El altísimo precio de la luz se está cobrando una víctima inesperada: los tarros para envasar miel

Miel
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Los precios de la luz y el gas siguen disparados desde que la guerra entre Rusia y Ucrania comenzó. La situación lleva meses cebándose con los hogares, pero especialmente con la industria, donde decenas de fábricas están echando el cierre al no poder afrontar los elevados precios de la energía que consumen. Lo hemos comentado en Magnet. Una industria que está viviendo una pesadilla es la de la miel. No porque haya ningún problema con las abejas o el producto en sí mismo, sino porque faltan tarros donde meterla, literalmente.

Muchas fábricas de fabricación de envases han tenido que parar su producción por los elevados precios de la electricidad. Y esto está dejando a España sin tarros, cajas, botellas y otros utensilios básicos.

Sin tarros de miel. La escasez de este alimento en los supermercados ya levantaba ciertas sospechas y la pista resultaba estar en el servicio de envasado. Tal y como se explica en este reportaje de 20 Minutos, se trata de la falta de tarros de cristal que, a su vez, paraliza la comercialización de la miel. La fábrica que los suministraba avisaba hace unos días de que paraba la actividad y que, de momento, no realizarían nuevos pedidos. A las fábricas les ha dejado de compensar su actividad por el elevado precio que tienen que pagar en energía.

Y todo tipo de envases. No sólo la miel tiene un problema gordo. También escasea el vidrio y otros materiales importantes para envasar. Decenas de empresas europeas como los fabricantes de botellas se están preparando para una gran escasez de vidrio si la pérdida del gas ruso sigue estrangulando la producción. La industria cervecera ya está sintiendo la presión. Algunos proveedores se vieron obligados a cerrar plantas y limitar la producción, otros han comenzado a aumentar los precios.

Basta decir que en Reino Unido, el servicio de entrega a domicilio Milk & More está intentando extender la vida útil de sus botellas de 25 a 30 entregas. En España, los transformadores de plástico ya piden un cambio estructural del actual modelo que establece los precios de la energía. También el sector de embalaje de cartón se ve afectado por el encarecimiento de las materias primas y de la energía.

¿Por qué? No es otra cosa que el resultado del elevado coste de la energía, que repercute en actividades tan específicas como la producción de miel o de cerveza. Según el grupo ASE, que gestiona 1.000 suministros de alta tensión para empresas, la industria es el sector que sale peor parado, más incluso que los hogares. Principalmente porque el precio de la electricidad se encarece un 30% más por la noche que durante el día (hay poca radiación solar y menos generación eólica). Y es por la noche cuando las fábricas siguen funcionando mientras los hogares apagan sus luces.

Un cierre generalizado. La industria alerta de que está en peligro su supervivencia porque la factura eléctrica hace que no les compense en muchos casos seguir produciendo y esto podría provocar una emergencia sin precedentes. Grupos industriales como como Acerinox, ArcelorMittal, Celsa, Megasa, Ferroglobe o Siderúrgica Balboa ya han tenido que parar algunas de sus fábricas para evitar producir a pérdidas, tal y cómo se comenta en este artículo de El Periódico de España. Otras han reducido sus producciones al mínimo permitido.

El más castigado de los sectores es el textil, con una reducción de gas del 44%, seguido del químico-farmacéutico (34,8%), del papel (26,4%) y el metalúrgico (16,2%).

En toda Europa. Pero la crisis energética no solo afecta a la industria española. El ministro alemán de Economía, Robert Habeck, calificó hace unos días de "alarmante" la decisión que cada vez más empresas están tomando de parar la producción como forma de hacer frente al precio de la electricidad. En Bruselas ya se estudia que las pymes puedan acceder a las tarifas reguladas de la luz.

España, por su lado, ya ha anunciado que "no descarta" imponer medidas de racionamiento de energía a la industria española ante la posibilidad de que Rusia ponga fin de forma permanente a los envíos de gas a Europa. Para compensar, el Gobierno permitirá que las industrias más necesitadas y que cuentan con instalaciones de cogeneración estén cubiertas por el "tope al gas", hasta ahora inaccesible para ellas.

Imagen: Unsplash

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