Mujeres, hombres y sobrepeso: la lucha a muerte por el aire acondicionado de la oficina

Mujeres, hombres y sobrepeso: la lucha a muerte por el aire acondicionado de la oficina
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Hay un par de situaciones por las que hemos pasado casi todos alguna vez a lo largo de nuestra vida laboral: llegar a la oficina en pleno verano y sentir que has entrado en Siberia... o todo lo contrario, empezar a sudar antes siquiera de cruzarte por el pasillo con el jefe. El aire acondicionado es fuente de conflictos en las oficinas y no parece tener fácil solución en el futuro.

¿Por qué unos tenemos frío y otros calor?

El frío, entendido como sensación propia e independiente de la temperatura externa, es una percepción que tiene su origen en el hipotálamo de nuestro cerebro. Su función es regular que nuestra temperatura corporal no suba ni baje bruscamente. El sistema funciona así: cuando la temperatura ambiente es baja, el cerebro envía la orden de bajar la temperatura de nuestra piel para que el calor corporal no se escape.

Pero, ¿qué factores influyen en que unas personas reciban esos estímulos cerebrales de forma tan diferente a otras? La explicación más simple es el grosor de la piel. Algo tan sencillo como imaginar la piel como si fuera una prenda de ropa nos da una idea de cómo una piel más gruesa protege mejor del frío que una más fina.

Mujeres Frio

Otras explicaciones son más psicológicas. Está probado que la soledad hace que percibamos la temperatura ambiente como más fría. El agotamiento también influye en el mismo sentido. Por el contrario, el estrés provoca aumento de la sensación de calor. Michael Lynch, neuropsicólogo clínico, explica que, si una persona está estresada, su sistema nervioso provoca que la sangre se mueva hacia los órganos internos del cuerpo, lo que provoca calor y su respuesta más habitual: la sudoración excesiva.

El hígado es el órgano interno que más tiene que decir sobre la regulación de nuestra temperatura corporal. Aproximadamente el 20% del calor de nuestro cuerpo se produce en el hígado, por lo que cuidarlo bien (y no pasarse con el alcohol) parece un consejo clave también a la hora de no pasar demasiado frío ni demasiado calor.

Hombres vs mujeres y gordos vs delgados

Ser hombre o mujer es un factor clave en la percepción de la temperatura exterior. Curiosamente, el hecho de que las mujeres suelan, por regla general, ser más frioleras que los hombres se debe a que el cuerpo femenino está mejor preparado. El proceso que mencionábamos al principio, por el cual la piel se blinda enfriándose, es más rápido en las mujeres. La sangre se centra en los órganos importantes, mientras que en un cuerpo masculino se dedica más a calentar la piel.

Resumiendo, el hombre tiene menos percepción de frío, pero en realidad su cuerpo se está protegiendo peor contra la temperatura baja. Además, las mujeres tienen menor masa muscular y menos cantidad de grasa, lo que hace que tengan una menor protección contra el frío externo que los hombres.

Porque sí, el peso es otro de los puntos clave en la percepción de la temperatura. El exceso de peso hace que la producción de calor se incremente y que sea más difícil eliminarla del cuerpo. Además, la concentración de agua en el cuerpo es menor a la de una persona no obesa, ya que el tejido adiposo no retiene el agua. Es por ello que es mucho más probable que veamos a un compañero de trabajo con sobrepeso blandir amenazante el mando del aire acondicionado, mientras una compañera delgada sube la temperatura del termostato.

¿Qué ocurre en las oficinas?

Un informe publicado por Nature en 2015 explica una de las bases del problema con la temperatura en las oficinas. El metabolismo humano influye en la percepción de la temperatura, que depende de variables como el tamaño, el peso, la edad, la forma física y el tipo de trabajo que se esté realizando en cada momento. También de la ropa que se usa. Todo esto hace que no haya una temperatura óptima para todos las personas que están en la oficina. Hay muchas.

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Otro estudio, publicado por Boris Kingsma, biólogo de la universidad de Maastricht, afirma que los edificios de oficinas de todo el mundo se rigen por estándares aprobados por la Sociedad americana de calefacción, refrigeración y aire acondicionado en los años 60, en una época en que las oficinas estaban ocupadas mayoritariamente por hombres.

En realidad, no es exactamente así. Aunque la metodología nació en los años 60, se ha ido actualizando con el tiempo. Y, de hecho, permite adaptarse bastante bien a distintos factores. Sin embargo las diferencias fisiológicas y sociales hacen que el sistema no funcione bien.

El siguiente gráfico recoge diferentes variables sobre temperatura, como las temperaturas ambiente preferidas por hombres y mujeres, la temperatura media de las oficinas en España y Estados Unidos, así como la recomendación oficial del Ministerio de Energía de España.

Algunos problemas adicionales surgen por un mal uso del aire acondicionado: mantener abiertas puertas y ventanas o subir y bajar constantemente el termostato haciendo que haya picos de temperatura. También pueden existir deficiencias en la instalación. De hecho, una de las peleas en los centros de trabajo suele producirse entre las personas que reciben directamente el chorro de aire y las que se encuentran más alejadas.

Con una instalación correcta, no se daría este problema. Joost van Hoof, investigador de tecnología y salud de la universidad Fontys de ciencias aplicadas propone la instalación de microsistemas de climatización individualizados.

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Incluso se ha creado el término «estrés térmico» para referirse a las dificultades que genera la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior de los centros de trabajo. Para demostrar que el problema afecta más a las mujeres que a los hombres, Andy Kiersz y Tanya Lewis, del Business Insider, realizaron una encuesta entre los trabajadores de sus oficinas.

El estudio, en el que participaron 149 trabajadores (72 mujeres y 77 hombres), demostró que la percepción de la temperatura como demasiado fría es muy superior en las mujeres que en los hombres (58 contra 27), mientras que 15 hombres la consideraban demasiado caliente, frente solo 6 mujeres.

Estudio Business Insider
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