Una huelga y un 47% menos de usuarios conectados: el pulso exitoso de los streamers a Twitch

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¿Quién es más dependiente de quién? ¿Las plataformas de sus grandes estrellas, de los comunicadores que arrastran a audiencias masivas; o las estrellas de las plataformas, el ecosistema que les permite crecer y alcanzar la fama? En las redes sociales, la pregunta casi siempre se ha resuelto en favor de las plataformas. Twitter se puede permitir vivir sin un periodista que se ha hecho célebre gracias a la red social; el gran periodista no. Lo mismo se puede decir de Instagram y sus influencers.

¿Pero qué hay de los streamers?

Una huelga. Más de 5.000 streamers estadounidenses paralizaron ayer todas sus retransmisiones en Twitch. El movimiento, bautizado en redes como #ADayOffTwitch (#UnDíaSinTwitch), funcionaba como protesta contra el abuso y acoso al que algunas figuras destacadas de la plataforma se han visto sometidas durante los últimos meses. La huelga estaba convocada por tres streamers trans y no-binarios (ShineyPen, RekItRaven y LuciaEverblack) y tenía un objetivo simple: modular el funcionamiento de los raids.

¿Qué es un raid? Cuando un streamer termina su retransmisión, tiene la opción de enviar a toda su audiencia a un canal amigo. Una suerte de recomendación, de retuit. ¿Te gusta un contenido? Lo compartes para que más gente lo conozca. Los raids permiten dar a conocer a otros canales... Pero también han servido para que algunos streamers plaguen de comentarios de odio y trolls los comentarios de canales minoritarios, conducidos por streamers femeninas, de color o transgénero.

Objetivo. Los raids son una buena idea. Pero como tantas otras herramientas sociales, tiene un potencial explosivo. Twitch permite a todos los canales desactivarlos, de tal modo que ningún otro puede trasladarles su audiencia. Esto corta automáticamente el acoso y el abuso... Pero también anula la función de recomendación, tan positiva, con la que fueron concebidos. La huelga busca forzar un cambio en la política de Twitch. Que cada streamer pueda elegir qué raids acepta y cuáles no.

El éxito. ¿Y qué tal ha ido la protesta? Como hemos visto, ha sido muy numerosa entre los creadores estadounidenses. Pero también ha tenido un impacto directo en los espectadores diarios de Twitch. Según TwitchTracker, la audiencia de la plataforma cayó en unos 500.000 espectadores durante la jornada de ayer. Es una cifra significativa. En términos relativos el bajón es aún más sensible:  un -24% de audiencia para los canales de habla inglesa y un -47% para los de habla hispana, con picos de -60% (Ibai, AuronPlay  otros se han sumado a la protesta).

La caída ha sido muy evidente, por más que Twitch no ofrezca cifras oficiales de audiencia.

Grave. Twitch no es la primera plataforma que sufre problema de esta naturaleza. Twitter tiene un máster tanto en dinámicas de acoso bien implantadas dentro de su red como en movimientos de protesta (y políticas erráticas para solventarlo). La diferencia aquí es la fuerza de los usuarios, o mejor dicho, de los streamers. Si la huelga servía como pulso entre los unos y Twitch... Se ha resuelto en favor de los primeros. Es decir, Twitch sólo es una herramienta, el medio. Sin las estrellas, es menos relevante.

Qué cambia. Esto no siempre había sido así. Twitter, Facebook y en menor medida Instagram son atractivas porque son un ecosistema. Todos nos sentimos partícipes, todos podemos generar contenido, todos podemos interactuar de igual a igual. Son foros. No importa que un tuitero muy famoso se marche, su capacidad de poner en jaque a la plataforma es nula (como hemos visto con los movimientos de boicot de algunos grupos de extrema derecha, entre otros).

Twitch no es lo mismo. ¿Qué hacen los miles y miles y miles de espectadores de Ibai cuando la persona a la que siguen y admiran se marcha de un lugar? Se van con él. Porque el lugar no es lo importante, sino Ibai. En este sentido, el poder de los streamers es similar al de las cadenas de radio: la audiencia es suya, no del medio. Cambio de paradigma o no en la relación entre cradores y plataforma (y el precedente negativo de YouTube es reciente), la huelga bien puede servir de advertencia a Twitch.

Otros casos. #ADayOffTwitch es hasta ahora la huelga más significativa dentro de la plataforma, pero no la única o la primera. Como vimos hace unas semanas, múltiples streamers brasileños organizaron un parón similar a cuenta del cambio de remuneración introducido por Amazon para sus creadores (se quejaban de que cobrarían menos). El TikTok afroamericano hizo algo muy similar en junio. Cada vez más influencers y creadores son conscientes de su posición de poder para con sus respectivas plataformas. Una nueva era de las relaciones laborales comienza.

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