Quién es Lawrence Lessig y por qué quiere ganar las elecciones de EEUU para dimitir

Quién es Lawrence Lessig y por qué quiere ganar las elecciones de EEUU para dimitir
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No sucede todos los días que un potencial candidato a las primarias del Partido Demócrata lanza una campaña de crowdfunding con el objetivo explítico de, en caso de ser elegido, dimitir lo antes posible. Porque no sucede todos los días que Lawrence Lessig anuncia su intención de convertirse en el futuro presidente de los Estados Unidos de América. Hoy hemos conocido su pre-campaña, que en muchos sentidos aspira a ser revolucionaria, única e histórica. ¿Por qué motivos, exactamente?

Por muchos y muy variados. El principal: Lessig quiere modificar de forma sustancial el modo en que Estados Unidos elige a sus representantes. A través de tres reformas básicas: garantizar el derecho a voto en la constitución, cambiar de forma sustancial el modo en que las campañas de los candidatos se financian, y asegurar una representación proporcional e igualitaria en el Congreso. Todo ello quedaría refrendado por The Citizen Equality Act of 2017, tras la cual dimitiría.

Lawrence Lessig quiere ser presidente para modificar de forma sustancial el modo en que Estados Unidos elige a sus representantes, sólo eso y para nada más. Por eso dimitiría en 2017, una vez haya conseguido su objetivo

Lo sabemos, lo sabemos, es mucha información, y la historia detrás de Lessig es algo compleja, de modo que hemos elegido el método más sintético para explicar quién es este hombre y por qué podría, en un mundo remoto, revolucionar el panorama político de EEUU. Pregunta + respuesta.

¿Quién demonios es Lessig?

Aunque ahora volcado en la arena política, Lawrence Lessig es alguien a quien debes que gran parte de Internet opere bajo una licencia de uso compartido, sin restricciones a la libre creación y difusión de textos, imágenes o vídeos. Abogado y profesor en Harvard, Lessig es uno de los co-fundadores de Creative Commons, entre otras muchas iniciativas digitales que han contribuido a moldear la red tal y como la conocemos hoy. Imperfecta, pero maravillosa en tantos otros sentidos.

Lessig Creative Commons

Por uno principal: tiende a ser libre, aspira a ser libre. La base de la cultura compartida y colectiva de Internet encuentra en Lessig uno de sus primeros y principales predicadores. En contra del copyright, a favor de la neutralidad de la red, antiguo miembro de Free Software Foundation o Software Freedom Law Center, Lessig abandonó poco a poco su carrera como activista en la red para centrarse en la política norteamericana.

¿Por qué se pasó a la política?

Porque, al igual que otros candidatos extraños surgidos en la historia de Estados Unidos, sus visiones ideológicas no estaban representadas en el espectro político actual. Lessig es un bicho raro, un hombre que en su juventud coqueteó de forma descarada con los republicanos y que poco a poco abandonó sus posiciones libertarias en favor de posturas menos radicales, más cercanas a los postulados demócratas. Sin embargo, afirma sentirse decepcionado por Obama, a quien apoyó.

La base de su programa, su único punto, en realidad, de hecho, nace de la igualdad de acceso al voto y al sistema democrático por parte de todos los electores

Lessig traslada de forma más o menos aproximada sus ideales de igualdad y equidad en la red a la política. La base de su programa, su único punto, de hecho, nace de la igualdad de acceso al voto y al sistema democrático por parte de todos los electores. Pese a que hay otros candidatos que defienden posturas semejantes a la suya, nadie considera que sus reformas sean la máxima prioridad. Él sí, de modo que ha dado un paso enfrente para, al menos, poner el debate en el centro de la agenda.

Con anterioridad, ya se había sumergido dentro de la arena política con campañas de financiación de candidatos que defendieran la reforma de la financiación de las campañas electorales (Mayday PAC). No le fue demasiado bien: la mayor parte de quienes recibieron su apoyo, perdieron.

¿Qué aspectos quiere cambiar de la política?

Los instrumentos que los ciudadanos americanos tienen para elegir a sus representantes. Hay que subrayar que la pre-campaña de Lessig no se fundamenta en ideas netamente progresistas como la reducción de la desigualdad económica, sino en una cuestión a priori neutra y no demasiado partidista como la garantía constitucional del derecho a voto, el fin del gerrymandering o la financiación de las campañas políticas libres de grandes agentes privados.

Lessig acude a los demócratas, pero su programa aspira a ser central.

Eso está muy bien, ¿pero cómo?

De forma muy resumida, el objetivo de Lessig es simple: ser elegido Presidente de los Estados Unidos y ponerse a trabajar de inmediato en The Citizen Equality Act of 2017. ¿Cuál sería su contenido? Primero, una reforma constitucional para garantizar la equidad de voto en todo el país. Segundo, la delimitación fija de los distritos electorales y una reforma del sistema electoral tanto a nivel municipal como a nivel estatal. Y tercero, reestructurar totalmente la forma en la que se financian las campañas electorales, hackeando el sistema desde dentro.

Lessig se propone a sí mismo como un "presidente referéndum" que sería el depositario del verdadero sentir del pueblo y contaría con el único mandato de promover esta ley, esta y ninguna otra. La narrativa política y mediática es clara: es un problema que requiere de una solución urgente y al margen de consideraciones ideológicas mayores. De modo que, como presidente encargado de acometerla, sería el primero en abandonar su puesto una vez esté realizada.

Espera, ¿qué problema hay con las campañas?

Que, según Lessig, están controladas por el 1%. El 1% es el pequeño porcentaje de población del país que posee la gran mayoría de la riqueza. Es un término popularizado por Occupy Wall Street y que ahora, en medio del debate sobre la gran desigualdad del mundo occidental, Lessig hace suyo. Problema: los candidatos demócratas y republicanos dependen del dinero para ganar elecciones. Quien financia sus campañas no es el pueblo, sino ese 1% demasiado poderoso.

En consecuencia, ¿a quién se deben los políticos? No al pueblo, sino al poder. El cómo se financian las campañas electorales siempre ha estado en el centro del debate político. Desde 2010, aún más. En aquel año, el Tribunal Supremo revocó parcialmente una ley de 2003 que impedía a organizaciones y sindicatos privados financiar de forma masiva ciertas campañas electorales. Según Lessig, desde entonces el dinero es quien domina la política, y no el interés público.

Para él, esta es la base de un sistema corrupto que hay que reformar.

¿Y con el sistema electoral?

Por el momento la campaña de Lessig no deja del todo claro qué propuestas concretas va a implementar o no si llega a ser presidente del Gobierno. Maneja varias opciones. Una clara: acabar con el gerrymandering. ¿Qué es el gerrymandering? Modificar los distritos electorales (uninominales, como si en España cada provincia eligiera a un sólo diputado) de forma arbitraria. Dicho de otro modo: los políticos cambian los distritos para elegir a los votantes que más les favorecen.

Lessig aspira a cortar de raíz una práctica política que desvirtúa la equidad y justicia de las elecciones. Y cita a FairVote, una iniciativa que, entre otras ideas, quiere instaurar la elección del presidente por votación popular (esto es, por número directo de votos y no por representantes estatales) o la implantación de la segunda vuelta automática (un sistema que permite a los votantes ordenar sus preferencias de voto). Son cuestiones complejas.

¿Puede llegar a ser presidente, en realidad?

Lo tiene muy complicado. Pese a que Lessing tiene gran predicamento dentro de los foros digitales y una amplia cobertura mediática, tiene que competir contra candidatos potentes. El principal: Hillary Clinton, favorita para ser proclamada candidata demócrata en 2016. Pero también Bernie Sanders, senador por Vermont y uno de los pocos políticos norteamericanos capaz de declararse "socialdemócrata". Es independiente, como Lessig, pero también quiere tomar el Partido Demócrata.

Lessig articula su proyecto en cuatro pasos:

  1. Campaña de crowdfunding: recaudar un millón de euros antes de los próximos 26 días y lanzar de forma oficial su campaña a lo largo y ancho de Estados Unidos.

  2. Participar en los debates: los republicanos ya han comenzado, los demócratas no tendrán lugar hasta octubre. Para ello tendrá que contar con más de un 1% de apoyo en las encuestas. Si llega a los grandes debates, televisados, podrá proyectar su imagen de candidato y podrá poner encima de la mesa los puntos básicos de su programa. Y obligará a los demás a tratarlos y discutirlos.

  3. Ganar algún estado: iniciadas las votaciones por estados, ganar alguno de los primeros y continuar con la campaña tanto como le sea posible. Si llega hasta el final, ser proclamado candidato.

  4. Ganar la presidencia: y aprobar la Ley de Igualdad Ciudadana de 2017, para acto seguido dimitir y dejar su puesto al vicepresidente, que, realizada la reforma, se dedicaría al resto de cuestiones que apremian al país.

¿Cuáles son sus puntos fuertes?

Pone en una situación complicada a quienes traten de atacar su campaña. Lo explica él mismo en sus vídeos: quien se oponga a más igualdad dentro del sistema tendrá que argumentar por qué. A priori, sus ideas pueden ser recibidas con agrado por los votantes porque se articulan en torno a parámetros amables y neutros (quitar el poder a los ricos, devolvérselo al pueblo). Si su campaña crowdfunding tiene éxito, podrá venderse como el único candidato no dependiente de donaciones privadas.

¿ Y cuáles son sus puntos débiles?

Es extravagante. Nadie quiere el poder sólo para aprobar una ley y dimitir. ¿Qué pasa con el resto de problemas importantes? ¿Qué hay de la economía? ¿Y del medio ambiente? Sus propuestas son en ocasiones vagas (igualdad de voto) y sus anteriores participaciones en política han sido, por lo general, un fracaso. Tendrá menos capacidad económica que sus rivales. Además, tanto Sanders como Clinton ya han hablado de reformar las mismas cuestiones que propone Lessig.

"No estamos reinventando la rueda", dice en uno de sus vídeos. Y es cierto, sus propuestas no son originales ni nuevas. La cuestión es, ¿son la prioridad del electorado?

¿Cómo de lejos puede llegar?

Está por ver. De momento, va por buen camino. Su campaña para presentarse como candidato oficial a las primarias ya ha recaudado 144.613 dólares. Es más del 10% que solicita y tiene por delante 26 días. Si cumple el objetivo, sólo se puede especular. Lessig tira de herramientas retóricas y prácticas herencia de su activismo en la red, con un lenguaje básico y que puede movilizar a un electorado comprometido. Y tiene un altavoz mediático respetable. Quizá le veamos en los debates.

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