Así es la hipnótica belleza de las olas cuando son capturadas en una imagen de movimiento eterno

Así es la hipnótica belleza de las olas cuando son capturadas en una imagen de movimiento eterno
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Todos alguna vez hemos estado ante de uno de esos momentos en los que quisiéramos detener el tiempo, momentos que se graban en nuestra memoria y que en ciertos momentos de nuestra vida aparecen de forma repentina para repetirse una y otra vez. Una especie de loop infinito que es difícil de explicar, y que ahora gracias a la fotografía y una de sus técnicas llamada 'cinemagraphs' es posible darse una idea.

El fotografo Ray Collins y el director de fotografía Armand Dijcks han colaborado y experimentado en capturar maravillosas fotos que sueñan con tener movimiento, los ya mencionados cinemagraphs, que permiten tener una especie de vídeo en bucle eterno, una forma de congelar el tiempo en una imagen estática. Esto puede sonar complicado, pero cuando estamos ante ellas todo es más claro, aunque nuestro cerebro tardará en entender qué es lo que está ocurriendo, y de ahí es donde nace su magia.

El infinito ahora

Muchos podrán pensar que son simples animaciones o fragmentos de vídeo, y es que fácil confundirse con lo que hoy día se ofrece en algunos smartphones. La diferencia entre un cinemagraph y, por ejemplo, un GIF, es que el primero es una foto real que mantiene un movimiento en bucle en una parte especifica mientras el resto sigue estático. Y es que todo se basa en lo complicado que resulta plantear la idea de movimiento dentro de una foto fija.

Por ello se eligieron las olas, ya que nuestro cerebro suele conocer bien el proceso de este comportamiento, donde cada ola se alza y termina impactando en un sitio para romperse y volver a repetir el proceso. Entonces la clave de estos cinemagraph era congelar el tiempo en algún momento de este proceso pero sin detener el movimiento, es decir, el agua parece que sigue viva mientras que la ola está detenida.

El trabajo es complejo y requiere mucha edición, se podría decir que comparte elementos con los timelapses, pero en los cinemagraphs sólo se selecciona un fragmento, que en este caso es de apenas 1/8000 segundo, que es lo que ayuda a que parezca una imagen con movimiento infinito, ya que es tan corto que no percibimos dónde está el inicio ni el final.

Dijcks y Collins prepararon un vídeo donde se incluyen todos sus cinemagraphs, el cual es acompañado por música original. Pero la verdadera magia está en las imágenes, ya que cada una tiene el extraño poder de hacernos mantener la mirada fija mientras tratamos de entender qué es lo que está ocurriendo, ya que nuestro cerebro no logra comprender por qué hay movimiento en algo estático, una gran contradicción que ha fascinado al mundo.

Más información | Armand Dijcks

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