China se ha enganchado a construir puentes de cristal. Y la burbuja está a punto de estallar

Puentes
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La obsesión de los chinos por los puentes, las pasarelas y los toboganes de cristal ha derivado en que en total acumulen 2.300 atracciones de este tipo. La fiebre por el vidrio que comenzó a mediados de los 2000 ha cogido carrerilla a lo largo de esta última década hasta el punto de que se han convertido en destinos turísticos que reciben a miles de visitantes todos los días.

2.300 puentes. Según el medio de comunicación estatal, se calcula que China acumula hasta la fecha unas 2.300 construcciones de este tipo, de las cuales algunas están comenzando a echar el cierre. Desde 2010, la construcción de este tipo de infraestructuras se ha vuelto casi una competición en la que cada año aparece una nueva pasarela más espectacular que pretende desbancar a los anteriores en longitud o fama.

Atracción turística. Tal es la fiebre que existe por las estructuras de vidrio que éstas se han convertido en destinos turísticos en sí mismos. En el tour donde la muralla china es visita obligada, ahora también se incluye el puente de Zhangjiajie situado a 218 metros de altura y con casi medio kilómetro de longitud. Para acceder a él hay que pagar 22 dólares y esperar turno porque solo permiten 800 personas por pase. A pesar que este es uno de los más visitados, la geografía china está repleta de otros ejemplos como el Guangxi situado sobre el bosque virgen Shuanglonggou o el Hongyagu en la provincia de Hebei.

Accidentes. Sin ir más lejos este mismo verano, la barandilla de seguridad del tobogán de cristal de Guangxi se rompió causando una muerte y seis heridos de una misma familia. Pero este no es el primer incidente relacionado con este tipo de atracciones turísticas. En 2017 murió otro turista en el tobogán de cristal situado en la provincia de Hubei y en 2015 la pasarela de vidrio de Henan se rompió tan solo dos semanas después de ser inaugurada, pero en este caso nadie resultó herido.

Por si caminar a un kilómetro de altitud sobre cristal no fuese suficientemente emocionante, algunos de estos puentes cuentan además con una animación visual en las placas de cristal que simula que éstas se rompen conforme avanzan caminando.

 

32 atracciones han cerrado dado el endurecimiento en términos de seguridad que ha comenzado a exigir el gobierno chino. Desde el Ejecutivo piden a las autoridades de turismo local que realicen "evaluaciones integrales de seguridad" para comprobar en qué estado se encuentran las estructuras de cristal que conforman los puentes. Sin embargo, lejos de producirse un mayor número de controles la petición del gobierno ha motivado el cierre de una treintena de puentes, pasarelas y toboganes situados en la provincia de Hebei, entre ellos el que ostentaba el título del más largo del mundo, el puente Hongyagu.

Instagram y YouTube. Ambas redes sociales están repletas de vídeos que van desde el más sencillo que muestra el entorno del puente, hasta otros donde los creadores se tumban en el suelo para transmitir la sensación de vértigo con su audiencia. A este tipo de contenido también hay que sumar los vídeos experienciales donde comparten cómo es tirarse por uno de los toboganes de cristal o los miles de selfies. Todo ello contribuye a alimentar las más de 26.413 publicaciones que acumula el hashtag #glassbridge, pero sobre todo a continuar posicionando los puentes de cristal como uno de los reclamos turísticos más visitados de China.

Imagen: Wikimedia Commons

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