Todas las variedades de marihuana son iguales, aunque el mercado diga lo contrario

Todas las variedades de marihuana son iguales, aunque el mercado diga lo contrario
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Canadá acaba de legalizar el consumo recreativo de marihuana. Es un hito histórico. Hasta la fecha, sólo Uruguay había aprobado una ley de ámbito nacional comparable. Estados Unidos camina lentamente hacia el mismo destino, aunque por el momento sólo un puñado de estados (nueve) han regulado su compra, venta y consumo. En cualquier caso, hoy en día es más fácil que nunca comprar marihuana de forma legal. Ahora bien, ¿qué tipo de marihuana?

Da igual. Todas son iguales.

¿Qué? Lo dice un estudio publicado por Scientific Reports y amparado en el análisis químico de 33 supuestos tipos de marihuana. Cualquier consumidor habitual estará familiarizado con los ricos y muy diversos tipos de hierba disponibles en el mercado. Desde la indica hasta la sátiva, pasando por los branding específicos de muchos cultivos, los productores y vendedores de marihuana aparentan ofertar una amplia gama de productos dispares.

Sin embargo, la ciencia no lo corrobora: 24 de las 33 tipologías estudiadas contienen la misma composición química de THC y CBD.

¿Por qué? Porque sus niveles, hoy en día los dos psicoactivos más promocionados de la marihuana, son idénticos. Pese a ello, gran parte de las variedades de marihuana venden valores diferentes. Según una experta consultada por Motherboard, esto se debe a un amplio número de factores, incluyendo la disparidad de los métodos analíticos empleados por cada productor, a la degradación por almacenamiento o a pequeñas variaciones entre plantas.

Nada de esto implica que los cultivos sean distintos. Al menos en lo relativo al THC y al CBD. De forma habitual, su sabor y aroma viene determinado por otros elementos (los terpenos) que no alteran la naturaleza botánica de las diferentes ramas.

¿Cambiará? Quizá. El estudio también ha descubierto una veintena de cannabinoides nuevos, componentes químicos psicoactivos que, según los investigadores, influyen de forma mucho más notable en los efectos psicoactivos de cada variedad. Es una información apreciada por todos los consumidores que ahora se escatima, en favor de otra (THC, CBD) mucho menos útil. Ofrecer información sobre ellos puede interesar al comprador y al productor.

En gran medida, esto equivaldría a relajar la importancia de los volúmenes de THC en el branding de los diferentes cultivos. Hasta ahora, era la vía más fácil para productores en un precario estado de alegalidad. Fuera de los márgenes del sistema, esto podría cambiar.

¿Es importante? En parte sí. La marihuana aún es ilegal en la mayor parte del mundo, pero camina lentamente hacia la regularización. Las principales productoras estadounidenses y canadienses viven un boom financiero, y la gran industria del tabaco o de las bebidas azucaradas ya se ha interesado en un mercado de gigantesco potencial. A largo plazo, es probable que la marihuana se atenga a las mismas normas y vigilancia que otros productos de consumo.

Si el mercado quiere ser eficiente (y serio), tendrá que ofrecer una información veraz. Y quizá regular el cultivo de variedades de forma más estricta.

Imagen: Max Pixel

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