Si quepo, me siento: la obsesión de los gatos por meterse en cuadrados, explicada por la ciencia

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Si tienes un gato o has pasado algún tiempo con ellos, probablemente te hayas dado cuenta de que les encanta acurrucarse en cajas pequeñas y acogedoras. Básicamente les gusta meterse por cualquier espacio estrecho y encerrado: desde cajas, cestas de ropa, debajo de la cama o palanganas. Otro fenómeno, que hemos podido ver en multitud de vídeos de TikTok o YouTube, es que les encanta posarse sobre objetos o superficies planas que tengan forma cuadrada. Basta decir que el hashtag #CatSquare ha llegado a ser tendencia en Twitter. ¿Hay alguna explicación para ello?

Lo cierto es que la ciencia ha estudiado este comportamiento gatuno y ha sacado conclusiones sorprendentes: también se sentarían espontáneamente dentro de una ilusión óptica que simplemente parece un cuadrado.

El estudio. Una investigación de la Universidad de la Ciudad de Nueva York reclutó voluntarios para observar a los gatos en sus hogares, una estrategia para evitar lo que históricamente ha sido el principal impedimento para estudiar la cognición felina en el laboratorio: la naturaleza notoriamente poco cooperativa de los gatos.

El objetivo: estudiar la cognición de estos animales y, específicamente, si estos podían percibir las ilusiones ópticas con forma cuadrada. Si quepo, me siento: una investigación de ciencia ciudadana sobre la susceptibilidad de los gatos al contorno ilusorio es el primer estudio sobre el tema y ha descubierto que incluso no es necesario que una caja tenga tres dimensiones para atraer a un gato: también se acomodarán en un cuadrado dibujado con cinta adhesiva o en la ilusión óptica de un cuadrado.

Ir más allá. Hay dos tipos de teorías muy informales sobre por qué sienten una fuerza superior de adentrarse en una caja. “Una es que los gatos anhelan una presión reconfortante sobre sus cuerpos que les recuerde cuando eran gatitos, rodeados de sus compañeros de camada. Otra es que los gatos se sienten atraídos por los posibles escondites debido a la forma en que emboscan a sus presas mientras cazan”, explican los investigadores. Pero claro, la pregunta ahora era cómo reaccionarían los gatos a lo que se conoce como la ilusión del contorno de Kanizsa, que usa cuatro formas de Pac-Man en un arreglo que crea la apariencia de un cuadrado.

Resultado. Los participantes recibieron folletos con instrucciones sobre cómo imprimir y recortar formas de papel que se podían pegar al suelo para crear tres opciones: la ilusión de Kanizsa, el contorno real de un cuadrado y un control que tenía las formas de Pac-Man hacia afuera. Los voluntarios recibieron instrucciones de grabar en video a sus gatos a medida que se encontraban con estos estímulos en pruebas cortas durante seis días, mientras que los dueños usaban gafas de sol para evitar darles a los gatos inadvertidamente señales con los ojos.

¿Resultado? Los gatos eligieron sentarse en el cuadrado ilusorio con tanta frecuencia como lo hicieron con el contorno real de un cuadrado, y más que en la disposición no cuadrada.

¿Cómo lo hacen? Independientemente del motivo de su atracción por los espacios cerrados, este fenómeno resulta ser una excelente herramienta para estudiar la percepción visual de formas y contornos en los gatos. El estudio neurológico de este fenómeno sugiere que los campos receptivos de la retina de estos animales son sensibles a los contornos a lo largo de un gradiente de luminancia, por lo que la capacidad de percibir ilusiones visuales es notable. La susceptibilidad a una ilusión se deriva del sistema visual que procesa las características de una imagen como la realidad física más probable basada en probabilidades aprendidas y la experiencia previa, incluso si no es una verdadera representación de la realidad.

Reacción a las ilusiones. Este estudio se alinea con investigaciones anteriores que indican que, al igual que los humanos, los gatos son susceptibles a una variedad de ilusiones visuales. Un estudio similar mostraba que los gatos se comportan como cazadores cuando ven movimientos ilusorios, como la famosa serpiente giratoria. Incluso, hay otro realizado en un laboratorio en 1988 que analizaba las reacciones de dos gatos a la misma ilusión de contorno. Estaban entrenados para tocar un botón con la nariz cuando veían una forma cuadrada en una pantalla, con el fin de obtener una recompensa de comida. Y efectivamente, lo hicieron.

Imagen: Unsplash

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