Mi porno vale 25.000€: un hombre ha denunciado a sus padres por tirar su colección erótica

colección erótica
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En el principio creó Dios Internet, y al cabo de los minutos ya se había llenado de material pornográfico. El advenimiento de la red provocó que las colecciones eróticas físicas quedaran obsoletas. Las revistas o, glups, cintas porno son hoy una extravagancia ajena a la mayor parte de los hogares, consuman porno o no, pero para algunas personas aún tienen valor emocional. E incluso económico.

Tanto que llegan a los juzgados por ellas.

La denuncia. Es el caso de un hombre anónimo estadounidense que ha denunciado a sus padres por tirar su extensa colección de material pornográfico. El demandante alega que su abanico de revistas y películas alcanzaba un valor de mercado de 25.000€, y por tanto exige 72.000€ en daños y perjuicios. Los progenitores, no cuesta imaginarlo, admiten haberse deshecho de tales objetos.

¿Por qué? Al parecer el ejemplar vástago legó la inmensa colección a sus padres cuando se independizó. Y allí debió quedar almacenada durante décadas durante un proceso de divorcio. Al independizarse otra vez e iniciar la mudanza comprobó que las cintas y las revistas, empaquetadas por él mismo para el nuevo traslado, habían desaparecido para siempre. Sus padres las habían destruido. Y de ahí la denuncia.

Las bases. ¿Tiene sentido? Lo determinará un juez. La historia es lo suficientemente surrealista como para que se haya colado en los medios de comunicación de medio mundo. El padre de la criatura, en una serie de correos electrónicos enviados a su vástago y recogidos en el texto de la denuncia, manifiesta su satisfacción por la destrucción de aquellas cajas, y ofrece algunos consejos a su hijo:

Contamos doce cajas enteras repletas de pornografía y otras dos cajas llenas de juguetes sexuales, por así decirlo. Empezamos aquel mismo día el proceso de destrucción y nos llevó cierto tiempo terminarlo (...) Lo creas o no, la razón por la cual destruimos tu porno fue por tu propia salud mental. Hubiera hecho lo mismo si hubiera encontrado un kilo de crack. Espero que puedas entenderlo.

¿Prosperará? Una pista: el fiscal de turno declinó presentar cargos contra los padres. Lo más probable es que no. El hombre considera que su valoración de las películas y de las revistas sí puede merecer la atención del juez: al fin y al cabo, muchos de los ejemplares ya no se imprimen o siguen en circulación, y algunas de las películas no se encuentran en Internet. De ahí su asombrosa petición, 72.000€ en daños.

Recorrido. Tiene su punto. Ciertos rincones de la cultura pornográfica aprecian el material vintage, y ofrecen interesantes sumas de dinero por algunas revistas o películas oscuras y celebradas. Páginas como We Buy Any Porn o Adult Magazine World compran ejemplares de colecciones particulares, algunos de ellos por valores superiores a los 60€. Es un fetichismo que puede resultar rentable.

Si en el camino el hombre posee algunos incunables, como el célebre número de Playboy con Marilyn Monroe, (valorado en 7.000€), ciertamente la decisión de los padres pudo resultar calamitosa.

Imagen: Ignis/Commons

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