¿Qué animales están prohibidos en cada país del mundo y bajo qué condiciones?

¿Qué animales están prohibidos en cada país del mundo y bajo qué condiciones?
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La noticia ha corrido como la pólvora por las redes sociales durante los dos últimos días: la ciudad de Montreal, en Canadá, ha prohibido de forma temporal la posesión, compra y venta de pit bulls dentro de sus límites municipales. La decisión ha sido tomada por un juez tras el último de una larga serie de ataques protagonizados por los animales, y que en junio causaron la muerte de una mujer en su jardín. El dictamen ha causado respuestas divergentes: desde el aplauso hasta una furibunda reacción por parte de asociaciones animalistas.

¿Los motivos de su defensa? Lo arbitrario de la normativa. Para quienes consideran la prohibición una aberración, el pit bull por sí mismo no es una especie particularmente agresiva, y los ataques estarían más relacionados con la incapacidad de sus dueños para educarlos. De forma paralela, la definición de "pit bull" sería laxa, y afectaría a otras razas mixtas y a otros perros de más compleja categorización que no compartirían de forma necesaria los atributos señalados por el juez (fuerza, agersividad, etcétera) y que amparan su dictamen.

La cuestión lleva a otra pregunta: ¿bajo qué condiciones es posible prohibir la entrada o la venta de un animal doméstico en un país determinado? Pese a lo polémico de la decisión de Montreal, queda lejos de ser un caso aislado. Sólo en Canadá hay leyes de diverso calado que afectan a otras especies de carácter similar al del pit bull. Y en la práctica totalidad de los países del planeta existen restricciones a la posesión de razas de perro consideradas problemáticas. De modo que, ¿qué perros puedo tener en función de dónde resida?

Dogos y pit bulls, en problemas en todas partes

Un amplio número de estados tienen regulaciones restrictivas para con la posesión de determinadas especies de perros. El perro suele ser el animal doméstico común más polémico por el carácter potencialmente peligrosos de algunas especies. Así, en Australia están expresamente prohibidos los dogos argentinos, los fila brasileños, los tosa japoneses, los perros de presa canarios o los pit bull americanos. Su importación está legislada con severidad, en un país que no anda precisamente escaso de bichos capaces de matarte.

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El dogo argentino se encuentra sistemáticamente entre los más prohibidos.

En Canadá, como hemos visto, la potestad es municipal y estatal. Montreal acaba de legislar sobre los pit bull de forma más estricta, pero con anterioridad ya disponía de un amplio catálogo de descripciones formales sobre la clase de perros que no podrían ser poseídos o puestos a la venta en sus calles. Ontario tiene una amplia regulación específica para pit bulls, pero no ciudades como Ottawa se reservan el derecho de aplicarla. En Manitoba, además de pit bulls y terriers, el dogo argentino también está prohibido.

En EEUU la legislación varía de forma consistente entre municipios, ni siquiera entre estados. En Florida, por ejemplo, el condado de Miami-Dade prohíbe de forma concreta la posesión de todo perro relacionado con el pit bull posterior a 1989, con cuantiosas multas por su incumplimiento. En otros estados, como Kentucky, los condados se limitan a imponer tasas y mayores impuestos a los dueños de perros de tipo pit bull. En general, el pit bull es el objeto de la mayor parte de legislaciones, con notables excepciones como el perro de pres canario. A nivel nacional, no hay leyes al respecto.

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El fila brasileño también suele ser un perro restringido.

¿Qué sucede en Europa? Parecido, aunque con un listado más definido al uso australiano. Reino Unido considera ilegal la posesión de pit bull terriers, dogos argentinos, filas brasileños y tosas japoneses. Alemania lo circunscribe a los pit bull terriers, Dinamarca incluye casos raros como los perros pastores balcánicos o rusos, Finlandia se limita a prohibir a los "perros-lobos", Francia y España no prohíben pero obligan a permisos y fuertes regulaciones para rottweilers, pit bulls o mastines varios, e Italia ha tenido legislaciones que han llegado a prohibir a 92 razas, para adoptar una más laxa y de "seguridad pública" hoy en día.

En Colombia, Venezuela o México hay regulaciones similares. En el primer estado, la ley 746 de 2002 regula la posesión de determinadas razas peligrosas (entre las que se incluyen a los sospechosos habituales: pit bulls, dogos argentinos, filas brasileños, tosas japoneses) y requiere de permisos y licencias. En Venezuela optaron por la vía australiana y neozelandesa, prohibiendo la importanción de pit bulls.

Las prohibiciones no se limitan sólo a perros

Porque nadie en su sano juicio iría contra los gatos, ¿verdad?

No en Nueva Zelanda. En el norte de Wellington, la posesión de gatos domésticos está terminantemente prohibida por las autoridades locales. Un barrio en pleno desarrollo de una de las principales ciudades del país se encuentra cerca de una reserva natural, protegida y hogar de diversas especies. Dado que los gatos no están del todo domesticados y que aún son predadores de cierta envergadura, su existencia en la zona pondría en peligro a especies más pequeñas de animales que viven alegremente en su santuario natural. De modo que si quieres una casa allí, tendrás que olvidarte de tener gato.

En Australia no hay prohibición como tal, pero el gobierno del país se ha planteado directamente exterminar a varios millones de felinos salvajes que están alborotando el ecosistema natural de la isla, como ya vimos en su momento.

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Los gatos aún son predadores. Y en Nueva Zelanda no gustan.

En general, las regulaciones sobre animales domésticos no son demasiado profundas porque son raros los casos de personas que desean convivir con un zorro o con un hurón. Los estados, a cambio, son recelosos de las especies invasivas (algunas de las cuales pueden ser objeto de deseo para los dueños de mascotas más extravagantes). En Europa, la legislación al respecto proviene de la Unión Europea. Desde este mismo verano, tenemos casi una cuarentena de nuevas especies que no pueden pisar territorio europeo.

¿Los damnificados? Uno de los más llamativos es el mapache, el animal caco, que recientemente causó ciertos estragos en la Comunidad de Madrid. El listado incluye a 14 especies de plantas (también pueden ser muy nocivas e invasivas, como en Galicia bien saben) y 23 animales. Malas noticias si esperabas criar tu particular colonia de cangrejos americanos (acaban con nuestros cangrejos de río nativos, más pequeños), avispones asiáticos, la ardilla zorro, la ardilla gris, el cuervo casero indio, el ciervo muntíaco o el coqueto pato rufo.

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Si no entiendes todos esos chistes sobre mapaches en las series estadounidenses es normal. En Europa son invasores y no deberían estar aquí.

En México, es Profepa la agencia gubernamental encargada de velar por la no proliferación de especies invasoras y por la protección de las autóctonas en territorio mexicano. Así, el año pasado, Profepa prohibió la comercialización de alrededor de 200 especies exóticas o protegidas en las tiendas de la cadena Maskota. Entre otros bichos, se incluyeron restricciones a la venta como animales domésticos de 117 peces (tuxedos y peces espada entre otros muchos), una treintena de aves y una docena larga de anfibios.

¿Pero por qué se limita la presencia de animales?

Los motivos son variados. Para el caso salvaje, lo esencial es preservar la biodiversidad de las regiones. La normativa de la Unión Europea busca evitar casos como el del pato cabeciblanco británico, que casi fue conducido a su extinción por el pato rufo americano. El segundo resultaba más atractivo para las hembras cabeciblancas, provocando una disminución de ejemplares de la especie europea, mejor adaptada y más rica para la biodiversidad de las islas. El gobierno británico tuvo que exterminar a la especie invasora.

Si bien existen discusiones sobre la viabilidad o conveniencia de exterminar a especies invasoras ya presentes en un ecosistema, como el ejemplo de Australia atestigua, no tienen parangón con la polémica sobre la prohibición de razas de perros.

Pit Bull

Es un debate complejo. En el caso de Montreal, la prohibición se ampara en un centenar de agresiones registradas durante los últimos años. Del total de ataques de perros a vecinos de la ciudad, la mitad corresponden a pit bulls. Sus defensores argumentan que los pit bulls no son agresivos ni peligrosos por sí mismos, pero algunos estudios estiman que alrededor del 70% de los ataques violentos de perros a humanos en Estados Unidos, desde 1982, corresponden a la raza. Las regulaciones o limitaciones buscan asegurar que o bien los dueños sean responsables o que directamente no existan dueños de pit bulls.

¿Es un problema de raza? No según Bronwen Dickey, autora de "Pit Bull: The Battle over an American Idol", en el que argumenta que los genes de una determinada raza de perro no determinan su comportamiento violento en el futuro. O lo que es lo mismo: que el pit bull, pese a haber sido criado originariamente como un animal de protección y de pelea, no tiene por qué resultar agresivo o peligroso. Y que, por tanto, no existe base científica para prohibir o estigmatizar a una raza concreta, que es una medida de brocha gorda injusta.

Estigmatizado o no, lo cierto es que en Montreal, si la apelación de una asociación animalista no lo evita, el pit bull será historia.

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