La reputación de Michael Jackson se está desmoronando. Así se están movilizando sus fans para evitarlo

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El documental Leaving Neverland no es una investigación periodística, sino la exposición unilateral y acrítica de los testimonios de dos personas que se autodefinen como víctimas de abusos sexuales. Sin embargo ya estamos viendo cómo, tras su aparición, muchos agentes están dando por cierto su relato

Los Simpsons han eliminado de su catálogo el famoso episodio sobre la figura de Michael Jackson, varias emisoras de radio estadounidenses han anunciado que no volverán a emitir en antena sus canciones y Drake ha dicho que eliminará de sus actuaciones el dueto que realizó junto al rey del pop, Don’t matter to me.

Tal vez la reacción más importante hasta el momento, por lo simbólico, ha sido la de Corey Feldman:

El famoso actor, que fue víctima de abusos sexuales de niño, es ahora un defensor de esta causa. Fue amigo de Michael Jackson en su infancia y siempre había defendido hasta ahora su inocencia, afirmando que a él jamás le hizo nada y que por tanto no creía probable que hubiese abusado de ninguno de los niños que lo alegaban. Pero Feldman, después de haber visto Leaving Neverland, ha declarado a prensa que “ya no puede defender más a Michael” y que se mantendrá del lado de lo que las víctimas están diciendo ahora.

Es decir, la imagen pública de Michael Jackson se está desmoronando por completo gracias al documental de HBO y las acusaciones de sus dos protagonistas, Wade Robson y James Safechuck. 

Ni un paso atrás cuando tocan a Michael

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Es interesante contrastar las reacciones del público con las que hubo tanto en 1993 como en 2005, cuando el artista fue procesado por múltiples cargos relacionados con el abuso infantil. En el primero, Jackson acabó firmando un acuerdo extrajudicial por decenas de millones de dólares para que la acusación retirase los cargos. En el segundo, fue dirimido de todos los cargos por un jurado popular. 

En ambos casos pueden verse a centenares de personas apostadas en los alrededores de los juzgados dando ánimos al cantante, con pancartas que asumían su inocencia más allá de lo que determinasen los tribunales. 

Como recordarán los más mayores, su muerte fue uno de los acontecimientos mediáticos más seguidos del mundo, consternando a millones de personas de todas partes. Su muerte significó para muchos su santificación, y es, a nivel de cultura popular, una figura histórica a la altura del culto que reciben Marilyn Monroe o Elvis Presley.

Décadas después, MJ sigue teniendo un importante número de seguidores, de fans acérrimos para los que el culto a Michael es otro rasgo más de su propia personalidad, parte de lo que son ellos mismos. Es por eso que estos días no están siendo nada fáciles para la "comunidad MJ". Basta con echar un vistazo a páginas como mjjcommunity, mjjtruthnow o a los cientos de cuentas populares de Facebook, donde se congregan los adeptos según el país de procedencia.

Entre sus recientes reacciones al documental están:

  • Haber recaudado 20.000 libras para colocar varios mensajes publicitarios, incluidos autobuses municipales, clamando la inocencia de Michael Jackson. 
  • Haber llevado a cabo una manifestación pública a las afueras de Channel 4, en Londres.
  • Haber enviado multitud de solicitudes a distintos cines y cadenas para cancelar la difusión del documental de HBO (también a Movistar España).
  • Haber pedido a los suyos, claro, darse de baja de los servicios de HBO.
  • Llamar al boicot a H&M por retirar las camisetas que vendían sobre Michael Jackson.
  • Difundir cadenas de mensajes que “desmontan” el documental en las comparticiones de los medios de noticias sobre Leaving Neverland.
  • Hackear la página de IMDB del documental.
  • Animar a los fans a escuchar en streaming mucha música de MJ para que se vea lo relevante que es para estos servicios (precisamente estos días los medios han notado una caída en las reproducciones).
  • Animar a los suyos a contrarrestar Leaving Neverland multiplicando los visionados de This is It en Netflix.
  • También están creando una corriente de pensamiento de que los medios están yendo contra Michael Jackson por ser negro.
  • Están persiguiendo a periodistas que escribe piezas sobre Michael Jackson, difundiendo sus datos y a veces mandando emails amenazadores.
  • Están creando pequeñas piras conmemorativas al cantante en distintas ciudades
  • Y por supuesto, están elaborando cantidad de material compartible en redes sociales para alertar de la falsedad de Leaving Neverland.

Son actitudes, como dice The New York Times, que a veces rozan la intransigencia propia de los grupos extremistas religiosos.

No son víctimas perfectas, por tanto todo es mentira

Las reacciones se catalogan mayormente en dos grupos. El primero, aquellos que niegan categóricamente las acusaciones contra su ídolo e intentan eliminar cualquier rastro de crítica hacia su figura. El segundo, la red de investigadores que se está dedicando a desmontar hasta el detalle todas las acusaciones de Wade Robson, James Safechuck y sus familias que aparecen en el trabajo de HBO.

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Entrar en este segundo círculo es como caer por la madriguera: un inacabable flujo de materiales en el que se entremezclan fragmentos de Leaving Neverland con declaraciones en blogs y medios de los acusadores años atrás, con capturas de distintas intervenciones en los diferentes juicios por pederastia contra Michael Jackson, con filtraciones de emails, fotografías y consultas en comportamiento de expertos en abusos sexuales infantiles.

Por suerte para ellos, creen haber encontrado multitud de pruebas no sólo de la falsedad de sus relatos, sino de las intenciones interesadas de los chicos. 

Entre sus temas favoritos está, por ejemplo, la teoría de que los anillos que Michael Jackson regalaba a Wade y James a cambio de favores sexuales no es más que un embuste. Según ellos, debieron sacar la idea a partir de un libro que escribió en 1997 un periodista sensacionalista llamado "Michael Jackson was my lover", en el que el escritor alegaba que el cantante daba medallones y otros regalos a los niños a modo de tributo nupcial y a cambio de sexo.

Otros de los detalles que les obsesionan son los testimonios contradictorios entre juicios de los acusadores, ya que muchas veces eran inconsistentes los días en los que los chicos decían que habían sufrido abusos (motivo por el cual en 2013, por ejemplo, la acusación de Wade Robson fue desestimada por los jueces).

Tampoco dudan en apuntar cómo es falsa la idea de que sus declaraciones no provengan de un interés económico, porque al menos así fue en el pasado. Cuando Wade denunció a los representantes de Michael Jackson por abusos en 2013, dijo públicamente que no estaba buscando ningún tipo de compensación económica, sino que quería hacer justicia. 

Según documentos del juicio, se ve que desde 2012 Wade buscaba alguna editorial que quisiera comprar y publicar el libro que había escrito sobre los abusos sufridos a mano del cantante, de forma que, si bien no ganaría dinero a través del juicio, sí se beneficiaría por la difusión del mismo.

La lista de acusaciones de mentiras y falsedades se multiplica a lo ancho de todos los foros en los que encontramos a detractores de Leaving Neverland.

La imposibilidad de obviar el ruido

Y a decir verdad, lo que cala en el espectador después de ver las cuatro horas de documental, es que no se trata de víctimas perfectas. De que en el mejor de los casos se trata de una capacidad inaudita de ceguera y en el peor de irresponsabilidad maliciosa

Esto es especialmente cierto en lo concerniente a las figuras de las madres, quienes en la propia cinta admiten haber recibido una vida de lujo y oportunidades económicas (les regaló dinero en metálico e incluso compró la hipoteca de la casa familiar de los Safechuck) gracias a Michael Jackson y su relación con sus hijos.

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Es decir, que una de las cosas que cuenta Leaving Neverland es que es perfectamente posible que las familias se aprovechasen del cantante entonces y ahora, pero también que Michael Jackson abusase de los niños.

El problema está en que se trata de un documento de ficción. Que por mucho que sus creadores hayan usado el estilo formal del true crime, todo lo que cuentan (o casi todo) no ha pasado por una revisión judicial. 

Tanto los medios y las empresas como los fans están reaccionando a la pieza de HBO como si fuese la verdad rubricada en piedra, pero, ¿cómo no hacerlo si venimos del #MeToo? ¿De un movimiento por el cual se está luchando por creer siempre y de forma unilateral a las víctimas? ¿De unos años en los que se viene demostrando lo difícil que es ofrecer pruebas decisivas sobre hechos que ocurren en la intimidad de dos personas y que hay que rememorar décadas después?

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Tal vez por este caso de conciencia pública, por el que se está desacralizando a los famosos y se está aceptando que no son ajenos a la maldad, es que también algunos fans están perdiendo la esperanza.

Soy de Reino Unido y llevo los 25 años desde que soy fan de MJ defendiendo su inocencia entre amigos, familia y conocidos siempre que ha hecho falta. Hoy me he bajado Leaving Neverland, acabo de terminarlo y ha cambiado mi opinión para siempre. 
Siempre he pensado “no hay pruebas, van a por el dinero”, etc, pero después de ver la segunda parte, las emociones y las reacciones de la familia... me he quedado destrozado. Sí, es muy parcial en su visión, sí, buscan beneficios económicos, sí, han dicho cosas distintas años atrás, pero por lo que han contado en las entrevistas, y sobre todo, por cómo lo han contado, me parece que no podemos desecharlo como simples mentiras que no guarden buena parte de verdad. Hoy tengo más dudas de las que he tenido en los últimos 25 años. Hoy es un día muy, muy triste.
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