Los sindicatos también benefician a las empresas: contribuyen a reducir su riesgo de quiebra

Sindicatos
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La fuerza de los sindicatos en la economía capitalista ha decrecido a lo largo de las últimas décadas. Estados Unidos es el mejor ejemplo de ello. Tras la Segunda Guerra Mundial alrededor del 33% de los trabajadores pertenecían a uno de ellos, mientras que hoy apenas lo hace el 10%. La caída es más grave en el sector privado (6%). ¿Por qué? En parte, porque las grandes empresas los identifican como un enemigo interno y un obstáculo hacia su prosperidad.

Puede que se equivoquen.

Perspectiva. Un reciente estudio elaborado por Jeong-Bon Kim, Eliza Xia Zhang y Kai Zhong, economistas de las universidades de Hong Kong, Washington Tacoma y UIBE respectivamente, ha analizado el impacto de los sindicatos en la estabilidad financiera de las grandes empresas. ¿El resultado? Bastante positivo. Los sindicatos contribuyen a reducir de forma significativa el riesgo de quiebra de las compañías.

¿Por qué? Porque funcionan como contrapeso. Los representantes sindicales, al igual que el grueso del accionariado, tienen un interés fijo en la viabilidad y en los ingresos de la empresa. Anhelan la estabilidad. A consecuencia, se oponen a las inversiones desmedidas, demandan estrategias de crecimiento poco arriesgadas y facilitan un flujo de información transparente y abierto.

Son factores que, a juicio del estudio, contribuyen a la mejor gobernanza de las empresas, disminuyendo las posibilidades de una quiebra futura en el mercado de valores.

Método. Los investigadores han utilizado un elenco de empresas estadounidenses donde los trabajadores optaron o no por organizarse a nivel colectivo. A través de diversas regresiones, estimaron su impacto en la gestión de las empresas y sus consecuencias a medio plazo en su porvenir económico. Los datos, explican los economistas, varían en función de las legislaciones locales, y no siempre son extrapolables.

Por ejemplo, el trabajo admite que sus conclusiones casan mejor con las empresas más amplias y diversificadas.

Contraste. Pese a ello, se trata de un hallazgo interesante porque refuerza la "hipótesis de la gobernanza", mediante la cual los incentivos de los grupos sindicales constriñen las inversiones superfluas y las estrategias arriesgadas. La idea contradice la "hipótesis de la amenaza", planteada en otros estudios, donde los sindicatos protegen intereses cautivos y fomentan la opacidad informativa, limitando el radio de acción del empresario.

Así, los sindicatos provocarían que las empresas dependieran más de su emisión de deuda, aumentando su volatilidad y su riesgo de colapso.

Contexto. El estudio es contraintuitivo. Las empresas tienden a recelar de la organización colectiva porque constriñe su libertad de acción. No es casualidad que compañías como Tesla, Amazon o Google hayan batallado de forma incansable contra la sindicación de sus trabajadores, en ocasiones cruzando fronteras legales. Las grandes tecnológicas observan en los sindicatos una barrera, cuando no una herramienta obsoleta para las necesidades de sus empleados.

El declive de los sindicatos no se explica sólo por la hostilidad de la gran empresa. Hay más factores. Los autores del trabajo apuntan hacia otra vía: su rol quizá sea beneficial también para las empresas.

Imagen: Víctor J Blanco/GTRES

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