El problema del máster de Cifuentes no es simbólico. Una renuncia simbólica no lo arreglará

El problema del máster de Cifuentes no es simbólico. Una renuncia simbólica no lo arreglará
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Cristina Cifuentes ha anunciado hoy (por Twitter, enlanzando la noticia a un medio al que había filtrado previamente una misiva abierta) su renuncia al máster de la discordia. ¿Qué significa esto? Lo cierto es que es difícil de decir: aún no es claro que haya cursado el máster en alguna ocasión, por lo que su renuncia tiene un valor simbólico antes que real. Dentro de ese espacio icónico, Cifuentes aspira a acallar parte de las críticas y, quizá, a frenar la presión de Ciudadanos.

Una renuncia irreal. La expedición o no de títulos universitarios o de posgrado corresponde a las universidades, como estipula el Ministerio de Educación. Desde ese punto de vista, la renuncia de Cifuentes no significa nada: su expedición sigue siendo válida hasta que la Universidad Rey Juan Carlos decida lo contrario, cuestión que el rector ha planteado con anterioridad. La larga carta de renuncia escrita por Cifuentes es una mera exposición de motivos de su defensa, ya conocida.

El proceso político. Lo significativo de la carta es que representa el primer paso atrás de Cifuentes desde que estallara la polémica. ¿Implica que la estrategia murciana de Ciudadanos está funcionando? Es difícil de decir: Mariano Rajoy y el Partido Popular han defendido su versión de forma pública, por lo que a corto plazo se antoja compleja una dimisión forzada por su formación. Su marcha o permanencia depende, hoy por hoy, de la moción de censura, que Cs aún no apoya.

El proceso judicial. Entre tanto, Cifuentes tiene otro problema en el horizonte: la Fiscalía de Madrid. El juego del gato y el ratón entre la líder del PP y la Universidad Rey Juan Carlos terminó llamando la atención de la justicia, en especial por la supuesta falsificación documental a cuenta de los certificados oficiales de expedición. Es posible que Cifuentes sea acusada de prevaricación y encubrimiento, lo que la colocaría en una situación política aún más precaria.

No está en su mano. En esencia, el problema del máster de Cifuentes (y el de otros políticos que, desde Maroto hasta Pablo Casado parecen haber inflado su CV ya sea con calificaciones exageradas o con titulaciones falsas) no es simbólico. Por lo que su solución, una renuncia, tampoco puede serlo. Cifuentes no tiene hoy por hoy capacidad de frenar el proceso judicial que puede terminar con su carrera, y en el político sólo tiene un margen de maniobra limitado.

La sombra de su antecesora. Naturalmente, la cuestión ha saltado más allá de las implicaciones políticas para la presidenta de la Comunidad de Madrid y se ha insertado en el terreno de la comedia. ¿Cómo renunciar a algo que no se tiene? A esta hora de la mañana #YoDimito y "Si Cifuentes" ilustran hasta qué punto la versión sobre su obtención del máster, y la culpabilidad hacia la Universidad, se ha convertido en el meme del año. Tan cerca y tan lejos de Esperanza Aguirre.

Imagen | Víctor Blanco/AP

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