Biohacking: la última idea de bombero retirado de Silicon Valley consiste en matarte de hambre para adelgazar

Biohacking: la última idea de bombero retirado de Silicon Valley consiste en matarte de hambre para adelgazar
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Los biohackers son la última moda entre los ejecutivos tecnológicos de Silicon Valley. Lo que empezó siendo un intento de mejorar sus capacidades humanas mediante implantes tecnológicos, ha derivado a iniciativas de todo tipo que pretenden conseguir vidas más largas y más productivas a través de lo que denominan biohacks en su dieta, o su ejercicio físico, o en los suplementos vitamínicos que tomen. Es decir, en Silicon Valley se han vuelto adictos a la dieta detox de los zumos.

Algunas de sus ideas van desde el bulletproof coffee, café con mantequilla orgánica que, en teoría, libera la cafeína más lentamente, creado por Dave Asprey, a lo que han querido vender como una dieta que no es una dieta, una revolución en la alimentación para mejorar la capacidad de concentración: el ayuno durante días.

Biohacking = no comas hasta el viernes

Es como si en Silicon Valley hubieran descubierto la dieta de la alcachofa y decidieran que era lo mejor que había pasado nunca. Phil Libin, ex CEO de Evernote dedicado ahora a al desarrollo de la inteligencia artificial, ha hecho ayunos de entre dos y ocho días en los que sólo ingiere café, agua y té negro. Los días que "le toca" comer, se va a algún restaurante de moda en San Francisco y, luego, vuelta al ayuno. Libin explicaba a The Guardian los beneficios de ese biohack: "hay una ligera euforia. Estoy de mucho mejor humor, mi concentración es mejor y hay un aporta constante de energía. Me siento mucho más sano. Me está ayudando a ser un mejor CEO. Empezar a ayunar es, definitivamente, una de las dos o tres cosas más importantes que he hecho en mi vida".

Uno de los gurús de este ayuno intermitente extremo es Geoffrey Woo, cofundador de la compañía HVMN y de la fundación WeFast. Es una de las voces más activas en Silicon Valley sobre los beneficios para la productividad del ayuno, llegando a liderar iniciativas entre sus empleados de pasarse siete días sin comer nada, sólo bebiendo agua y vigilando su nivel de glucosa en sangre y de cetonas, un compuesto químico que aparece en el organismo cuando, ante la falta de glucosa, las células utilizan como fuente de combustible las grasas almacenadas en el cuerpo.

Esas cetonas pueden aparecer cuando tenemos fiebre, por ejemplo, y suelen estar muy asociadas a la diabetes. Si hay un exceso de ellas en sangre, se sufre una condición conocida como cetosis. Desde hace un tiempo, está bastante de moda entre las dietas para perder peso rápidamente, pero tiene sus efectos perjudiciales para la salud, entre ellos mareos, náuseas o pérdida de calcio. Y que el cerebro no disponga de glucosa como fuente de energía. Para Woo, por su parte, las cetonas son "super combustible para el cerebro. Muchos de los beneficios subjetivos del ayuno, incluyendo la claridad mental, se deben al incremento de cetonas en el sistema".

Woo añade que "en Silicon Valley y en otros mercados globales competitivos, más gente busca cualquier técnica para ganar productividad", por lo que son trabajadores en la veintena y la treintena los que más siguen esta nueva moda del ayuno. De hecho, hasta apareció el año pasado una app, Zero, que permite organizar esos ayunos y monitorizar los niveles de glucosa en sangre. De aquí a la obsesión hay un trecho muy corto.

El ayuno no es una técnica nueva

Misticos
San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús utilizaban el ayuno para alcanzar los éxtasis místicos que los acercaban más a Dios.

Los CEO de las compañías tecnológicas pueden afirmar que el ayuno es un "body hack" y que es lo último de lo último para incrementar la productividad y la concentración, pero es una práctica que bastantes religiones han empleado para que sus fieles se sientan más cerca de Dios en determinados momentos. Durante el mes de Ramadán, por ejemplo, los musulmanes no pueden comer nada entre la salida y la puesta del sol, y los católicos lo siguen durante la Cuaresma (aunque éste puede ser parcial, por ejemplo, de carne).

Los místicos buscaban acercarse a Dios mediante el ayuno. Los integrantes de la escuela ascética española, con San Juan de la Cruz y Teresa de Jesús a la cabeza, se servían de él para encontrarse en comunión con el Señor a través de la privación de alimentos y todos los efectos secundarios que conlleva. Y los yoguis son también practicantes del ayuno como forma de buscar una sensación de renovación.

También hay múltiples dietas que se basan en ayunos parciales para bajar de peso con más rapidez. La más conocida es la 5:2, heredera de la dieta Dukan y que consiste en que, durante cinco días, quienes la siguen pueden comer todo lo que quieran, y en los otros dos deben reducir su ingesta de alimentos hasta unas 500-600 calorías. El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido alertó en 2013 sobre los posibles problemas a largo plazo que esa dieta, y cualquier forma de ayuno intermitente, podía generar en el organismo.

Los otros "biohacks" de Silicon Valley

El ayuno es la última moda entre los ejecutivos tecnológicos en su búsqueda de una vida más larga y una mayor productividad en el trabajo, pero no es la única. por ahí andan también los nootrópicos, sustancias diseñadas para aumentar la capacidad cognitiva del cerebro. HVMN, la empresa de Geoffrey Woo, se dedica exactamente a eso, aunque en su web añade también una aclaración importante sobre los beneficios de sus pastillas: "estas aseveraciones no han sido evaluadas por la FDA. Nuestros productos no están hechos con el propósito de diagnosticar, tratar, curar o prevenir cualquier enfermedad".

Cafe
Los ingredientes del "Bulletproof Coffee": café, mantequilla baja en grasas y aceite de coco.

Entre esos nootrópicos se incluyen anfetaminas de prescripción médica como Adderall o Modafinil, y algunos biohackers pueden llegar tan lejos como darse leves descargas eléctricas en la cabeza para "estimular" al cerebro. La meta en todo esto es aumentar la productividad, conseguir jornadas de trabajo de entre diez y 16 horas al día sin estar cansado y manteniendo la concentración.

Ahí entran suplementos vitamínicos y cosas como el bulletproof coffee, o café a prueba de balas, de Dave Asprey. Puede elaborarse con un café de alta calidad que vende la compañía del propio Asprey, un par de cucharaditas de mantequilla orgánica baja en grasas y un aceite de coco enriquecido creado también por él. Y, en teoría, ayuda a aumentar la capacidad de concentración y aporta mucha más energía. "Todos los días desayuno una taza y no tengo hambre hasta media tarde. A veces, si voy con prisas, me tomo otra en lugar de la comida, pero rara vez consumo más de dos al día", afirmaba Asprey en 2014.

Los nutricionistas alertaron en su momento del peligro de sustituir el desayuno por una taza de este café, pero la moda de las superbebidas todavía lo considera su ejemplo más exitoso.

La cuestión es, ¿funciona algo de todo esto? No hay suficientes estudios científicos que aseguren, por ejemplo, que el ayuno realmente aumenta nuestra capacidad de concentración y mejora nuestra calidad de vida, excepto en pacientes de diabetes tipo 2 estudiados por la Universidad de Newcastle. Y tampoco hay evidencias que concluyan que los nootrópicos tengan beneficios reales sobre nuestro organismo.

Imagen | Marco Verch

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