Cómo Albert Monteys está reinventando los cómics de ciencia-ficción con '¡Universo!'

Cómo Albert Monteys está reinventando los cómics de ciencia-ficción con '¡Universo!'
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La nominación de Albert Monteys a un Premio Eisner (los más importantes de la industria del comic) al Mejor Comic Digital por su '¡Universo!', que está publicando con Panel Syndicate, no habrá pillado de sorpresa a demasiados aficionados. Al menos en lo que respecta a la indiscutible calidad de la obra. Pero puede que haya quien aún no hubiera reparado en la devoción del autor por el género de la ciencia-ficción.

Desde sus inicios como coautor de la revista 'Mondo Lirondo' a su larga estancia en 'El Jueves', gestando personajes como Tato o firmando a cuatro manos las entregas de '¡Para ti que eres joven!' junto a Manel Fontdevila, pasando por la reciente co-creación de 'Orgullo y Satisfacción', se suele identificar a Monteys con el humor, la sátira y la caricatura. Pero solo hay que fijarse en los detalles, en personajes dispersos aquí y allá, para detectar filias más literarias.

Como Carlitos Fax, que creó para el difunto experimento de revista juvenil 'Mister K' en 'El Jueves'. O Calavera Lunar, uno de sus primeros y más icónicos personajes. Y ahora, '¡Universo!', su obra mas puramente de ciencia-ficción, pero que no deja atrás ni la parodia ni los gags visuales y verbales. Hablamos con él de la patrente influencia del género en sus historias, en lo visual y en lo iconográfico.

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"Soy consumidor fatal de literatura de ciencia-ficción", nos dice para empezar, y sin atisbo de duda. "Desde que le sustraje a mi padre algunas antologías de esas que publicaba Bruguera en los setenta, en las que principalmente había relatos de revistas americanas, aunque de vez en cuando se arrancaran con un especial sobre ciencia-ficción soviética, por ejemplo". Y se nota, porque Monteys se revela más como un lector del género que como un adicto a 'Star Wars'.

"Me gusta el género en todos los formatos pero suele pasar que en el literario es donde la ciencia-ficción cobra más sentido," dice: "donde las ideas se desarrollan más allá de la pátina estética o el soborno fantástico". Y cuando le preguntamos por algunos autores que le hayan influido enumera: "Tim Powers, Dan Simmons, Stanislaw Lem... no sé, soy un lector muy poco ordenado, seguro que me dejo algo".

Caótico o no, sin embargo, Monteys tiene muy claro con qué nombres tiene una deuda mayor: "El inicio de ¡Universo! no sería el mismo si no hubiera leído “Las Sirenas de Titán” de Kurt Vonnegut. Philip K. Dick está ahí, claro, pero es que la sensación que tengo es que Dick está ya en todas partes." La influencia del autor de 'Ubik', desde luego, está muy patente en '¡Universo!', con el retrato de una realidad a menudo líquida, que se descompone a través del espacio, el tiempo y las mentes de los personajes.

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Lo que tiene claro Albert Monteys es que hay un elemento clave para que una historia de ciencia-ficción le interese. O hay humor, o se distancia de ella: "Nunca me ha entusiasmado el cyberpunk, creo que hay demasiada actitud ahí para que no me lo tome a pitorreo".

De Terry Pratchett a Douglas Adams, Monteys se identifica con múltiples autores de ciencia-ficción que han usado el humor en sus historias.

La parodia, la sátira o la simple ironía son esenciales para el Monteys lector: "ahí está Pratchett, que aunque no sea ciencia-ficción mezcló con bastante acierto género y comedia y del que he sido un lector fiel (a ratos más por tradición que por entusiasmo). Y Pratchett viene de Douglas Adams y su 'Guía del Autoestopista galáctico', que en su momento fue muy importante para mí". Otro autor que alcanzó la fama internacional por uno de sus relatos más serios, Stanislaw Lem (a través de 'Solaris'), también es una influencia para Monteys: "He estado releyendo los relatos más festivos de Stanislaw Lem ('Cyberiada' o los 'Relatos del Piloto Pirx') y me veo bastante identificado ahí".

La relación no es casual. Monteys cree que los mecanismos de las narraciones de ciencia-ficción y los del humor están emparentados: "En general creo que son dos mecanismos que casan muy bien porque la ciencia-ficción, incluso cuando no es cómica, sí usa mecanismos muy cercanos a la parodia (por ejemplo, llevando al extremo situaciones para ponerlo en evidencia)".

Al final todo se reduce a una cuestión de costumbres: "el inevitable tono irónico, herencia de tantos años dedicándome al chiste, es una de las características principales de mi forma de hacer ciencia-ficción". Sin embargo, el punto de partida de Monteys es el de un autor serio de género: "Intento partir de una premisa potente que tenga posibilidades y hasta recorrido metafórico. Me doy cuenta, aunque no hay ahí una intención a priori, de que raramente uso la aventura o la acción y de que suelo evitar los personajes heroicos".

La retroestética de la ciencia-ficción: entre calaveras lunares y periodistas del futuro

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Por encima del humor o las historias, hay algo más que a Monteys le atrae como creador: la estética, especialmente la del retrofuturismo, también un arma humorística poderosa por el choque entre dos conceptos diametralmente opuestos, el pasado y el futuro: "Hay algo ahí de reconfortante porque el retrofuturo es un momento lleno de ingenuidad, con poco espacio para el cinismo".

"Es un espacio ya imposible que, en cierto modo tiene más que ver con la tradición del relato fantacientífico que con la realidad o la ciencia. Y además, jugando esa carta uno se libera de tener que hacer ciencia ficción 'hard', en la que la ciencia sea posible y las hipótesis rigurosas hasta cierto punto". Y eso es perfecto para los chistes: "Estoy diciendo 'esto no es un relato de anticipación, no es un futuro posible', con una libertad que a mí me va bien".

Calavera Lunar juega con la narrativa fragmentada propia de muchos formatos en los que se ha difundido el género, de los seriales a los comics.

Todas estas teorías acaban confluyendo en uno de los primeros personajes de envergadura de Monteys, Calavera Lunar, un aventurero espacial que disfrutó de una meta-aventura en un comic de 1996 planteado como si fuera el número 237 de una larga colección. "Creo que ese concepto tiene que ver con cómo consumía ficción durante mis años de formación. Películas de las que sólo veía un trozo, cines de sesión continua a los que llegabas con una película a medias y te ibas con otra a medias, tebeos de superhéroes que pillabas con la historia empezada y de la que nunca sabrías el final. Ese consumo fragmentado es algo a lo que he ido volviendo recurrentemente"

Portada Calavera Lunar

En 2004, ya instalado en 'El Jueves', Monteys concibe a Carlitos Fax, nacido en la revista 'Mister K', "cuando en 'El Jueves' deciden lanzar una revista infantil aprovechando el potencial creativo de la casa". Aunque no le dan ninguna indicación, Monteys vuelve a escorarse temáticamente a la ciencia-ficción porque, reconoce, "si me dan libertad total, es muy probable que acabe recalando en la ciencia-ficción por esa comodidad de la que hablamos".

La serie, que acaba de ser reeditada en un tomo integral por Astiberri (y cuya aparición reconoce que "ha sido una de las mayores alegrías de mi carrera"), cuenta las cómicas desventuras de un periodista del futuro. Monteys reconoce que "el planteamiento a nivel de conectar con el público joven no podía haber sido peor. Un periódico o un fax, son dos conceptos que a un niño de 12 años le quedan lejísimos", aunque reconoce que "no le presté muchísma atención a que el público fuera teóricamente infantil".

Monteys reconoce que la estructura de 'El Jueves' y sus publicaciones le resultaba cómoda a la hora de definir el tono y ritmo de la serie: "las limitaciones de espacio dentro de la revista forzó a una cierta densidad en la historia y las páginas". Monteys, igual que reconocían los autores de novelitas pulp, afirma que "la verdad es que siempre me he sentido muy cómodo trabajando con condicionantes industriales ya que eso me obliga a pensar más y mejor".

Carlitosfax

Hay un referente muy claro en toda la mezcla de ciencia-ficción y humor de Monteys, pero que se hace especialmente patente en Carlitos Fax: 'Futurama'. A nadie le sorprenderá saber que "'Carlitos Fax' no seria lo mismo sin 'Futurama'. Devoré las primeras temporadas con auténtica devoción y me reconocí ahí muy intensamente. Sin embargo, no pensé en Futurama mientras hacía ¡Universo! aunque, claro, algo hay".

Universos por explorar

¡Universo!” nace cuando Marcos Martín me propone hacer una nueva serie para su plataforma Panel Syndicate, que hasta entonces sólo alojaba el cómic que Marcos dibujaba y Brian Vaughan escribía ('The Private Eye')", nos cuenta Monteys sobre el origen de su serie nominada al Eisner. El autor tardó poco en decidir el género: "De nuevo, que iba a ser un cómic de ciencia-ficción ya lo sabía en el minuto uno después de que me lo propusieran".

El formato le planteó también pocas dudas: "Lo que más he disfrutado siempre es el relato corto, ya sea en el formato revista clásica de ciencia-ficción o en cosas como 'The Twilight Zone', pero además, llevaba veinte años haciendo historietas de una página y no veía cómo ponerme a hacer una historia de 12 números. Así que lo que plantee fue una serie de relatos cortos con algunos nexos de unión entre unos y otros para justificar la idea de serie".

El universo compartido de su última serie da sentido unitario al proyecto y permite que los fans descubran nuevos detalles con cada revisión.

Una de las características principales de esta serie, novedosa para el autor, es la del universo compartido, a la que no parece dar demasiada importancia en términos de continuidad y esas otras cuestiones que solo preocupan a los fans: "Las historias suceden todas en el mismo universo. Eso por un lado sirve para premiar al lector fiel, que verá como algunas cosas cobran más sentido leyendo todos los cómics, y por el otro me aporta un elemento narrativo extra que me permite jugar un poco más con las historias. No hay un arco argumental que lo sobrevuele todo y, aunque tengo muchas notas y algunas ideas clave bastante claras, voy descubriendo gran parte del paisaje conforme avanzo por él".

Universo Albert Monteys

Aunque en todo momento hemos hablado de la confluencia de humor y ciencia-ficción, '¡Universo!' inaugura una nueva etapa para Monteys, quizás más reflexiva: "El cambio de registro viene de la necesidad de no aburrirme a mí mismo. Estaba inaugurando una nueva etapa en un nuevo mercado, así que hubiera sido tonto no aprovechar para reinventarme un poco"

Y aún así, los chascarrillos son inevitables: "El humor, me temo, siempre estará ahí, aunque el número cinco de ¡Universo!, por ejemplo, es lo más agridulce que he hecho en mi vida". El tono ligero, con todo, sigue siendo fundamental para Monteys: "Lo único que intento cuando me pongo con una historia es que sea lo bastante interesante como para que los lectores me sigan considerando una opción de entretenimiento válida y huir de los excesos, los subrayados y cualquier atisbo de pretenciosidad".

"Lo de “menos es más” me lo he creído a pies juntillas", concluye Monteys cuando señalamos el relativo golpe de timón que supone 'Universo'. Y reconoce que como en cualquier buena historia de ciencia-ficción, el futuro es indeterminado: "estoy tan contento de, a mis 45 años, estar empezando de cero con algo que no estaba en mis planes que prefiero no pensar en lo que estaré haciendo dentro de unos años... ¡ya veremos!".

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