Egirls, VSCO girls, softboys… Guía para entender las nuevas estéticas de la Generación Z

Tribus
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Como diría Steve Buscemi: "How do you do, fellow kids?", ¿qué pasa amigos, os sentís un poco perdidos con las nuevas tendencias estéticas de internet? ¿Os da miedo reconocer en vuestras caras el mismo desconcierto que ves sentir a tus padres cuando les explicas Loss? Para eso estamos, y hoy nos toca concretamente descubrirle a los millennials las nuevas tendencias estéticas de la Gen-Z.

Porque sí, las tribus urbanas (¿o deberíamos decir digitales?) no han muerto. Como la materia, sólo se han transformado. Ya no tienen tanto que ver con una música o una cultura cinéfila o comiquera compartida como con unas aspiraciones estéticas comunes (muy deudoras de los 90s y 2000s) que los hermanan desde sus dormitorios con jóvenes de todo el mundo.

Las ropas, complementos y estilos que vamos a ver aquí no son, en muchos casos, unos códigos rígidos e inmutables que deben vestirse para formar parte del colectivo, sino más bien guías maestras sobre las que adecuar tu propia aesthetic que estará más o menos distanciada de estos arquetipos.

Además, es más habitual llevar más lejos estas expresiones visuales dentro de casa (para subir a sus feeds de diferentes redes sociales) que en la calle, ya que ya no hace falta dar tanto el cante en su pueblo de Palencia o Iowa. Por eso mismo, por estar pensadas para su consumo en la pequeña pantalla de nuestros smartphones, son subculturas también muy desarrolladas en lo performativo, con muchos gestos y poses bufonescas, como puede ver cualquiera que se pasee dos minutos por Tiktok. Todo esfuerzo que haga cualquiera debe pasar antes por un filtro pseudoirónico. 

En última instancia, si hay algo común a toda esta chavalería es una hiperconciencia de su imagen. Y sin más, allá vamos.

VSCO Girl

 

Son rabiosamente frívolas y chispeantes, y tienen "un puntito loco", o al menos así las definen los que hacen memes sobre ellas (son un colectivo bastante parodiado por gente mayor, hasta tal punto que la corriente de la mofa es casi más poderosa que la subcultural en sí). La teoría también cuenta que están preocupadas por el medio ambiente (por eso llevan una pajita metálica allá donde vayan) y que están obsesionadas con su imagen en redes sociales (algo que de seguro no afecta al resto de colectivos de esta lista). 

El origen de la etiqueta está, por supuesto, en el uso de la popular aplicación de edición fotográfica Vsco.

 

Su estética es una mezcla entre la surfera dosmilera de Roxy y algunas tendencias actuales femeninas de Urban Outfitters, y para muchos son las herederas espirituales de la tumblr girl. Bronceado rollo Los Ángeles, camisetas oversized, sandalias Birkenstocks, mochilas Kanken, pulseras de conchas de Puka… En fin, todo lo que aparece en este meme.

Las dos cuentas más populares dentro de esta estilo son el de Emma Chamberlain y el de Danielle Cohn.

EGirl

Si la Dentro de las vsco girls son las basic, las egirls son el reverso oscuro, las raritas de la clase. Prácticamente una evolución de las góticas, aunque no sólo, ya que dentro de las egirls hay al menos dos corrientes, la gothic y otra más girly (con sus mismos nombres es fácil dilucidar hacia dónde va cada una de estas categorías).

Son una fusión del universo anime y filojaponés en general con un toque emo a lo Myspace. El uniforme oficial consiste en una camiseta de manga larga a rayas blancas y negras, profuso colorete rosáceo, corazoncitos negros en los mofletes, bien de eyeliner, pelos de colores si no pelucas y expresiones faciales y corporales exageradamente animes, como por ejemplo la ahegao (una cara típica del hentai). Hay mucho de BDSM y bondage, también, y de hipersexualización infantil en algunos perfiles, aunque no en todos.

 

Parte de la paradoja es que, aunque se considere que la vsco girl es lo más parecido a la normalidad y a la popularidad, en realidad las egirls son mucho más comunes y populares, al menos en Tiktok, su reino. Y, por supuesto, aunque lleven una supuesta imagen alternativa, su intención no es tanto refugiarse en un nicho pequeño como lograr el éxito vía likes. Llamar la atención, a fin de cuentas, es lo que busca cualquier ser humano con un perfil en redes sociales, y ya no existe una penalización social por hacerlo.

Hay miles de cuentas, pero la más conocida para el gran público fue Escty, que se hizo desgraciadamente famosa cuando fue asesinada por un chico que se sentía atraído por ella y que subió las fotos de su cadáver a 4chan.

Game Girl

No confundir con la egirl aunque, de hecho, según Urban Dictionary, el término egirl apareció en torno a 2013 definiendo precisamente a las gamer girls.

En este tiempo las gamer girls han ido escindiéndose hasta crear un estilo propio ajeno al de las primeras (aunque hay muchas similitudes), a saber, cascos gamer de colorines (sus cuartos son un calco de la habitación gamer por antonomasia solo que pasado por un filtro cromático no apto para diabéticos), orejitas de gato y una querencia por la estética cosplayer. ¿Recuerdas la instagramer que vendió el agua en el que se bañaba como agua gamer? Eco.

 

EBoy

Versión masculina de la egirl. TL;DR: son una mezcla entre heavies e integrantes de una boy band que intentan ser guapos y atraer sexualmente, afeminados según el canon oriental; sin miedo a, por ejemplo, pintarse las uñas, pero manteniendo toques de masculinidad como demuestra su abuso de la ropa negra o el fumar. Podrían llamarse también Timothée Chalamet vibes. Irrenunciable la mirada de cordero degollado.

Cadenitas al cuello, normalmente de plata, Doc Martens o Vans, camisetas de manga larga por debajo de camisetas anchas de grupos o de licencias que se llevan de forma irónica. Los gorros Carhartt son un must tanto para ellos como para muchas otras ramificaciones oscurillas, como las egirls. El eboy también puede llevar chokers al cuello y pendiente en la oreja. Idealmente el pelo con mucho volumen y llevado corto, como los personajes de anime o las estrellas del k-pop.

 

Softboy

También softboi. Son lo opuesto al fuckboy, o lo mismo que ellos pero sin ningún ápice de masculinidad tóxica. Son, evidentemente, blanditos, abrazan sus emociones, como los protagonistas de Las ventajas de ser un marginado. En principio son positivos y sinceros, no van con malas intenciones. Tienen un punto risueño que les convierte en el reverso masculino de la manic pixie dream girl.

 

Visten como bibliotecarios de los '90, un poco John Hughes, otro poco Tommy Hilfiger, con gafitas redondas y ropa un poco normie. A ser posible, el pelo rizadillo. Pueden llevar prendas rosas, con florecillas y horquillas (sólo algún detalle de todo esto, no todo a la vez) porque no les importan las convenciones de género. Son por lo general vintage, y es muy posible que tengan vinilos antiguos, aunque uno también se les imagina escuchando a Tyler The Creator, Tame Impala o Lana del Rey.

 

Baddie

O fashionista. Más que una tribu urbana a la que adherirse, una etiqueta que acaban recibiendo un tipo de personalidades online mega conocidas: las tías buenas normativas de Instagram que derrochan confianza en sí mismas. Imagínate alguien con el cuerpo de Rihanna y la actitud de Cardi B llenando su perfil con fotos tipo Kardashians. Contouring, uñas de perezoso, chándales apretados, sudaderas crop top y, si te lo puedes permitir, algo de Gucci. Poses muy sexuales pero siempre manteniendo un halo amenazador e inalcanzable.

 

Al ser un estilo tan asumido en el mundo fashionista, es también muy normal de darle un toque más o menos baddie a tu outfit.

 

Tag yourself

Por último, una recopilación de esas etiquetas no tan rompedoras, no tan establecidas como una novedad en sí misma, pero que sirven como adjetivos para definir hacia dónde va encaminado tu estilo: grunge, skater o vintage son bastante descriptivos en sí mismos. Hypebeast, que para quien haya estado en una cueva durante la última década, son los adictos a la ropa limitada de marca, especialmente las zapatillas.

 

También está la minimalist tumblr girl (estampados a cuadros, camisetas con mensajes de justicia social), el estilo pastel (a ser posible con prendas japonesas), el ratchet racer (un estilo muy deportivo y callejero que ha hecho resurgir a la marca Champion y que a veces confundimos con el chonismo) y los greasers (sí, parece que vuelve la idea de vestirse a lo rocker como en la película Grease).

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