¿Puede ser Pasapalabra un plagio si el concurso original no tenía "El Rosco"? Qué esconde su cierre

Pasapalabra Cierre
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El Tribunal Supremo ha dictaminado el fin de Pasapalabra, uno de los programas de televisión más longevos y más seguidos de la parrilla española. Tras su repentino cierre se esconde una larga disputa judicial entre ITV, una de las principales cadenas de televisión británicas, y Mediaset, la propietaria de Telecinco, emisora del concurso. El Supremo la ha finalizado de forma drástica: la productora hispano-italiana no podrá emitir, editar, producir, reproducir, distribuir o transformar Pasapalabra, ni en su formato actual ni empleando la marca comercial bajo la que se ha emitido desde el año 2000.

Es el fin. ¿Pero por qué?

El pleito. El origen remoto de la disputa se remonta a 1996, cuando la BBC comienza a emitir un concurso de brevísima duración titulado The Alphabet Game. Emitido durante poco más de un año, ITV decidió comercializarlo en el mercado europeo. Primero en Italia, donde fue rebautizado como Passaparola, y después en España, donde llegaría a las audiencias españolas del a mano de Antena 3 y Silvia Jato. Pasapalabra funciona, pero Antena 3 decide no renovar sus derechos a emisión. Es entonces cuando aparece Mediaset: los compra en 2007, y los renueva en 2009 pactando una compensación económica por tres años con ITV.

Diferencias. Es entonces cuando la relación se rompe. Telecinco considera el contrato demasiado exigente. El programa ha cambiado radicalmente desde sus emisiones en la BBC, y tan sólo retiene ciertos fragmentos y concursos de The Alphabet Game. Partes sustanciales de Pasapalabra, como El Rosco, la prueba final que obliga a los participantes a acertar las 27 letras del abecedario, se han gestado a posteriori y tienen muy poco que ver con el producto comercializado originalmente por ITV. Mediaset decide romper el contrato y registrar "Pasapalabra" como marca propia en España.

Así que la cadena británica acude a los tribunales al considerar que vulnera su propiedad intelectual. Diez años después, el Supremo le ha dado la razón: Telecinco estaba plagiando.

El Rosco. ¿Pero se puede plagiar un programa de televisión durante veinte años, en especial cuando ese programa ha cambiado sustancialmente desde su primera emisión? Según la justicia sí. Como nota curiosa, ITV lanzó su propia versión de The Alphabet Game en 2016, Alphabetical, incluyendo El Rosco... Que no aparecía en la versión original (y que duró, de nuevo, menos de un año). El Rosco en realidad está registrado por una empresa holandesa, MC&F, apareció primero en la versión italiana, no en The Alphabet Game, y es la clave de bóveda de la defensa de Mediaset. Sin rosco, no hay propiedad intelectual que vulnerar. Y El Rosco no es de ITV.

Estructural. Pasapalabra se había convertido en el concurso televisivo más exitoso de la historia reciente, entregando los botes más elevados de siempre (hasta 1.800.000€ en 2016). No sólo se trata de que Pasapalabra congregara a más de 3.300.000 espectadores en su minuto más visto (un 24% del share, el día previo a la sentencia del Supremo), sino de que había monopolizado una franja horaria muy solicitada. ¿El motivo? Va justo antes de la emisión de los informativos. Pasapalabra arrastraba gran parte de su audiencia al noticiero de Piqueras, lo que le había permitido liderar su segmento durante los últimos años.

Sin el concurso y con la competencia leonina de ¡Boom!, muy exitoso pero ensombrecido por Pasapalabra, Antena 3 le puede adelantar por la izquierda. Para Telecinco el agujero es inmenso.

Opciones. Pese a la previsible movilización de la audiencia en defensa de uno de los programas más seguidos de la parrilla, Telecinco tiene pocas opciones. La sentencia del Supremo obliga a cerrar a cal y canto Pasapalabra, y de momento la cadena tantea estirar aún más el horario de Sálvame (que ahora mismo ocupa más de cuatro horas de la tarde, hasta el inicio del concurso, y que ahora podría monopolizar Telecinco hasta la entrada de Piqueras). Sea como fuere, exista plagio o no, el problema para Mediaset es mayúsculo. Por encima de los €7 millones de indemnización a pagar a ITV.

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