Memorizar 500 números aleatorios en menos de cinco minutos es posible. Este es el truco

números
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Una versión anterior de este artículo fue publicada en 2016.

La memoria es algo maravilloso.

Lo sé porque una vez gané una merienda gracias a ella. Sí, sé que "una merienda" no es mucho, pero menos da una piedra: fui capaz de recordar en orden todos y cada uno de los comercios de una calle bastante comercial. Y no, no tengo memoria fotográfica. En realidad, para recordar el orden exacto de cada carta de una baraja mezclada, recordar los comercios de una calle o un montón de números generado al azar no hace falta tener capacidades sobre humanas.

Simplemente hay que entrenar las que vienen de serie. Empecemos con un ejercicio rápido: ¿sois capaces de memorizar esta tabla en cinco minutos?

Numeros Bueno

Son sólo 500 números y uno de los ejercicios con los que se entrenan los atletas olímpicos de la memorística. Es intimidante. De hecho, puede ser muy intimidante, pero tampoco es para tanto.

Comencemos por el principio, hay dos reglas básicas con las que podemos convertirnos en unos genios de la memorización. Digamos que, evolutivamente, nuestra memoria se ha desarrollado más para recordar cosas concretas que para recordad ideas abstractas. Los números, que me perdonen los matemáticos, son aburridos: los elefantes rosas que usan sus brazos robóticos para preparar tortillas de patata no lo son. Eso es así.

Así que la primera regla es convertir las cosas abstractas en cosas que al cerebro le guste recordar. No es difícil porque, en fin, casi cualquier cosa es más sencilla de recordar que 500 números al azar. La segunda regla tiene que ver con cómo organizar y ordenar esos números. En algunas películas eso se llama "el Palacio de la Memoria", un lugar imaginario donde almacenar todas esas cosas a recordar.

El sistema Dominic

Todos los métodos de memorización se basan en estas dos ideas: hacer concreto lo abstracto y buscar un orden en el caos. Así funciona, por ejemplo, uno de los métodos más conocidos, el sistema Dominic. Es un método desarrollado por el ocho veces campeón del mundo de memorización Dominic O'Brien. Veamos cómo funciona usando la primera fila de números de la parrilla de arriba: 8094 2525 8247 1347 7433.

Según el sistema Dominic hay que convertir cada número en una letra: el 1, en A; el 2, en B; el 3, en C; el 4, en D; el 5, en E; el 6, en S; el 7, en G; el 8, en H; el 9, en N; y el 0, en O. Así, los primeros cuatro números serían HOND.

Ahora separamos las letras por parejas y buscamos un personaje famoso que sea fácil de vincular con esas dos letras. De esta forma tendríamos: Papá Noel (ya saben, por aquello de "Ho, Ho, Ho") y Natalie Dormer (una de las protagonistas de Juego de Tronos). Según el sistema, tenemos que imaginar a la primera persona haciendo una acción relacionada con la segunda. Es decir, imaginarnos a San Nicolás disfrazado de Margaery Tyrell. La idea es que al centrarnos en personas y en acciones, podemos ir construyendo historias.

Los siguientes 4 dígitos son 2525 (BEBE) y en 25 en mi cabeza es Hamlet ("to BE or not to BE"), por lo tanto "Papá Noel vestido de Margaery Tyrell se encuentra con Hamlet haciendo de oveja". ¿Quién podría olvidarse del 80.942.525?

memoria
(Marjhon Obsioma/Unsplash)

Hay otras técnicas. Para recordar cartas, Nelson Dellis, otro campeón de la memorización, recomienda asociar cada carta a un personaje, una acción y un objeto. De esta forma podemos recordar tres cartas a la vez: "Mi novia jugando al béisbol con Tizona" son la reina de corazones, la sota de bastos y el caballo de espadas. Por ese orden.

Además, los grandes memorizadores suelen diseñar un palacio de la memoria, un lugar donde situar cada una de esas personas para poder almacenar cómodamente los tríos de cartas. Tiene que ser un lugar (real o inventado) que conozcamos a la perfección. Si usamos nuestra casa, cada personaje estará en un lugar: la ducha, el sofá, el dormitorio o el felpudo. Así, podemos tener los 48 naipes en sólo 16 lugares y, con práctica, dejar a todos nuestros amigos alucinados esta Navidad.

Efectivamente, no es fácil. Para que estos, o cualquier otro sistema parecido, funcionen se necesita muchísima práctica. Los grandes memorizadores tienen casi automatizadas estas operaciones que convierten números en personajes.

Esto, ya sea para los concursos (que tienen tiempos tasados) o para fardar con los amigos (sin que se aburran como ostras), es algo fundamental. Práctica, práctica, práctica. Esa es la calve final. Aunque evidentemente hay diferencias entre unas personas y otras, con esas dos reglas ("Concretizar lo abstracto" y "almacenar la información visual en un lugar conocido") se puede mejorar nuestra memoria de forma increíble: aprender nombres, recordar donde está aparcado el coche o, no sé, no olvidarse de visitar Magnet de vez en cuando.

Newsletter de Xataka

Suscríbete a "Xatakaletter", una forma distinta de informarte cada semana de la actualidad tecnológica hecha con pasión por el equipo de Xataka.
Comentarios cerrados
Inicio