Un futuro a tipo fijo: el 51% de las hipotecas españolas se conceden ya huyendo del variable

Viviendas
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Las hipotecas están a la baja, principalmente por los estragos de la crisis derivada del Covid. El número de hipotecas contratadas en enero de 2021 para la compra de viviendas bajó un 31,6% respecto de enero de 2020. No obstante, algo que sí hemos sacado en claro de este lapso de tiempo es la tendencia creciente a firmar hipotecas a tipo fijo, que nunca ha formado parte de la tradición española a la hora de adquirir los préstamos si volvemos la vista atrás. Quizás Silvia Charro y Simón Pérez no iban tan desencaminados en aquel video que hizo reír a toda España.

Esta tendencia se debe, en gran parte, a que los bancos han apostado por rebajar sus intereses fijos hasta mínimos históricos, lo que ha atraído a muchos solicitantes. Pero lo cierto es que hay mucho más detrás.

La tendencia. La firma de nuevas hipotecas a tipo fijo para la compra de una vivienda supone el 51,6% del total, según datos del INE. Se trata de un crecimiento que viene repitiéndose los últimos años y pone de manifiesto el cambio de tendencia en España en detrimento de las de tipo variable. De hecho, las grandes entidades del país ya comercializan el 66% de las nuevas hipotecas a tipo fijo. En el año 2012, solo se vendían el 2% de los créditos inmobiliarios a tipo fijo. En 2015 se elevó hasta el 8,5%. Y en 2016, año en el que el euríbor entró en terreno negativo, se notó el mayor incremento, un 29,8%. Desde entonces, ese porcentaje sigue al alza.

La diferencia. Para entender la tendencia hay que conocer bien en qué se fundamenta cada modalidad. Una hipoteca fija permite que la cuota a pagar siempre sea la misma. Esto se debe a que se aplica el mismo tipo de interés durante toda la vida del préstamo. Por ello, se evitan cambios de cuota según las subidas o bajadas de del euríbor. Una hipoteca variable, por su parte, provoca que el importe de las cuotas mensuales varíe según el índice de referencia, habitualmente el euríbor. Así, el tipo de interés que se aplica a la hipoteca está compuesto por el valor del euríbor más un diferencial fijo que incluye el banco según sus previsiones a futuro.

¿Por qué sucede? Uno de los principales motivos de por qué se elige el tipo fijo es el nivel tan bajo de tipos de interés (Euribor negativo desde el 2015) que arrastramos en los últimos años y que ha provocado una bajada de los precios de las hipotecas fijas en los últimos años. En el mes de enero de 2021 el euríbor marcó la cifra récord de -0,505%. A esto se le suma la tranquilidad de los demandantes de saber lo que pagarán durante todo el préstamo hipotecario en las hipotecas fijas.

Para que os hagáis una idea: el tipo de interés medio al inicio es del 2,13% para las hipotecas sobre viviendas a tipo variable y del 2,86% para las de tipo fijo. Esta escasa diferencia ha hecho que muchos clientes se decanten por un tipo constante ante la incertidumbre de cuál será la evolución del euríbor. Pero también les beneficia a las grandes entidades bancarias porque es la forma con la que obtienen mayores ingresos mientras el euríbor continúa marcando caídas históricas, teniendo en cuenta la predicción de que va a seguir así por muchos años más.

Miedo a que se revierta. La tendencia de incremento de las hipotecas a tipo fijo en detrimento de las de tipo variable se mantendrá o seguirá subiendo a raíz de la pandemia, que ha actuado como catalizador. Ahora mismo una de tipo variable es más rentable, sí, pero de aquí al futuro los tipos lo único que pueden hacer es subir y la forma de protegernos ante una subida de tipos es con deuda a tipo fijo. Lo hemos explicado en Magnet. Efectivamente, son, ahora mismo, más caras que las de tipo variable, pero a largo plazo es una tranquilidad para las familias, ya que una deuda hipotecaria es a muchos años y el tipo fijo protege de una situación que seguro se dará antes o temprano: la subida del euribor.

Todo esto a pesar de que el tipo variable muy bajo podría haber llegado para quedarse y que vivimos en la era de los intereses bajos.

Saltos de una a otra. Pero no sólo eso, los que se encontraban en la modalidad variable han comenzado a cambiar de plan. Los registros de la propiedad han recibido en abril 5.021 cambios en las condiciones de hipotecas, de las que el 35,5% se deben a modificaciones en los tipos de interés, según los datos del INE. Dentro de ese porcentaje, un 24,2% representa cambios de tipo variable a fijo, es decir, un aumento 100% en abril. En concreto, han pasado de 217 a 432 traspasos en el cuarto mes del año. ¿Por qué? Desde la entrada en vigor de la nueva Ley de Crédito Hipotecario, el cambio es ‘gratis’ si el cliente lleva más de tres años pagando su hipoteca.

El futuro ¿con truco? El plan de los bancos ahora es captar hipotecas firmadas entre 2007 y 2015, cuando era difícil ver tipos de interés por debajo del 3% en las mejores ofertas del mercado, por lo que a las entidades les resulta mucho más fácil mejorar las condiciones de los préstamos. Gracias a esta guerra de precios, en nuestro país empiezan a verse intereses fijos por debajo del 1,50% o hasta del 1%, algo que jamás había sucedido en España.

Ahora bien, puede haber truco. El comparador financiero HelpMyCash.com asegura que estos tipos bajos suelen ir acompañados del requisito de contratar productos adicionales comercializados por la entidad prestamista. Según este comparador, cerca del 90% de los bancos que operan en España condiciona la aplicación de un interés bajo a la contratación de varios de sus productos: seguros, cuentas, tarjetas, planes de pensiones… Así se aseguran de mantener al cliente vinculado durante muchos años (los que se tarden en devolver la hipoteca) y, en caso de que este prefiera no suscribir esos servicios adicionales, de cobrarle un interés mayor.

Imagen: Unsplash

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