Italia se suma a la guerra contra el dinero metálico: subvencionará los pagos con tarjeta

Tarjeta De Credito
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País de costumbres donde los haya, Italia sigue utilizando el dinero metálico para la abrumadora mayoría de sus transacciones económicas. Sigue así una tendencia marcada en los países del sur de Europa: el elevado tamaño de su economía sumergida está positivamente correlacionado con un desinterés, cuando no rechazo abierto, en los pagos electrónicos. El gobierno es consciente del problema, y tantea atajarlo mediante descuentos.

Bonos. Lo cuenta aquí el Financial Times: el ejecutivo de Giuseppe Conte desea presupuestar más de €3.000 millones en bonificaciones y otros descuentos para aquellos que realicen sus pagos con tarjeta de crédito. Se trata de incentivar un "cambio cultural", en palabras de ministro de finanzas, Roberto Gualtieri, que acerque a Italia a los estándares "más virtuosos" de sus vecinos europeos.

Economía. Lo cierto es que los motivos son algo más prosaicos. Italia cuenta con una de las economías sumergidas más prominentes del continente. Alrededor del 12% de la riqueza anual generada por el país escapa a los ojos del estado. En comparación, la española, de por sí grande, ronda el 6%. Es un problema para la hacienda pública. Italia deja de recaudar en torno a €35.000 millones anuales en concepto de IVA.

Más de un 20% de las transacciones teóricamente gravadas no repercuten a las arcas públicas.

Arraigo. Algo que no sucedería si, como desea el gobierno, los italianos comenzaran a utilizar más sus tarjetas de crédito. Algunos partidos, como Fratelli d'Italia, se oponen con denuedo a la medida, conscientes del rechazo que despierta entre el electorado. Más del 85% de las compras y ventas diarias realizadas en Italia se siguen pagando en metálico. Es un fenómeno cultural, arraigado en viejos hábitos.

En comparación, el porcentaje se reduce al 68% en Francia y al 45% en Países Bajos.

Tendencia. La iniciativa de Italia no es singular. Otros países han emprendido una guerra contra el metálico. Hablamos hace poco del ejemplo de Grecia: el gobierno impondrá multas a aquellos ciudadanos que paguen más del 70% de sus transacciones anuales en metálico. Tanto Grecia como Italia son países con elevados porcentajes de economía sumergida y con serios problemas de contabilidad pública.

Recaudan poco. En parte porque una parte del dinero les resulta invisible.

¿Futuro? Pese a que la muerte del metálico aún queda lejos, el futuro sí pasa por una mayor preeminencia de las transferencias digitales o electrónicas. Incluso en países reticentes a la transición, como Italia, los jóvenes optan más a menudo por la tarjeta o el móvil. El auge del comercio digital podría ser un buen aliado de los gobiernos (debidamente supervisado), así como la multiplicación de TPV, QR o NFC.

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