¿Es cierto eso de "en mi país se vive como en ningún otro"? Si estás en Suecia o España, sí, pero...

¿Es cierto eso de "en mi país se vive como en ningún otro"? Si estás en Suecia o España, sí, pero...
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Casi todo el mundo adora el lugar en el que ha nacido o se ha criado. Es natural. Eso no significa que todos los países ofrezcan las mismas condiciones de vida. Al margen de valoraciones subjetivas basadas en nuestra adaptación al entorno en el que siempre nos hemos movido, ¿cómo valorar cuáles son los países más aptos para desarrollar una vida plena? Es una tarea muy compleja, de ahí que la actualidad diaria esté repleta de ránkings y listas que tratan de ponderar algo tan abstracto como la calidad de vida.

Uno reciente ha sido el realizado por la OCDE. En él, la organización trataba de averiguar cuáles son los países donde existe un mejor balance entre la vida laboral y la vida social. O lo que es lo mismo, aquellos donde los ciudadanos o bien no dedicaban más horas de las recomendadas a su trabajo o bien aquellos donde disfrutaban de más horas de ocio en su día a día. Lo sorprendente ha sido comprobar cuál era la posición de España: segunda, por detrás de Dinamarca y por delante de otros clásicos del bienestar personal y el protagonismo en esta clase de ránkings como Países Bajos, Suecia o Noruega.

¿Cómo ha llegado la OCDE a esa conclusión? Dinamarca, por ejemplo, lidera porque es allí donde un menor porcentaje de la fuerza laboral dedica más horas de las necesarias a su puesto laboral. Sólo el 2% de los daneses supera las cincuenta horas de trabajo semanal, la cifra más baja de todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. España lo hace por distintos motivos: los trabajadores españoles destinan un total de 16.1 horas diarias a su tiempo de ocio. A vivir la vida. Es el líder mundial en este sentido, con una hora más que la media OCDE.

Ranking

El balance entre horas invertidas en el puesto laboral (España, en ese sentido, está por debajo de la media de la OCDE en porcentaje de trabajadores superando las cincuenta horas semanales: el 8% frente al 13% global), y el total de minutos dedicado a dormir, comer, relacionarse socialmente y otro tipo de actividades de ocio (donde España es líder: inserte tópico aquí) es una buena forma de intuir la calidad de vida en cada lugar del mundo. No está estrictamente vinculado a una renta más alta, pero hay cierta correlación. El top ten está compuesto exclusivamente por países europeos, pero hay sorpresas.

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Por ejemplo Rusia, cuyos estándares de vida no aparecen al mismo nivel que el de otros países clásicos en este menester como Países Bajos, Noruega o Luxemburgo. También Irlanda, aunque aquí, y pese a la crisis económica, sí que podríamos haberlo intuido: el país sigue situándose entre aquellos con la mayor renta per cápita del planeta. Sin embargo, otros con niveles semejantes, como Estados Unidos, Suiza o Islandia tampoco están. Y otros habituales de las listas de calidad de vida, como Australia o Canadá, también faltan.

¿Cuál es, entonces, el ránking que tenemos que elegir para ordenar los mejores países para vivir?

Dime qué buscas y te encontraré un buen ránking

El propio proyecto en el que se inserta el listado anterior de la OCDE nos da pistas sobre ello.

Better Life es una serie de estudios individuales, pero correlacionados, en los que la organización trata de averiguar cuáles son los mejores países miembros de la misma en los que desarrollar una vida. El balance entre tiempo dedicado al trabajo y al ocio es uno de los muchos parámetros en los que se basa. Hay otros, y no en todos España sale bien parada. Educación, Sanidad, Satisfacción genera, Ingresos, Empleo y otros algo más abstractos como Comunidad, Seguridad o Compromiso Cívico.

La idea de la OCDE es bastante simple: no hay un país que sea objetivamente el más adecuado para vivir. Los hay que puntúan mejor o peor en casi todas las categorías (aquí sí podemos recurrir a los clásicos de Europa del Norte), pero lo mejor es elaborar un ránking individual en función de las preferencias de cada uno. Así, el usuario en cuestión puede definir sus prioridades en torno a las áreas que considere más relevantes. Si la conciliación del ocio y el trabajo, los valores comunitarios, la seguridad y la salud son los más importantes en nuestra elección, España aparecerá muy arriba. Si elegimos otros, no.

Espana Preferencias
Las preferencias para definir la calidad de vida de los españoles. Salud lidera junto a Educación, y la conciliación de la vida profesional y personal se sitúa en el tercer puesto.

Better Life ("Índice para una Vida Mejor" en castellano) también recopila datos por preferencias geográficas. Por aquí posiblemente encontremos una explicación a la paradoja de que casi todo el mundo considera que vivir en su país es vivir en las mejores condiciones posibles: en cada región del mundo, las prioridades para alcanzar una vida plena o la felicidad son muy distintas. En Francia y en España se da mucha importancia a la salud (bingo: España tiene una de las esperanzas de vida más altas del mundo), mientras que la satisfacción personal es la respuesta más común en Dinamarca o Suiza (donde puntúan alto).

Sumando todas las variables, la OCDE elabora un agregado final. A iguales preferencias, Dinamarca, Estados Unidos, Australia, Noruega o Suecia puntúan alto, pero cualquier cambio (poniendo los ingresos por encima del sistema de educación o de salud) modifica el resultado. Es una lista hecha a la medida de cada persona.

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Los países más felices del mundo.

De forma paralela, hay muchas otras organizaciones y listas destinadas a evaluar la calidad o la conveniencia de residir en un país o en otro. Casi todos terminan mostrando resultados dispares en un puñado de países: por ejemplo, España puntúa peor que Bután o Bostwana en el índice de corrupción desarrollado por Transparencia Internacional; y Chile, Brasil, Venezuela (!) y Omán se sitúana la cabeza del índice de felicidad de World Happiness Report. Unas instituciones fiables y una vida feliz son dos parámetros que correlacionan bien con calidad de vida, pero hay muchos otros.

En última instancia, la tendencia es a asociar renta a mejor calidad de vida. Lo hacemos de forma lógica, de hecho: un estudio de la Universidad de Brooklyn comprobó, en base a las respuestas de miles de encuestados, que una mayor satisfacción y felicidad vital estaban relacionados de forma muy alta con una mayor renta. Sin embargo, a la hora de estudiar la calidad de vida de un lugar determinado, la renta por sí misma es un instrumento de relativa eficiencia, ya que deja de lado otras variantes relevantes.

The Economist
Existe una relación entre satisfacción personal declarada e ingresos, pero sólo hasta cierto punto. Entran en juego otros factores.

Parece evidente, no obstante, que los países europeos y anglosajones suman la mayor parte de factores que permiten predecir un alto nivel de satisfacción personal. A partir de ahí, los ránkings específicos pueden mostrar ligeras variaciones. Como el proyecto de la OCDE pone de manifiesto, el aforismo "como en casa como en ningún sitio" tiene sentido desde el punto de vista de las preferencias personales, por lo que es posible seleccionar los datos o los argumentos para apoyarlo (o para exactamente lo contrario). Pero al final, no existe un "país perfecto" si nos fijamos sólo en los parámetros objetivos que lo determinan.


Imagen | Anvica

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