Ni el feminismo ni la izquierda: quien aumentó la edad del consentimiento sexual a los 16 años fue el PP

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19, 22 y 24 años tenían los jugadores del Arandina Fútbol Club cuando agredieron sexualmente y tuvieron acceso carnal con una chica que sabían que tenía 15 años, según ha dictado la Audiencia Provincial de Burgos y cuya sentencia aún no es firme, pues será recurrida en instancias superiores. Son 38 años de cárcel para cada uno de los involucrados, aunque lo máximo que tendrán que cumplir son 20 años tal y como estipula nuestro Código Penal.

La suma es tan alta porque cada uno de ellos deberá hacer frente a la pena de 14 años por agredir sexualmente a un menor más otros 24 por cooperar en las otras agresiones de sus dos compañeros. Al más joven, Raúl Calvo, se le ha absuelto de agresión sexual continuada. Él y la niña tuvieron relaciones con penetración después de la mencionada agresión, pero el juez ha entendido que el nivel de madurez del jugador era similar al de la víctima, con la que se llevaba cuatro años.

Por qué la edad de la víctima ha sido esencial y no tan importante al mismo tiempo

El caso Arandina ha consterndo a la opinión pública en buena parte por lo que muchos perciben como una condena excesiva frente a los hechos cometidos, 38 años (de los que se cumplirán menos) por un encuentro sexual con una persona que sólo por un puñado de meses no encaja en la actual definición de mayoría de edad para dar su consentimiento sexual. Como explican en otros medios, lo elevado de las penas no tiene tanto que ver con el hecho de que la víctima sea menor como con el tipo de situación, esto es, que hubo intimidación y cooperación para el abuso. Con el actual código penal, dicen, se castiga con igual número de años una violación contra un menor que contra un adulto.

Sin embargo, y como nos explica Sergio Carrasco Mayans, abogado y colaborador de Derecho en Red, la edad ha sido importante. “La principal base jurídica ha sido la edad, así que, aunque hubiese podido probarse consentimiento no llegaría a ser válido por la diferencia en cuanto a la madurez entre los implicados”. Su consentimiento no era válido.

El peritaje de madurez de la menor determinó que actuaba como si tuviese 13 años mentales y que estaba obsesionada con la popularidad en Instagram, y esa baja madurez mental es lo que explica las diferentes versiones que la joven ha ido dando de lo que aquel día ocurrió tanto dentro como fuera de las instancias judiciales.

¿Hubiese sido la cosa distinta de ser ella mayor? “Si ella hubiese tenido 16 años o más la pena hubiese sido tramitada de forma distinta”, nos explica Carrasco, “aunque el resultado del tiempo de condena para los jugadores hubiese sido similar, en ese escenario los abogados habrían ido con alegaciones distintas y posiblemente se hubiese hecho más hincapié en las declaraciones de la víctima. Aunque aún queda por ver si las declaraciones de la víctima vuelven a salir en el próximo recurso”.

La frontera legal del consentimiento: cómo España ha ido cambiando su perspectiva sobre el tema

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Aunque es fácil suponer que la subida del consentimiento tuvo que ser una medida proveniente de posiciones izquierdistas más favorables a la protección de la libertad sexual de la mujer, fue una idea del PP.

En 2007 el Consejo de Europa y la ONU solicitaron a España que subiese la edad del consentimiento sexual. Por aquel entonces nuestro país tenía una de las más bajas del continente, a los 13 años, superada eso sí por la del Vaticano, 12 años. Alemania, Italia, Portugal, Austria y Hungría la establecían en 14; Francia, Polonia, Dinamarca y Suecia en 15; Reino Unido, Bélgica, Suiza y Noruega en 16 años, Francia e Irlanda en 17.

ONU y Consejo de Europa alegaban que no es creíble que un niño por debajo de los 15 años diese su consentimiento para una relación sexual, pero también pedían que se protegiese la experimentación propia de esos años entre jóvenes de misma edad para que no se criminalizase a los menores que practicasen sexo con otros menores (hasta ahora el código penal lo hacía), siempre que no fuese una relación forzosa.

En 2009 el Congreso aprobó por unanimidad una iniciativa del PNV en el Congreso de los Diputados para instar a Zapatero a que aumentara la edad mínima para mantener relaciones sexuales consentidas. Fue la misma época en la que los socialistas bajaron a 16 años la edad en la que las chicas podían abortar sin el consentimiento paterno. El PSOE tanteaba una subida de la edad del consentimiento sexual de 14-15 años, incidiendo en la no criminalización de sexo entre menores.

Hay que recordar que es también la época en la que se mantiene el matrimonio legal a partir de los 14 años con permiso judicial o sin él en el caso de que la familia estuviese a favor y nadie se opusiera. Entre 1975 y 2015 se casaron en nuestro país 2.837 menores con mayores, de los cuales 2.763 eran niñas.

Es decir, que en 2009 se abría la voluntad política de aumentar la edad, pero la propuesta no llegó a materializarse.

El debate culminó definitivamente en 2012 con el caso de El Salobral, Albacete. Un hombre de 39 años obligó a firmar a su “novia” de 13 años ante un abogado que estaba teniendo libremente relaciones sexuales con él porque le quería. Cuando la niña le dejó, la mató.

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Así, y aunque en principio habló de una nueva edad mínima para el consentimiento sexual establecida en los 15 años (la oposición quería fijarla en 14-15), el Ejecutivo decidió sacrificar el consenso parlamentario en pos de no defraudar a su electorado y aumentar el cómputo un año más. Nos sintonizábamos así en la horquilla superior de edad mínima de los países Europa, aunque nada excesivo.

Tanto PSOE como UPyD explicaron que con los 16 se entraría en ciertas contradicciones, como el derecho a casarse que aún estaba en los 14 (previamente PSOE había manifestado su voluntad de aumentar este límite). También fue aquí cuando pidieron que se contemplara la diferencia de edad entre individuos y la madurez de los sujetos para evaluar si se trataba de una relación abusiva o no. El resultado final, que tuvo en cuenta esto, ha permitido esa discrecionalidad en la interpretación de la edad de madurez por parte de los peritos y los jueces, pero también implica que no es lo mismo que esté una persona de 15 con alguien de 18 que de 40.

Finalmente y en 2015 el Senado ratificó en 16 años la edad mínima de consentimiento sexual. Hasta última hora habían contemplado bajar esa edad a los 14-15 como pedían los grupos de la oposición, pero se negó a esa enmienda como también lo hizo con la que pedía suprimir la prisión permanente revisable. Esto decía entonces el PNV: "modificar, como hace el proyecto de ley, la edad para tal consentimiento a los 16 años nos parece despreciar la madurez afectiva y sexual de las personas menores de dicha edad, ya que con 15 años están preparadas para decidir sobre su afectos emocionales y sexuales, como pasa en los países europeos del entorno".

Más adelante, en mayo de 2018 y ya con un gobierno socialista, el PP volvió a hablar de consentimiento. Esta vez para pedir que la edad del matrimonio se elevase a los 18 años, también en consonancia con lo que pide la ONU.

A día de hoy con 16 años puedes casarte, conducir, cazar, trabajar, abortar, tener responsabilidades penales (aunque no ir a la cárcel) y consentir en tener sexo. Dependiendo de la Comunidad Autónoma un niño puede hormonarse para el cambio de sexo en una horquilla que va de los 13 a los 18 años, y la actual propuesta del PSOE y Podemos va encaminada a que sea sin el permiso paterno a partir de los 16. Por último, hasta los 18 no se puede votar.

Y La Manada volvió a suscitar el debate

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Los últimos movimientos tienen que ver con el clima de preocupación posterior a los acontecimientos de La Manada y los violadores de Manresa, ya que en ambos casos sus hechos se interpretaron como abuso y no agresión sexual, siendo además la víctima de Manresa de 14 años (al estar inconsciente no hubo intimidación). Fue entonces, en julio de este año, cuando el PP volvió a proponer en el Senado la ampliación de los supuestos de aplicación de la prisión permanente revisable para los casos de violaciones de menores de 16 años, con lo que los tres de Arandina habrían tenido que pasar más de 20 años entre rejas.

Es el turno de que el PSOE tramite esta proposición de ley. Tendrán que elegir entre aprobar una ley más gravosa aún con los culpables que en supuestos de homicidio o defender públicamente que no han aumentado las penas a violadores de menores de edad.

Por su parte Bertrand Ndongo, camerunés simpatizante de VOX, ha pedido en varias ocasiones la prisión permanente revisable para los culpables de violaciones grupales, tildando a su formación de el único grupo que “sin complejos” defiende a la mujer. El propio Abascal tuiteó en su día y a raíz de la violación de Manresa que los acusados "deberían estar cargados de cadenas y en un avión a Argelia".

Sin embargo Ndongo y Cristina Seguí, una de las fundadoras del partido, han defendido este fin de semana un discurso que contradice la sentencia de los jueces, y Alonso de Mendoza, número nueve en la lista por Madrid, dijo hace unos días que la "chica es una arpía de tres pares de narices, igual que su madre, que prefiere tener a tres inocentes en la cárcel antes que admitir que ha criado a una fulana". En este caso no parecen estar a favor de que se aplique la prisión permanente revisable.

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