque controversias similares se amontonen, pocos de nosotros tenemos pensado dejar de verlas.

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