Las dos caras del bono gratuito de Renfe: trenes abarrotados como nueva normalidad para los pasajeros

Trenes abarrotados Cercanías
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Desde hace semanas, multitud de usuarios llevan denunciando en las redes sociales el caos que reina en las estaciones de Cercanías y Media Distancia de Renfe por toda España, sobre todo por las mañanas, a la hora de ir al trabajo o la universidad. En este vídeo, por ejemplo, vemos cómo se agolpan cientos de personas en la cola para acceder al andén. En este otro, una chica denuncia que hay gente sufriendo ataques de ansiedad porque no se puede ni respirar en los vagones de lo cargados que van. Este otro usuario parece que no llegará a la universidad a tiempo.

La mayoría de estas situaciones tienen origen tras haberse aplicado el bono gratuito de Renfe que el Gobierno lanzó para paliar los efectos de la inflación. Se calculaba que un total de 75 millones de movimientos de viajeros recurrentes se verían beneficiados por esta medida, la que más expetación tenía de entre todas las medidas anticrisis. Sin embargo, se ha convertido en una pesadilla para muchos usuarios regulares.

Hace más de un mes, precisamente se planteó la pregunta de si Renfe aguantaría la avalancha de pasajeros gratis. Entonces el Gobierno aseguraba que la demanda crecería en torno a un 15%, por debajo del volumen de los usuarios que habían antes de la pandemia. Y se creyó que no habría problemas para asumir el trasvase de la red de autobús, aunque se avisó de que el servicio de Cercanías era deficiente. Los mismos maquinistas adviertían de que, si había un gran aumento, iba a "ser un caos" porque podrían "faltar trenes, maquinistas y no darían abasto".

Incluso desde la Comunidad de Madrid denunciaban la falta de previsión y "trenes" para absorber el número de usuarios previsto por la gratuidad. "Más de 20 millones de pasajeros previstos cambiarán su modo de transporte a consecuencia del 100% de bonificación", advertía el consejero de Transportes e Infraestructuras, David Pérez.

Y es precisamente lo que está ocurriendo. Tal y como contamos en Magnet y en Xataka hace unos días, uno de los resultados del bono gratuito ha sido una sorprendente picaresca de los usuarios, que reservaban plaza en los trenes desde la web pero luego no se presentaban en el tren. Lo hacían en diferentes viajes para asegurarse un asiento aunque bloqueaban las plazas de aquellos trenes que luego no iban a coger. ¿Resultado? Los trenes aparecían llenos en la plataforma pero luego viajaban medio vacíos.

A tal punto llegó el problema que Renfe llegó a su límite en el eje atlántico, con más de 66.500 plazas cada semana. Los usuarios recurrentes del eje Ourense-Santiago- A Coruña reclamaban desde que empezaron los abonos gratuitos adaptaran la oferta de trenes a la demanda, ya que está perjudicando a los viajeros asiduos.

En Magnet nos pusimos en contacto con Renfe entonces y, pese a que nos avisan de que la demanda desde que se implantaron los bonos gratuitos se ha incrementado y han tenido algunos problemas en la página web, ha existió previsión ante la avalancha. También hacían hincapié en que los pasajeros usen su sentido común y sean solidarios con el resto de pasajeros a la hora de reservar más de una plaza.

¿Qué hizo Renfe ante el problema? Poner un límite. Para frenar estas triquiñuelas que se estaban convirtiendo en algo común, la compañía modificó su política de reservas. Desde el 16 de septiembre, puso dos topes. El primero, para bloquear la reserva de un viaje de vuelta para los usuarios que no hayan acudido al viaje de ida que habían contratado. El segundo, limitar el número de reservas diarias a cuatro, dos de ida y dos de vuelta, para no desfavorecer a los viajeros que habitualmente cogen esos trenes. Para anticiparse a posibles trucos, Renfe avisó de que "no se pueden reservar varias idas hasta que no se complete la vuelta".

La cuestión es que los viajeros dicen que el problema sigue, sobre todo en los trenes de las 8 o las 9 de la mañana. Y el problema ahora reside en el número de pasajeros en constante crecimiento, los nuevos que se han incorporado a este servicio por la gratuidad. Antes se desplazaban en metro, coche o autobús, pero han cambiado sus hábitos para no pagar. Y claro, el incremento de usuarios ya rebasa el 49% en Vizcaya, según datos de Renfe, pudiendo subir aún más en el caso de que, a partir de enero, no se mantenga el descuento en el metro. Una cifra muy lejana al 15% que se esperaba antes de lanzar el bono gratuito.

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