¿Quién no ha cometido alguna vez un error rellenando los datos del billete de su vuelo con Ryanair? Poca, muy poca gente. Es un error infrecuente porque casi todo el mundo es consciente del infinito circuito de calamidades que habrá de afrontar si comete el más mínimo fallo durante el proceso. Aún así, sucede. A un estudiante británico, por diferentes carambolas, le pasó. Y cuando fue a cambiar su nombre del billete, descubrió que le era más barato cambiar su nombre real. Literalmente.
Adam Armstrong, de 19 años, ya no es Adam Armstrong. Ahora es Adam West. ¿Por qué?
Una broma que Ryanair cobra a 300€
Tal y como ha contado a The Sun, fue el padre de su novia quien compró los billetes del vuelo de ambos desde Manchester hasta Ibiza. A la hora de comprar el billete en la web de Ryanair, el buen hombre, desconocedor del apellido de su potencial yerno, optó por utilizar el que aparecía en Facebook: "Adam West", inspirado en el actor que interpretó a Batman décadas atrás y que, de forma paralela, es uno de los mejores personajes de Padre de Familia.
Problema: el billete estaba a nombre de Adam West, pero la persona que trataría de entrar con él en el avión se llamaba en realidad Adam Armstrong. De modo que West/Armstrong se puso en contacto con la compañía aérea, explicando la situación y solicitando un cambio de nombre.
A lo que Ryanair, tu empresa amiga, respondió: "Serán 299€".
Ponte un nuevo nombre, ahorra 150€
No es ningún secreto que Ryanair siempre ha tratado de extraer el máximo beneficio de todos sus clientes. Aparecer en la puerta de embarque con una maleta algo más grande o un poco más pesada de lo habitual solía estar penalizado con un cargo de 70€. Posteriormente, y en la actualidad, la cifra se ha reducido a los 45€. Algo parecido sucedía cuando un viajero se personaba en la fila sin su tarjeta de embarque impresa. Cualquier error protocolario se paga caro en Ryanair.
Armstrong, consciente de lo abusivo de la cifra (el billete le había costado alrededor de la mitad), pensó de qué modo podría evitar su pago. Y llegó a la conclusión más lógica: si el billete está a nombre de Adam West, lo más normal será que un Adam West entre en ese avión con ese ticket. Y ese Adam West seré yo.
De modo que acudió al registro, cambió su nombre de "Adam Armstrong" a "Adam West" de forma gratuita, se realizó un nuevo pasaporte por 140€ y, por fin, renombrado de forma oficial como Adam West, pudo estar en condiciones de utilizar el billete que había comprado su potencial suegro. En el camino, había perdido un nombre, ganado uno nuevo, y ahorrado 159€.
"No pienso dar un sólo centavo a Ryanair", explicó Armstrong, ahora West, en un programa televisivo británico poco después. El primer periódico en descubrir su historia fue The Sun, el cual, en la mejor tradición del periodismo sensacionalista británico, le pagó cierta cantidad de dinero. De modo que el ahorro fue aún mayor, pese a que el desembolso por cambiarse el nombre fuera notorio.
Cuestionado por The Sun sobre su dudosa política de atención al cliente, un representante de la compañía respondió:
Se solicita a los clientes que se aseguren de que los detalles que introducen a la hora de comprar el billete sean correctos, y ofrecemos un "periodo de gracia" de 24 horas para corregir pequeños errores. Introducimos un recargo por cambiar el nombre del pasajero para desincentivar y prevenir la compra no autorizada de los billetes más baratos de Ryanair para venderlos posteriormente a clientes inconscientes a precios mucho más inflados.
Lo cual tiene sentido. En el fondo, Ryanair lo está haciendo por nuestro bien. Aunque ello implique que para no gastar todo el presupuesto de tu viaje en un recargo tengas que cambiarte el nombre.
