Stephen King es más que el rey del terror, es una trascendental figura de nuestra cultura

Stephen King es más que el rey del terror, es una trascendental figura de nuestra cultura
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Stephen King, el más reconocible de los enfermos por elefantiasis literaria (las palabras no son nuestras, son suyas). El autor estadounidense lleva escritas más de cincuenta novelas, centenares de relatos cortos y miles de artículos. Y mucho antes de la fiebre de Juego de Tronos, poseyó durante años el cetro del poder de la cultura pop.

Es el vigésimo autor más vendido de todos los tiempos y sus admiradores se cuentan por decenas de miles. En los últimos tiempos, después de que recibiera el National Book Award por su trayectoria y contribución a las letras estadounidenses, esos mismos críticos que antes le habían reprochado no ser más que un escritor de media tinta y fácil consumo, empezaron a tomarle en serio. Como el resto del planeta.

Tal vez la primera condición para comprender la trascendencia del de Maine, es saber que ha popularizado la pasión por la lectura más que cualquier otro escritor en su momento, a un nivel comparable a lo que J.K. Rowling hizo con la literatura infantil años después al publicar la saga de Harry Potter o en los últimos tiempos George R.R. Martin con su medievo fantástico.

Ha llevado sus libros a más gente que ningún otro escritor, y si no te fías de nosotros, hazlo de John Connolly, autor de los thrillers de misterio Charlie Parker y que llegó a decir que "cuando irrumpió en el panorama, se convirtió automáticamente en el novelista de horror más influyente no sólo de la mía, sino, tal vez, de todas las generaciones".

Stephen King Flow Chart
Captura parcial del alucinante diagrama de Tessiegirl

Antes de la llegada de King, muchos escritores de ficción popular solían someterse a una cuantiosa corrección de fragmentos de sus libros por parte de sus editores, que criticaban las salidas de registro o los meandros en las historias que consideraban debían seguir el rígido guión del canon. Gracias a la popularización de los libros de King, a su creatividad e inventiva literaria, se comprendió que el género es sólo una herramienta más sobre la que se pueden construir historias más ricas, rompiendo así los grilletes del escritor de nicho. Por él y por todos sus compañeros.

Impacto en la literatura popular: él la hizo crecer en ventas y en relevancia

Hay que notar que parte del éxito del escritor proviene de una mayor tendencia que sus colegas de estilo de mirar hacia la realidad. Jeffery Deaver, editor de la colección de relatos cortos A Century of Great Suspense Stories, ha dicho:

“él solito hizo la novela popular crecer. Aunque antes de él ha habido innegables escritores best-sellers, nadie desde John D. MacDonald ha logrado insuflar a este tipo de novelas la misma verosimilitud. Como muchos le han señalado, Salem’s Lot era la suma resultante de Drácula y Peyton Place”.

Toda una revisión posmoderna del mito vampírico. Y esta forma de danzar en la frontera entre esas dos vertientes, la de escritor de fantástico y la de Gran Narrador Norteamericano pegado a lo real, es una de las claves de su trascendencia, de la mediática, la cultural y la intelectual.

Carrie Book Cover

El origen fue, por supuesto, Carrie. La primera ficción que publicó sin pseudónimo y una pequeña revolución entre las masas lectoras. Con su regeneración de la literatura de terror dejó claras las bases de su estilo (que, como con todos los autores, iría evolucionando con el tiempo): unos personajes ricos definidos en cuatro frases, audacia para comprender el trasfondo de grandes temas universales (el fervor religioso, la pubertad como forma de monstruosidad) y un gran ritmo apoado fuertemente en la claridad expositiva.

Así se descubrió que el gran público estaba perfectamente preparado para consumir historias con temas fantásticos, de esos que despreciaban los grandes escritores. La gente, lo que quería, era pasar miedo de un modo distinto. Por cierto, puedes pasarte a leer un análisis de Carrie en Canino, donde para los próximos meses pretenden completar su Kingpedia estudiando todos y cada uno de los libros publicados por el autor.

Después de Carrie llegó la mencionada Salem's Lot, también El resplandor, como gótico norteamericano y posterior drama psico-familiar en la adaptación de Kubrick. Más adelante Danza Macabra como corpus teórico, y La Torre Oscura sería el primer ciclo épico pop y película que ahora trasladará a la gran pantalla Nikolaj Arcel y que interpretarán Idris Elba y Matthew McConaughey. Porque hablando de adaptaciones...

La presencia transmediática

Pennywise It

Si a Stephen King le llaman el Rey del Terror, no es exactamente porque a eso se dedique todo su corpus literario, sino porque son los libros que tratan este género los más populares entre los lectores… y los espectadores. Desde Carrie son muchas las adaptaciones cinematográficas de sus obras que nos han llegado a la gran pantalla. Y cuando decimos muchas, hablamos de más de 60 películas basadas en historia del prolífico autor (ojito a este diagrama de Tessiegirl, que poníamos parcialmente antes en foto).

Entre ellas El Resplandor (King odió esta adaptación), It, La niebla, Los chicos del maíz o Misery. Aunque no todas son grandes películas, sí que son unos cuantos de estos nombres los que trascenderán después como algunas de las películas de terror más reconocidas de una de las épocas más florecientes de este género en la historia del cine (junto con el expresionismo alemán de los años 20 y el legado de la Hammer en los 50).

Como el mismo escritor dice, acudir a los arquetipos, hacer que el espectador se identifique (y preocupe) por el personaje y retrotraerle a memorias pasadas son claves para la popularidad (léase, llegar al germen común que todos tenemos dentro) de una obra. Esto, que estaba muy presente en sus novelas, se nota también en unas películas que el autor supervisa. Además, son las suyas muchas veces películas del sustito, cosa que casi siempre consigue arrasar en taquilla.

Fuera del terror, todos recordarán clásicos aclamados por el público como La milla verde, Cadena Perpetua y Cuenta conmigo. Son adaptaciones de esa otra vertiente del autor, las que se alejan de la exploración de los mecanismos del misterio y se adentran en el estudio de personajes. Corazones en la Atlántida o La historia de Lisey son otro par de libros que también recogen esta faceta.

Silent Hill 5 Screen 3

No podemos pasar sin mencionar su fuerte presencia en el mundo de la música y el videojuego. Tal es su impacto, que el shooter de 2010 Alan Wake abre con una frase de King, segregando ecos a su universo por todo el juego. También el RPG The Secret World tiene directas inspiraciones a la obra de escritor, y los fundamentales Half-Life y Silent Hill beben de monstruos, eventos y ambientes de la novela La Niebla. Ramones, la banda de punk rock, ha tenido siempre una extensa colaboración con el autor, en la que se han influido mutuamente. Anthrax crearon Among the Living con el libro La danza de la muerte en mente, Redrum es lo que ves escrito en el videoclip de Spit it Out, de Slipknot (si contásemos todas las veces que El Resplandor aparece en la cultura popular...). Y, bueno, Pennywise no se llaman así por nada.

El escritor definitivo de nuestra era

La última trascendencia de King no es otra que la de ser quien es, ese prolífico autor hiperpopular pero intelectual; capaz de ser insobornablemente mainstream pero ver su obra, al tiempo, sumida en el amor de culto; de escribir sobre los temas más pulsionales mientras su prosa es accesible para todo el mundo y deja unos subtextos que los lectores más observadores podrán disfrutar si quieren acceder a esas capas de significado.

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De sus orígenes más bien modestos su fuerza para ser un incansable escritor con demasiada obra como para ser contada. Por cierto, tarea de escritor que compagina con su trabajo como profesor y que en sus orígenes combinaba también con esta misma tarea así como empleado en una lavandería.

Al final, una de sus obras más populares y significativas es el libro-guía para aquellos que eligen entrar en el oficio que es Mientras Escribo, en el que da consejos como “hay que leer y escribir entre cuatro a seis horas al día, si no encuentras tiempo para eso, no esperes convertirte en un gran escritor; la cuota mínima diaria es de 2000 palabras, y no dejes de escribir hasta que sobrepases esta cifra; y si has escrito algo con lo que alguien te da un cheque, el cheque es válido y luego pagas con él la factura de la luz, es que eres un escritor con talento”.

Es justo eso mismo lo que lo convierte en el autor de nuestra era definitivo. Agrada a todos, construye con maestría, vive sumido en un NaNoWriMo vital (es decir, en el constante sobreesfuerzo) y el prestigio le llega en forma de fama mundial y éxito económico. Todo el mundo quiere copiarle porque ha inventado una fórmula, la fórmula King, el blockbuster no sólo de la literatura, sino del literato. Puede que no todos hayan leído sus obras, pero saben que esta es la senda a seguir para convertirse en uno de los grandes. Lástima que King sólo pueda haber uno.

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