Semáforos inteligentes: el arma de Londres para hacer la vida más sencilla a sus peatones

Semáforos inteligentes: el arma de Londres para hacer la vida más sencilla a sus peatones
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Si el urbanismo camina hacia un futuro más verde, más tecnológico y más amable para con el peatón y el ciclista, ¿qué hacemos con los semáforos? Cualquier conductor o peatón habrá descubierto lo hermético de su funcionamiento. Por norma general, las señales lumínicas de las calles no se ajustan a su demanda en tiempo real, obligando a los vehículos a parar frente a pasos de peatones vacíos o a los viandantes a esperar largos minutos pese a la inexistencia del tráfico.

¿Cómo arreglarlo? La pregunta se la planteó el actual gobierno de la ciudad de Londres, controlado por el laborista Sadiq Khan, en su particular política hacia un urbanismo menos orientado al vehículo privado. Y la respuesta llegó en forma de semáforos inteligentes: Londres va a instalar unos 200 a lo largo y ancho de la ciudad con capacidad para flexibilizar sus rígidos tiempos en base al número de peatones esperando o en función de la proximidad o lejanía de los coches.

¿Cómo? Transport for London ha pasado varios años recopilando información sobre más de 1.200 en toda la ciudad. A partir de ella ha decidido implantar varias soluciones. La más llamativa es la capacidad de lectura de las señalizaciones: contarán con un dispositivo capaz de leer cuánta gente hay esperando frente a un paso de cebra, agilizar la puesta en verde y permitir que su tiempo de espera se reduzca al máximo. Es decir, prioridad de peatón sobre el vehículo.

Hasta ahora, no hace falta decirlo, el sistema es más estático. Los tiempos para el coche o el peatón vienen predefinidos de antemano y se reparten equitativamente. Londres busca revertir la balanza en favor del peatón, lo que subordinará el tráfico a los caminantes.

¿Y qué más? Otro aspecto destacado es la instalación de diez semáforos de prioridad verde sistemática para el peatón. Es decir, cruces donde los viandantes dispondrán de una luz verde por defecto, a la espera de que un vehículo se aproxime y solicite el paso. El sistema de reconocimiento será el mismo, y tratará de amoldar la preferencia sistemática de los caminantes a la demanda ocasional de los coches. Londres aspira a hacer la vida más sencilla a sus ciudadanos (a pie) sin perjudicar en demasía al tráfico rodado. Está por ver que lo consiga.

El camino futuro. La medida es una de las muchas implementadas por Khan y su equipo para acercar Londres a sus peatones. Se enmarcan dentro del "Walking Action Plan", cuyo objetivo prioritario es lograr el millón de desplazamientos a pie diarios para 2024 (tanto por cuestiones de salud como medioambientales). Ahora mismo está lejos: sólo el 11% de los londinenses caminan todos los días para acudir a su trabajo (y sólo el 30% utilizan el transporte público).

Londres sigue siendo una ciudad cochedependiente. Los semáforos inteligentes buscan impulsar marginalmente una transición aún lenta.

Otras medidas. Khan ha destacado desde su toma de posesión por sus innovadores ideas para la movilidad urbana. En su día ya impulsó el cierre al tráfico rodado de Oxford Street (la vía más comercial y transitada del centro londinense) e instauró una moratoria para los coches diésel. Londres ha implantado durante los últimos años una extensa red de carriles bicis (con sus desencuentros) y ha impuesto célebremente peajes de acceso al centro (en coche).

Es un camino muy a largo plazo: la gigantesca periferia metropolitana que depende de la actividad en la ciudad sigue dependiendo, y mucho, del coche, lo que provoca que cada londinense se desplace 9 kilómetros cada día.

Imagen: Daniel X. O'Neil/Flickr

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